Si hay algo que está claro es que el amor mueve montañas. Ya no te digo el sexo. Que el mundo se mueve por las cosas del querer (y del tocar) es una verdad como un templo. Ya lo he defendido muchas veces en este blog. Al final todo en la vida se reduce a relaciones de amor/desamor, atracción/repulsión, deseo/rechazo o afinidad/odio. Nos movemos buscando esos impulsos que nos mantengan unidos a seres de nuestro alrededor. Buscamos esas pulsiones que nos produzcan fuerzas irrefrenables de imantación normalmente con aquellos nuestros polos opuestos. Nos dedicamos la vida entera cual Indiana Jones en territorio ajeno en busca de nuestro tesoro emocional.
Y luchamos, seguimos pistas, caemos en trampas, nos dejamos engañar por personas que son lo que no son y dejamos escapar otras que eran lo que tenían que ser y pensábamos que no. Y cual Mr. Jones, nuestro “arqueólogo” heroico, nos dejamos la piel con tal de llegar a buen puerto en tal encrucijada odisea. Todo por buscar esa persona que llene de vida y pasión nuestras venas. Y no sólo pasa con la pareja. Pasa en todos los campos. Amistad, familia, trabajo e incluso política. Y en el medio de esa búsqueda de nuestras “medias naranjas”, sea en la faceta de nuestro día a día que sea, pasamos en un segundo del sol inmenso a la tormenta, de la calma a la marejada, de la paz a la guerra… Toda una aventura. Y cuando encontramos ese nuestro “santo grial” de los sentimientos… ¡Ay, cuando lo encontramos! La magia. La chispa de la fortuna. El todo. El séptimo cielo (literal y metafóricamente). Pero mucho cuidado con relajarse, que el amor y la pasión, como todo en nuestra vida, hay que cuidarlo, no sea que el hechizo, el embrujo, el encantamiento del emparejamiento ideal, del “perfect match”, pierda la efectividad y la magia se desvanezca. Y si no, que se lo digan a los protagonistas de los dos largometrajes de hoy, porque de todo esto hablan las dos muy recomendables películas que he visto esta semana. Vamos con ellas.

“Emma” (Dir: Autumn de Wilde):
“Emma” es una gran adaptación a la gran pantalla de la novela homónima de Jane Austin, alguien quien ya había sido adaptada al cine en grandes obras como “Sentido y Sensibilidad” u “Orgullo y Prejuicio”, entre otras. Cuenta la historia de una joven, la que da título a la novela y a la película, de buena posición social y económica, la cual está decidida a no casarse, pero sí a arreglarle la vida emocional y de emparejamiento a todos los allegados y amigos que se encuentran a su alrededor, para así alejarse del aburrimiento en la tranquila campiña inglesa donde vive. Todo se complicará cuando las redes del amor romántico hagan mella sobre ella y le atrapen de manera irremediable.

Si hay un término con el que puedo identificar esta notable y entretenida película es el de “charming”, muy utilizado por los habitantes de tierras británicos. Pues así es “Emma” la película, encantadora. Ligera, ágil, divertida, entrañable, sencilla, pero siempre interesante. Cual perfecto y colorido “macaron” francés recién salido de los fantásticos hornos de “Dalurée”: impecable, etéreo, vivo, esponjoso, de construcción complicada y equilibrada, pero de sabor suave e intenso. Y varios son los elementos que hacen que todo funcione a la perfección y hagan de esta cinta algo de lo más disfrutable:
- Un guion que avanza como un reloj, a base de unos diálogos inteligentes llenos de cáustico humor británico repleto de ironía, flema y socarronería.
- Una recreación perfecta gracias a unos impecables, fastuosos y bellos decorados, vestuarios y localizaciones.
- Un delicioso, muy optimista, alegre y juguetón uso de la música, tanto la tomada de la época como la de nueva creación. Perfecta su partitura.
- Un impecable reparto donde destaca por encima de todos una inmensa Anya Taylor-Joy, la chica de moda, que llena de poderío y encanto cada fotograma del largometraje.
En definitiva, una deliciosa y muy disfrutable comedia romántica, de corte clásico y “muy british”, que habla esos temas universales y eternos, que a todos nos tocan, como son la pasión y el amor. Muy recomendable.
“Sentimental” (Dir: Cesc Gay):
También de amor y pasión, y de sexo (a bocajarro), habla esta divertidísima comedia española surgida de las manos de uno de los directores españoles más interesantes que tenemos en activo en nuestro país, Cesc Gay (suyas son obras tan destacables como “Krampack”, “En la ciudad” o “Una pistola en cada mano”). “Sentimental” es otra adaptación, pero en este caso no de una novela sino de una obra de teatro, la exitosa “Los vecinos de arriba”, representada con triunfo en muchas ciudades de nuestra geografía en años anteriores. Cuenta la historia de una pareja de exitosos y feliz (o no tanto) burgueses que deciden invitar a sus vecinos de arriba a cenar con el fin de conocerlos y de hacerles saber que son muy ruidosos cuando hacen el amor. Todo se complicará cuando los recién llegados a la celebración, los diestros y expresivos en el arte del gimoteo y el folleteo, propongan a los anfitriones nada más y nada menos que una buena sesión de sexo en grupo. A partir de ahí el delirio, la carcajada, el “sin Dios”, a base de un perfecto guion, inteligente e ingenioso, lleno de gags verbales y que tocan, una vez más, los eternos temas de la vida en pareja: amor, pasión, deseo, convivencia, espacio personal y, por supuesto, sexo. Un buen festín de inteligentes y divertidos diálogos, en una propuesta muy teatral y de cámara pero que funciona, que llenan de gracia y verdad un cuarteto de actores sobresalientes encabezado por unos Javier Cámara y Alberto San Juan totalmente en forma, a quienes acompañan unas no menos excelsas Belén Cuesta y Griselda Siciliani. Cuatro actores entregados en un recital interpretativo que elevan la cinta a una mayor calidad aún.

En definitiva, otra muy disfrutable cinta para estos tiempos que corren tan grisáceos y tan en blanco y negro, perfecta para gozar (nunca mejor dicho) solos, en multitud o en pareja. Eso sí, cuidado si la ven con “el amor de su vida”, no sea que la película sirva de espejo de una realidad en la que no se quieren ver reflejados. Avisados quedan. En cualquier caso, de manera unipersonal, en dúo o grupo, pasarán 78 minutos de diversión, risas e inteligente entretenimiento. Eso sí, no todo son carcajadas, como en la pareja, como en la vida misma, y de ahí ese final, contundente, redondo, seco, demoledor, cual portazo en las narices, que nos hace reflexionar, mucho, y recuerda que, en el “dúo del amor”, como en general en la vida, todo, hasta el amor y el sexo, no sólo la convivencia, hay que cuidarlo. Así que a no desatender nada. Y menos si viven en par. Avisados quedan también. Palabra de emparejado afortunado (yo tuve suerte y encontré a mi media naranja) muy amoroso, apasionado, cinéfilo y, por supuesto, muy, pero que muy, SENTIMENTAL.
Interesantes propuestas nos traes hoy…
Una española, qué la anoto para seguir mi terapia cinepatrial 🙂
Además me encanta Javier Cámara, no sé por qué, pero es así…
Tiene buena pinta y si es breve, vale por dos, en estos tiempos de mirar el reloj a la carrera todo el día!
Siempre me han hecho gracia los juegos de palabras, como el de «sentiMIENTO» 🙂
Por otro lado, la de Emma, con esa estética que parece tener…
Y con la actriz, qué acabo de descubrir en la interesante «Gambito de dama»
Para los amantes del ajedrez y años 60, está en Netflix y es muy recomendable
Anotada quedó también!
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Apúntala, Benja. Si te gusta Javier Cámara, y conociendo tu sentido del humor, te va a gustar. Ya verás. Sí, quizá en “Emma” no te veo tanto. Tengo pendiente “Gambito de Dama”. En breve la veré. Un abrazo.
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Yo no me pierdo Emma (Yya sabes q soy muy Jane Austen). Esta la veo con María y la meto ya de lleno en el entramado de la campiña inglesa
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Tal cual. Eres muy de Jane, ya lo sé. Te va a encantar. Ya me dirás qué te parece. Un beso lleno de “Sentido y sensibilidad”. 😘
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He visto ambas (casi)! Emma. no me ha emocionado mucho, lo admito (he escrito en el blog esta semana de esta peli).
Sentimental no la he visto pero vi Los vecinos de arriba en teatro hace unos años por la dirección de Cesc Gay, y esta peli es una adaptación de ese guión! En teatro nos divertimos un montón, no me sorprende que te haya gustado la peli, si es parecida a la obra! :–D
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Hola Sam. He leído tu blog esta tarde. Ya he visto que no te había gustado “Emma”. A mí en cambio sí. Pero bien es cierto que no he leído la novela. Yo pasé un buen rato en compañía de estos seres por la campiña inglesa. Me pasé un rato divertido y entretenido y su reparto y ambientación me parecieron impecables. Pero eso es lo bueno del arte, tener diferentes opiniones. Un abrazo. Sigue con tu blog, está fenómeno. Intento leerte siempre que puedo. Un saludo. Felipe.
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Muchísimas gracias, eres muy gentil! Y a mí me encanta el tuyo, siempre me interesa lo que escribes sobre las pelis que ves en el cine (o en casa, en estos tiempos difíciles por el séptimo arte que tanto nos gusta)!
Lo bueno del cine es poder hablar y no pensar todos lo mismo, estoy de acuerdo! Pero me ha entretenido a mí también la peli, y me he reído bastante! En unos días escribiré también sobre la versión con Gwyneth Paltrow… :–)
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