Pocas cosas tan difíciles como crear. Partir de la nada y lanzarse al mundo de generar ideas que se materializarán en algo concreto: una película, una canción, una novela, un edificio, un poema, … Ponerse al descubierto. Desnudarse emocionalmente ante la audiencia, ante el público, ante el ciudadano, ante la humanidad, … y mostrarles lo que uno lleva dentro, aquello de lo que uno quiere hablar, expresar, hacer sentir a los demás. Nada tan difícil como la creatividad, en la que no se parte de fórmulas prestablecidas, leyes físicas, ni principios biológicos, …no, sino del vacío, del folio en blanco, del Word sin caracteres, del boceto sin pinceladas, del guion sin diálogo, sin palabras, … Y hacer y rehacer, y emocionarse y frustrarse y volver a empezar, y creer en tu idea, para luego volverse “agnóstico” o incluso “ateo” de ella. Para rematar algún día, si es que se llega a rematar, y ser juzgado. Primero la obra en sí, el resultado, y luego el uno mismo, el creador, el autor. Valientes ellos todos. Muy admirables los que crean. Toda mi devoción, aunque sólo sea porque lo intentan.
Voy a ver dos obras tan opuestas como unidas por la pasión de crear. Vamos con ellas.

“La isla de Bergman” / “Bergman´s island”. (Dir: Mia Hansen Love):
“La isla de Bergman” es la última obra de la interesante directora Mia Hansen Love. Habla de dos directores de cine que son pareja que van a pasar una temporada a la isla de Färö en Suecia, donde residió el director nórdico que da título a la cinta, para intentar engendrar sus nuevos proyectos cinéfilos. Allí, aparte de rendir homenaje a su admirado director visitando todos los lugares relacionados con su persona, intentarán crear el guion de sus nuevas películas, generando historias que se entrecruzarán con sus propias existencias, desdibujándose la frontera entre la realidad y la ficción.
Cuesta entrar en “la isla de Bergman”. El inicio es tan sencillo, directo y minimalista, que uno no acaba de enganchar, al menos un servidor. Cuesta despegar, insisto. Pero llega un momento en que la película alza el vuelo y se convierte en un interesantísimo, elegante, sencillo, sutil e inteligente, ejercicio metalingüístico, en el que la realidad de sus vidas se mezclará con el devenir de los personajes que crean, dando lugar a un muy atractivo juego de espejos, donde la pasión y el amor, haciendo ecos al cine y las obsesiones del propio Bergman, son los temas principales, al que es muy difícil no sentirse atraído. Un relato que, a su vez, plantea muchas interesantes cuestiones-reflexiones sobre el acto de crear y las barreras entre la vida personal y la obra del autor. La delgada línea entre el YO autor y el YO personaje.
Muy bien la idea, la sencillez con que es mostrada (que nadie vaya buscando una obra de complejidad extrema y rebuscada filosofía, nada más lejos) y el perfecto cuarteto de actores que representan a nuestros protagonistas y a sus propios personajes, valga el trabalenguas.
Ligera, bella, sensible, delicada, … recomendable y sugerente cine de autor.

“A diente de perro”. (Dir: José Luis Estañ):
A “A diente de perro” llego porque conozco a uno de sus creadores. Porque soy amigo de uno de sus guionistas-productores (aparte de director de fotografía). Porque he conocido el proyecto desde el principio y he visto esa pasión con la que sólo un trabajo creativo de esta envergadura, como es una ópera prima, se puede levantar. Porque he podido vivenciar en primera persona su fe en su “criatura” y he conocido como se ha entregado a ella con la incondicionalidad más absoluta, con la devoción total. He podido ver de primera mano la dificultad del proceso. También la alegría de dar su obra por finalizada. He sido testigo de su “gestación” cinéfila.
Voy con ganas a ver, por todo lo anteriormente narrado, su prometedora ópera prima. Creo en el talento, la sensibilidad e inteligencia de mi amigo (Iván “Oggy” Emery Arnáiz), y estoy seguro de que, por lo menos, veré algo como mínimo interesante. Mis expectativas son colmadas con creces. El resultado multiplica por mil lo que esperaba ver. Y es que “A diente de perro” es un interesantísimo thriller con trasfondo social del que es imposible desconectarse de principio a fin. Gira en torno a la vida de un joven de barrio un tanto desorientado, en un difícil momento de su vida en el que se tendrá que agarrar con dientes y uñas a la supervivencia (me encanta el “porqué del título”), marcado por un error que le va a complicar mucho la existencia a él y a sus seres queridos.
Pues, no sólo la trama goza de un gran interés, que es potenciado por un medido, muy equilibrado y cuidado guion, sino que además es mostrado a través de una mimadísima producción que dota de gran veracidad al resultado, así como un poderoso lenguaje audiovisual absolutamente hipnótico y magnético. A destacar también su perfecto reparto, todo verdad, en el que sería imposible (aunque todos están fantásticos) no destacar a su perfecto, impecable, soberbio actor, Miguel Ángel Puro, todo un animal escénico que se come la pantalla en cada uno de los fotogramas que sale. Espero verlo en mil proyectos. Su talento lo merece.
En definitiva, un más que plausible debut más que recomendable (que me recordó a algunos brillantes noveles filmes de características similares como “Solas” o “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto”, entre otras), en el que se demuestra una vez más el que lo importante no son los medios sino la pasión, las ganas, y para el que reivindico, desde ya, nominaciones en las categorías de mejor ópera prima y actor revelación, amén de otras técnicas, este año en los GOYA. Si tenéis acceso a ella, pues está en salas seleccionadas (en Madrid, los martes en Cines Renoir Princesa), no os la perdáis.
La valentía de crear, sí, pero también el placer de hacerlo y, más aún, si cabe, de poder disfrutarlo. Viva la creación y, por supuesto, los creadores.

Magnífica entrada querido Felipe! Un abrazote
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Gracias a ti. Por leerme, escucharme y por tu amistad. Un súper abrazo. Felipe.
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