Bocados de realidad o cuando la realidad da sus bocados. Así lo muestran las películas que voy a ver en mi sesión de cine doble. La vida en su faceta más dura. La más cruda realidad. Esa que muestra las difíciles circunstancias de ciertas personas de este mundo cuya existencia es una lucha diaria, una pelea constante, ya no por ser y estar, por vivir, sino por resistir, por no claudicar, por no rendirse… por no abandonarse y decir un definitivo “no puedo más”.
Cine realista que no intenta entretener ni hacernos gozar, sino que vivenciemos esas duras realidades para no perder el foco de este mundo lleno de injusticias, de desigualdades sociales de todo tipo (económicas, de género, profesionales, …) y de situaciones tremendas, dolorosas, … Cine combativo, casi documental, que pone el foco en la cara B de nuestro mundo, en la zona más grisácea de nuestra sociedad, en las tinieblas de nuestro planeta, … para dejarnos claro que hay mucho aún que cambiar y muchas batallas por las que pelear. ¡La lucha continúa!!! Y el cine que le da eco, por suerte, también. Vamos con ellas.

“Matria” (Dir: Alvaro Gago.):
“Matria”. O con R de Ramona. O de Rabia. La de esa mujer en conflicto constante en busca de una situación mejor. En continua lucha con su vida personal y profesional. No dejando que sus adversas circunstancias le aplasten de manera definitiva. Malviviendo para llegar a final de mes y sacar adelante a esa joven adolescente rebelde para la cual no quiere su misma vida, sus mismos errores, sino un futuro mejor. Viendo como abusan de ella sus patrones, a base de condiciones salariales deshumanizadas y “esclavizantes”, así como ese compañero de vida insensible que dejó de tratarla hace mucho tiempo con respeto, y que hacen que su combate contra la injusticia de un sistema absolutamente patriarcal siga siendo ardua, compleja, a veces, incluso, imposible.
Seguiremos, casi pegados a su hombro, codo con codo, a Ramona en su crisis existencial. Esa que le está poniendo contra las cuerdas en su madurez personal. La acompañaremos en su lucha por una mejor situación laboral y personal, aunque a veces el revés de la vida sea más implacable que la determinación de esta mujer guerrera, fuerte, que nunca claudica, que nunca se vence, …
Todo en una película de calidad notable, llena de sentido de la realidad, que respira a Galicia y reivindicación social, que vuelve a demostrar el fuerte músculo de nuestro cine actual.
Pero, por encima de la película está ella, María Vázquez, actriz perfecta para el papel (atención Goyas 2024), inmensa en todos sus planos, que engrandece a esa Ramona omnipresente, personaje para el recuerdo, correoso, nada fácil, pero lleno de honestidad y fuerza, protagonista absoluta del largo. Ambas, insisto, engrandecen el filme y a ambas pertenecen la película.
Cine de autor, realista, imperfecto (la actriz y su alter ego está por encima del guion y de la trama), recomendable para aquellos que buscan en el cine algo más que mero entretenimiento y a los que no les importa dedicar su tiempo para pensar, siempre en aras de mejorar un mundo al que le quedan muchas cotas, aún, por alcanzar.

“Los reyes del Mundo”. (Dir: Laura Mora):
Me acerco a ver “Los reyes del Mundo” por haber conseguido el privilegio de alzarse con la Concha de Oro del último Festival de San Sebastián, máximo galardón del certamen donostiarra, y porque siempre se habló de ella como la mejor película de su sección oficial. Diré que no puedo negar que es una gran película, porque lo es, y que su directora tiene una mano sobresaliente para reflejar la cara más dura de Colombia, con un perfecto equilibrio entre el cine más documental y guerrillero, y el halo poético que provoca la elección de cierto aurea de realismo mágico, muy propio de la cultura iberoamericana.
De hecho, muestra de manera muy realista y convincente el periplo de unos jóvenes callejeros de Medellín que abandonarán su dura e incierta realidad urbana, para lanzarse a un periplo por el rural de su país con el fin de reivindicar unas tierras que uno de ellos ha heredado de su abuela, las cuales fueron en el pasado arrebatadas a la fuerza por los paramilitares. Hay verdad en todo lo que se muestra, demasiado, incluso. A pesar de ser todo muy duro también hay poesía. Es una durísima, paradójicamente, bella película. Sus actores no profesionales no pueden ser más de verdad. Y la mano de su directora, insisto, se ve brillante. Pero la dureza de lo que me cuenta me impide disfrutar del todo de la película. Veo angustiado todo su metraje. Más cuando tengo claro que todo lo que me cuentan está ocurriendo ahora mismo en mil puntos del planeta. No sé si me ha merecido la pena el viaje. Certifico mucha calidad en sus imágenes y en su mensaje, pero me abate su crudeza. Algo que me impide, mis queridos “hoymevoyalcinemaniacos”, recomendárosla, fervientemente. Gran cine, pero demasiado fuerte duro, triste. Al menos para la sensible alma que suscribe estas líneas.

Sensiblero! Pero es lo bonito del cine (y del telediario) que te sacude la realidad sin contemplaciones y nos saca de la comodidad de vida Disney que normalmente llevamos…
Gracias por los aportes!
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Tal cual. En la variedad está el gusto y cuanto más variado y diverso, mucho mejor. 👏🏻👏🏻
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