Empiezo pidiendo disculpas por mi ausencia estas semanas para todos aquellos que seguís el blog. Ni programa de radio ni posts, pero es que últimamente, y muy en conexión con una de las películas que comento esta semana (“Mira como corren”), mi vida podría titularse de similar manera, “Mira cómo corro”.
Y es que en estas últimas semanas todo ha sido un sin parar, un ir de aquí para allá, de hacer y más hacer, trabajar y más trabajar, y también celebrar y celebrar, porque no olvidemos que a esto de culminar temporada anual también se le añaden los encuentros navideños y las cenas por doquier, … El final del año es lo que tiene. Muchas cosas por cerrar, ídem de ídem que festejar y festejar. Así que, poco tiempo queda para pasar por el cine. Menos aún para escribir en el blog o emitir por la emisora. Y no por falta de ganas, eso nunca, ya que tengo muchas pelis pendientes de ver que muero por visionar y, por ende, comentar. Desde los “Bones and all” con Chalamet, a la “Mantícora” de Vermut, pasando por el “Marvelita Wakanda Forever”, al “Armaggedon Time” de la Hathaway y el Hopkins, o ese “El menú” con el siempre estimulante y fantástico Ralph Fiennes… En fin, mucho por ver. ¿Cuándo? No lo sé. Pero se intentará. Eso siempre.
Por ahora, sólo os puedo comentar las dos últimas pelis que he visto. Poco más. Vamos con ellas.

“LA MATERNAL”. (Dir: Pilar Palomero)
Pilar Palomero ya nos dejó a muchos con la boca abierta en su debut “Las niñas”. Para mí, la mejor película española del año 2020. Un drama inteligente y sutil donde su directora diseccionaba de manera brillante el mundo de la adolescencia, a la vez que se metía de lleno en muchos temas de gran calado del mundo de la mujer. Una película redonda que le dio mil alegrías, como nos las dio también a aquellos espectadores que disfrutamos tanto de ella.
Pues esta talentosa directora vuelve a acertar de lleno en su segunda obra donde curiosamente vuelve a lanzarse de pleno al mundo de la pubertad, poniendo en el foco otro tema candente como es el de la maternidad infantil. A medio camino entre el documental y el drama, Pilar Palomero nos muestra las vidas de un grupo de madres solteras que no superan la mayoría de edad y que viven (o sobreviven) en una casa de acogida. Sobre todo, fijándose en el devenir de su protagonista, una niña que se ha quedado embarazada de su mejor amigo y que ha de afrontar el difícil paso del mundo de la bicicleta, el “tik tok” y las gamberradas, al de los lloros y el biberón.
El resultado es una interesantísima cita, llena de emoción y de verdad, con un sutil guion en el que se sugiere más que se muestra y donde el uso de la elipsis es gloria y todo desprende sentido de la realidad, no sólo por las cuidadas líneas escritas por su creadora, sino por el puñado de actrices (casi todas no son intérpretes y muestran su realidad) que las interpretan. Mención aparte a ese ciclón de la pantalla que es su joven protagonista, Carla Quílez, perfecta en su papel, muy bien acompañada de la que hace las veces de su madre, la cada vez más presente, Angela Cervantes.
Un largometraje duro y bello, lleno de poesía de vida y descarnada existencia vital, con emoción de principio a final, donde el uso de las canciones de Estopa se presenta como un broche perfecto (maravillosa su inclusión en la pantalla) para una cinta sobresaliente, muy recomendable para todos aquellos que amen el cine de autor o de nuestra cinematografía. Y repito, menudo el año que llevamos de cine español. ¡Bravo!!!

“Mira cómo corren” / “See how they run” (Dir: Tom George):
Floja encuentro, sin embargo, este “Whodunit” (termino empleado por los anglosajones para los filmes del ¿Quién lo ha hecho?), que tantas ganas tenía de ver. Su espíritu británico detectivesco, al más puro estilo del “Cluedo”, con la esencia de Mrs. Agatha Christie, pasado por el filtro de Mr. Holmes, no hacía más que atraer mi atención, …pero nada, se queda a medio gas. Es verdad que su ambientación es impecable y que todo respira flema británica y espíritu “scontlardyardiano”, pero la cosa se queda a medio gas, naufragando por un guion que ni acaba de ser divertido ni ingenioso del todo (algo que busca desde el minuto uno) y mucho menos misterioso y lleno de suspense y terror. El cartón piedra puede a la emoción. El continente arrolla con el contenido y, aunque se ve sin problema, es ligera y facilona, en ningún momento te apasiona y noquea como a cualquier amante del género hubiera gustado.
Eso sí, una cosa a señalar. Su pareja protagonista está fantástica. Tanto Sam Rockwell como, y, sobre todo, Saorsie Ronan, funcionan a las mil maravillas como esa atípica e imposible pareja, tan detectivesca y policiaca, como divertida y genuina. Para ellos es mi aplauso.
No muy recomendable. Eso sí, si todavía le tenéis curiosidad, la acaban de estrenar, para los que no queráis pasar por el cine, en Disney Plus.
Os dejo, mis “hoymevoyalcinemaniacos”, que sigo con el gran misterio de la vida.

Un placer volver a leerte y… descansa! :–)
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Mil gracias, amigo Sam
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