Viva la diversidad, como la que hay en las 20.000 especias de abejas, o en nuestra cartelera. Nada enriquece más que lo no homogéneo. Nada como la heterogeneidad. Diferentes maneras de entender la vida, la cultura, la sexualidad, la religión, la vida, la muerte, el día a día, e incluso a uno mismo. Que cada uno sea como quiera ser, mientras no se meta con los demás. Qué aburrimiento el ser todos igual. Todos cortados por el mismo patrón, por el mismo sesgo, manera de pensar, …. Viva lo variado. La posibilidad de elegir. De no obrar todos de la misma manera. Tampoco pensar. Sentir. O el verbo que uno quiera usar.
Como magnífica sea la diferencia en el cine. La posibilidad de ver películas tan diferentes entre sí, pero igualmente mágicas. Tan opuestas como necesarias. Tan lejanas, como plausibles. Tan distantes como cercanas.
Y para ejemplo, la cartelera actual. Qué maravilla poder pasar de una fabulosa tarde de entretenimiento de lo más “palomitero” al más puro cine de aventuras de “Dungeons and dragons” (fantástica, no se la pierdan), al cine más íntimo, minimalista y sutil, de “Una bonita mañana” (ídem de ídem). Del drama de emociones intensas de “El imperio de la luz”, lo último y fantástico del siempre interesante Sam Mendes, a la más tronchante y descabellada comedia de “El inocente”, cine de lo más desenfadado y divertido de lo que se ha podido ver últimamente en pantalla. Del cine más comercial, pero interesante, ameno y potente, que personifica “AIR”, al cine español más autoral y combativo, con los pies en la tierra, de “Matria”.
Insisto. En la diversidad está el gusto. Y por ello vuelvo a dedicar mi sesión doble a dos obras tan diferentes como reivindicables: “Los tres mosqueteros: D´Artagnan” y “20.000 especies de abejas”.

“Los tres mosqueteros: D´Artagnan” / “Les trois Mousquetaires: D´Artagnan” (Dir: Martin Bourboulon):
Disfruto, en compañía de mi “family and friends”, de esta nueva versión, llegada de tierras galas, del clásico de la literatura francesa, obra de Alejandro Dumas, “Los tres mosqueteros”. Cine de aroma clásico de aventuras, del género de capa y espada, de lo más entretenido y “pintón”, como dicen en algunos pueblos. De muy cuidada producción (su ambientación es impecable) y reparto sobresaliente, a cargo de algunos de los más conocidos y mejores actores de la cinematografía francesa, desde Romain Duris, a Eva Green, pasando, por ejemplo, por Vincent Cassel o Louis Garrel.
Nos cuenta el inicio de la historia planteada en la famosa novela (se ve que habrá más entregas y que la historia ha sido dividida en capítulos). De cómo D´Artagnan se une a los mosqueteros y empieza a formar parte de la guardia real y de cómo, para ello, deberá ayudar a resolver cierto entuerto monárquico-religioso (protestantes y católicos de por medio).
Como digo, paso un buen rato en el cine. Me dejo deslumbrar por sus cuidados, de corte realista, escenarios y trajes. Por sus fantásticos y carismáticos intérpretes. Así como por su entretenida historia.
Quizá le falte un poco de “punch” a su guion. Un poco más de intriga y adrenalina. Un poco más de emoción y misterio. Pero contiene los suficientes elementos positivos para que salga con un buen sabor de boca del cine. Habiendo disfrutado de lo que he visto. Con ganas de seguir visionando los siguientes capítulos. Algo que compartimos el numeroso grupo que acudimos juntos a la sala, de edades de lo más diversas. Ideal para todos aquellos que queráis disfrutar de una amena tarde de cine de espadachines y cortesanos. Para los que añoráis las películas de corte más clásico y alejadas de la modernidad. Para vosotros es esta película.

“20.000 especies de abejas” (Dir: Estíbaliz Urresola):
Y si “Los tres mosqueteros: D´Artagnan” me gusta. “20.000 especies de abejas” me encanta. Salgo emocionado de esta nueva joya del cine español que vuelve a demostrar el buen momento por el que está pasando nuestra cinematografía. Una nueva directora novel vuelve a sorprendernos con esta maravilla que trata, entre otros temas (la familia, la paternidad, los deseos truncados, la lucha diaria, …), de la dura realidad trans en la infancia.
La historia de Aitor, un niño que no se siente como tal, te atrapa desde el minuto uno y no te suelta hasta su escena final. Cuanto menos leáis de ella mejor. Dejaros hipnotizar por esta historia de esta familia vasca con muchos secretos escondidos por afrontar. Por esa madre coraje perdida en un difícil momento de su vida, llena de valentía, rabia y ganas de lucha, pero absolutamente desorientada en un presente incierto al que no sabe como arremeter. Por ese niño que nunca se sintió como tal y que quiere reivindicar su verdadera naturaleza. Su verdadero yo. Y por todos aquellos que los acompañan, rodean, maravillosa fauna familiar, muy importantes todos en el devenir vital de nuestros dos complejos y fascinantes protagonistas.
Cine de autor lleno de interés. Entretenido de principio a fin (hay humor, hay emoción, hay interés y misterio, hay inteligencia, sensibilidad y sutileza en su guion), emocionante en todo su metraje. Imposible no engancharse a su historia. Imposible no sentirla de principio a fin. Su trabajadísimo guion, de mensaje muy necesario para todas esas mentes obtusas que no quieren entender que hay gente que no acaba de encajar en el corsé que la sociedad les obliga a sobrellevar, la inteligente mano de su directora y un reparto perfecto (destacar a Patricia López Arnaiz y a Sofía Otero, perfectas), impiden brecha alguna en un largometraje redondo, sobresaliente. Me creo cada imagen que veo, y mira que es compleja su temática. Todo desprende verdad y sentido de la realidad. Pero lo más importante, siento cada una de sus imágenes. Comprendo la convulsión emocional de sus protagonistas, de todos, y me emociono con ellos. Qué decir de su perfecto final. Mis lágrimas asoman a mis ojos. Mi corazón se estremece. Me conmuevo ante tan acertado, potente y perfecto cierre.
Aquellos que amáis el cine, no os la perdáis. Fantástica. De lo mejor de este año, sin duda. Cine valiente, comprometido, pero, lo más importante, lleno de ternura, pasión y sensibilidad. Muy, pero que muy, recomendable. Tan bonita y acertada, como su poético, bello y atinado título. Mis queridos “hoymevoyalcinemaniacos”, no os la perdáis.

Hay una nueva más de las 20.000 versiones de D’Artaghan? 😀
Yo me sigo quedando con los MosquePerros jejejeje
Aunque todas te atrapan cuando las ves, qué tendrán?
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Es que los mosqueperros son lo más.
Muy fan de ellos.
Abrazote.
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