Septiembre cuesta. O la cuesta de septiembre. Lo mismo da, que da lo mismo. Ya lo he afirmado muchas veces en este blog. Volver a iniciar tras el descanso vacacional. Poner de nuevo todo en marcha. Resetear tras los excesos y gozos del verano. Poner el marcador de nuevo a cero y volver a empezar. Y volver a la rutina, a la normalidad.
Eliminar la grasa que se adhirió al cuerpo cual vengativa y “chupóptera” garrapata. Sustituir los churros por los “berros”. La fritura por el apio. Volver a los duros entrenamientos que nos llenan más de sudor y lágrimas que de músculos tersos y esculpidos. A la opresión “quasi carcelaria” de los férreos horarios y al imposible encaje de bolillos de la (NO, repito, NO) conciliación familiar. “Aquí el niño va a fútbol, mientras la niña va a música y aquí tú la recoges, luego yo vuelvo y mientras tú, aquí, una hora en la calle, que hace frío paseas, que no, tomas el sol, y luego de camino le doy la merienda, tiene diez minutos, mientras tu vuelves y … cuando llegues, preparas una cena rica y saludable, pasando antes por supuesto por el súper, mientras rematas lo del trabajo de mañana” ¡Boooom!!!!!
Se acabó la tranquilidad del disfrutar del atardecer con su puesta de sol en el mar, de la tertulia infinita sin hora en la que finalizar, del quitarse los relojes, del descansar, respirar, … simplemente respirar. Volver al día a día. A la rutina. Pero también a soñar, con los propósitos para este año y con las películas que vendrán. Muchas. Y muy buenas, según dicen los que las han visto. Por delante nos quedan muchas tardes de cine, buen cine, para degustar ese ansiado “Dune” de Villeneuve, o el “come-back” de Clint Eastwood con su “CRY Macho”, las “Madres Paralelas” de Pedro, con esa flamante Pe y su Copa Volpi, las monjas “calentitas” de Verhoeven y su provocadora “Benedetta”, el naif y maravilloso mundo de Wes Anderson y su excéntrica “La crónica francesa”, el muy aplaudido “Belfast” de Keneth Branagh, el regreso metafísico en “El poder del perro” de la Campion (Jane, “of course”), o la “vampírica” Kristen Stewart metiéndose en la piel de la princesa Diana en “Spencer”, el “West Side Story” de Spielberg, … en fin, tantas…
Pero, mientras llegan a nuestra cartelera esas y otras muchas, seguimos acudiendo a los cines para ver las cosas más interesantes de lo que nos depara la cartelera. Que haberlas, como las “meigas” en Galicia, “hailas”. Vamos con ellas. Estas fueron mis elecciones de esta semana.

“Blue Bayou” (Dir.: Justin Chou):
Hay muchas y muy buenas intenciones en esta cinta dirigida, escrita y protagonizada por Justin Chon. Empezando por su temática. Habla de inmigración y de deportaciones, de adopción y de seres perdidos en un limbo legal al que nadie quiere dar solución porque no les interesa. Cuenta la historia de un matrimonio norteamericano que vivirá un verdadero “Vía crucis” cuando el padre de origen biológico coreano, pero ciudadano americano desde que fue adoptado en su más tierna infancia, vea como, por el fatídico azar, esté a punto de ser deportado y devuelto a su país, alejándole de su pareja y la hija y la hijastra que comparte con ella. Un grupo familiar que verá como su felicidad se empieza a esfumar cuando se tenga que enfrentar al sinsentido del sistema legal y jurídico y a todos los que, con su mala praxis y peor intención, la alientan. En definitiva: el racista NO- sueño americano. La temática no puede ser más interesante. Además, está basada en varios casos reales acaecidos en la tierra de “las oportunidades”, la de la bandera de barras y estrellas. Sus imágenes están llenas de belleza y tienen un cierto halo poético, amén de esencia de cine “indie” americano y ecos a Malick o incluso de la recién llegada Chloé Zhao. Además, está bien interpretada por todo su elenco, con mención especial para sus dos protagonistas, los absolutamente entregados a la causa Justin Chon y Alicia Vikander.
Hasta ahí bien. Pero a pesar de que hay emoción en lo que se cuenta, de que se ve que todo está cuidado y hecho con esmero, y que la historia no puede ser más, aunque dura, tierna; a pesar de todo ello, no consigo conectar del todo con lo que pasa en pantalla. Quizá el dramatismo de lo que se muestra está demasiado subrayado, demasiado sobre explicado, hay excesiva reiteración y, además, haciendo siempre hincapié en lo trágico de todo ello. Me sobra drama. Me falta contención. No me convence. La veo. Pero no me golpea, no me traspasa, no me llega, …

“Adiós, idiotas” / “Adieu le cons”. (Dir.: Albert Dupontel):
Y del drama más duro, a la comedia más alocada, la que nos propone la que fue el éxito del cine francés en era de pandemia, con más de 2 millones de espectadores y 7 premios César, incluido el de mejor película. ¿Y qué? Pues bien, paso un rato agradable entre esta pandilla de seres caricaturescos un tanto “de otro planeta” que deambulan por lo que es una mezcla entre una cinta de cine negro, un cómic de Ibáñez, el humor más absurdo de Ionesco y el espíritu edulcorado de “Amelie”. ¡Toma mezcla!! Ríete tú del «rebujito». Dos buenos actores, fantásticos Virginie Efira y Albert Dupontel, se erigen como lo mejor de esta comedia extrema que cuenta el encuentro por azar de dos seres perdidos, un potencial suicida y una madre arrepentida, en un momento difícil en sus vidas. A partir de ahí de todo: tiros, accidentes de coche, reencuentro con hijos, vuelta al pasado, el amor, los códigos de seguridad, …. Un “tutum revolutum” exagerado y un tanto “marciano” que me saca una sonrisa durante todo su metraje, pero en la que en ningún momento veo la genialidad que la crítica francesa ha destacado de ella. ¿Es original? Sí. ¿Tierna y divertida? También. ¿Pasas un buen rato y sus actores lo bordan? Por supuesto. ¿Es la bomba? Pues no. ¿7 premios César? “Too much”, quizá. Simplemente una amena y curiosa comedia, diferente y original y recomendable, “ma non troppo”. Sin pasarse. Correcta Plus. Sin más.

Te has vuelto de un exigente… 🙂
Suenan bien ambas propuestas! Anotamos!
Veo que también comienza el festival de San Sebastián, se te acumula el trabajo jeje
Me he partido de risa leyéndote la charla organizativa pre y post extraescolares,
me recuerdas a un cántabro que yo me sé 😀
Un buen tema de debate, incluso de próxima peli del Segura jejeje
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La vida con extraescolares es una locura. Y más en una ciudad grande como en Madrid. Me parto yo mismo de verme. 🤦🏼♂️
Respecto a la exigencia. Son temporadas. Ayer vi, “DUNE”, y me encantó.
Un abrazo enorme. Felipe.
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