INJUSTA Y PERRA VIDA.

Los que seguís este blog sabéis de muy buena tinta que soy un entusiasta que predico a los cuatro vientos el “carpe diem”, el “aprovecha el momento”, el “no desperdicies ni un instante de tu existencia e intenta ser siempre feliz”, sean cuales sean las circunstancias. Pero bien es verdad que lo hago siempre desde mi postura cómoda de privilegiado del primer mundo con una realidad de lo más favorable y positiva, afortunada y sencilla, con lo cual, sin quitarme mérito, porque los hay, y muchos, que practican el “deporte” de la negatividad en similares, o incluso mejores, situaciones, sin darme cuenta, olvido que no todo el mundo goza del mismo alentador presente.

De hecho, no hay que ir muy lejos (el estrecho de Gibraltar, Siria, Afganistán, o a Cañada Real, aquí en Madrid, sin ir más allá) para percatarse de que en muchos lugares de este planeta el mazo de la desdicha y la injusticia golpea a muerte a sus desafortunados habitantes, los cuales, aunque intenten luchar contra sus obstáculos en busca de una vida mejor, aún no resistiéndose a lo que el maldito destino les deparó, a lo que la caprichosa lotería de la vida tuvo a mal de concederles, lo tienen harto difícil para escaparse de la maraña de la desgracia y la no fortuna.

Veo dos películas que me recuerdan lo injusta, y perra, muy perra, que es la vida para ciertas personas y sitios. Las dos me emocionan (y conmocionan). Me tocan. Las dos me recuerdan mi situación de suertudo. De afortunado. De que el destino no me la jugó. Pero a la vez, las dos me reafirman en mi idea de que no podemos desperdiciar nada de lo que tenemos a nuestro alcance, a nuestro alrededor. Somos unos privilegiados que caímos en la parte A del disco, en la cara brillante de la moneda, en el primer mundo, en el lado bueno de las cosas, … y no nos podemos permitir el lujo de no saber aprovecharlo. Así que a quejarse menos y mirar más telediarios.

“El Olvido que seremos” / “Forgotten we´ll be” (Dir: Fernando Trueba):

            Bella, emotiva, emocionante, interesante y muy recomendable es la nueva película de Fernando Trueba, un drama rodado con austeridad y sencillez, así como con mucha sensibilidad y tino, e interpretado por un fantástico Javier Cámara, perfectamente acompañado por un reparto en su mayoría colombiano, que en nada desmerce al gran actor español. Merecidísimo es su Goya a la mejor película extranjera, como todos los buenos comentarios que la cinta ha recibido desde su estreno.

“El olvido que seremos” cuenta la historia real de Héctor Abad Gómez, médico, profesor universitario y activista político-humanitario que fue conocido por su lucha constante en contra de la desigualdad económica y social en el Medellín de los 70. Inspirada en la novela del mismo título escrita por su hijo, basándose en sus propias vivencias, la película se centra en la figura de tal bondadoso ser, al cual nunca le frenó ni el miedo ni su favorable situación, de cara a reivindicar los derechos de los más necesitados. Nunca se rindió por defender lo que su corazón, cerebro y conciencia, le obligaban a defender.

Todo ello en una película lenta, pero intensa, sencilla, pero contundente, reposada pero llena de verdad y emoción, la cual se me antoja como una especie de “Roma” (de Cuarón), pasado por la túrmix del “Cuéntame”, nuestro pasatiempo audiovisual nacional, con un poquito de cine de, pongamos, por ejemplo, un León de Aranoa o un Ken Loach. Un cóctel perfecto que da como resultado un largo que interesa tanto como conmueve, que te hace reír tanto, como te llena de rabia. Una cinta madura, sabia, reposada, macerada poco a poco, que os recomiendo absolutamente.

            Un acierto su historia, su puesta en escena y dirección, su acertado reparto y ese brillante y equilibrado contraste entre un pasado lleno de color y un presente y blanco y negro, que nos hace pensar que los días más actuales, no son, para nada mejores, que aquellos días del lejano ayer. Insisto, muy recomendable.

“Quo Vadis, Aida?” (Dir: Jasmila Zbanic)

            Si “El orgullo que seremos” me emociona, “Quo Vadis, ¿Aida?” me conmociona. Me arrolla. Me destroza. Me demuele. Habla de la toma por parte de soldados serbios de la ciudad bosnia de Srebrenica en 1995. Ese es el punto de partida, lo que sigue es un acertado retrato del sinsentido, del horror, del infierno de la guerra. Todo a través de los ojos de una mujer. La Aida del título. Una traductora de la ONU, antes profesora de un colegio de la arrasada ciudad, que ve como su vida pende de su ayuda a los cascos azules, mientras trata de salvar a su propia familia. Una madre angustiada que trata de ver como proteger a su camada, mientras observa sin poder hacer nada como su mundo, sus tierras, y su gente, son arrollados por la brutalidad sanguinaria del invasor vil. En medio, el sufrimiento del desprotegido, la falsedad de la diplomacia internacional, la impaciencia y angustia del “siervo”, que busca una solución lógica y sólo encuentra órdenes descabelladas.

            Una película potente, demoledora, directa, seca, que muestra sin concesiones lo que la irracionalidad extrema provocó en la década de los 90 en la antigua Yugoslavia. Para el recuerdo, esa mujer desorientada, abatida, desconcertada, anonadada, devastada, demolida, buscando la luz al final del túnel, esa rama a la que agarrarse antes de que su vida caiga por el precipicio de la barbarie, ese rayito de luz que de visibilidad a su oscura situación sin salida. Esa leona, luchadora nata, esa AIDA brava, irreductible, dispuesta a no claudicar, a no rendirse, esa mujer sin límites que no parará hasta buscar una salida para que ella y los suyos puedan sobrevivir al caos no racional. Esa mujer perdida, desorientada, sin rumbo, sin norte, en el caos, en un laberinto sin salida, en una caja fuerte sin combinación posible para abrir, … Y nuestro corazón, con ella. Eso sí,  desgarrado, herido, apisonado, pisoteado, atravesado, no por balas de verdad, las que perforaron a un montón de inocentes en tal impío genocidio balcánico, sino el de las potentes imágenes que conforman esta veraz, muy dura y muy recomendable película.

5 comentarios sobre “INJUSTA Y PERRA VIDA.

  1. Sabía que te iba a gustar El olvido que seremos! :–)

    A mí quizá me haya gustado una miguita menos que a ti (la estructura sobre todo no ha acabado de convencerme), pero para mí también es muy recomendable!

    Quo Vadis Aida habría podido verla hoy, pero hemos eligido Los hijos del sol. Y te la recomiendo sin duda! :–)

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      1. A ver si logro verla, he visto el trailer y sí, parece durísima. La semana que viene en realidad pensaba ir a ver Valhalla Rising de Nicholas Winding Refn, que normalmente hace pelis que me gustan…

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