“Cazafantasmas” y el encanto de la nostalgia.

Qué tiempos aquellos los del cine ochentero de aventuras. Es recordar a “Indiana Jones”, “Los Goonies”, “Los Gremlins”, “Karate Kid”, “Cuenta Conmigo”, “El secreto de la pirámide”, “La princesa prometida”, “La historia interminable”, “Regreso al futuro”, “E.T. El Extraterrestre”, …  y ponérseme los pelos de punta. La emoción a manos llenas. La ilusión a tope. Mi doctorado en cinefilia. Mi infancia cinematográfica. Los inicios en esto de mi pasión por el cine.

Y es que fue con esos largometrajes, creados bajo la alargada sombra del cine de Spielberg, donde cimenté lo que hoy es mi gran pasión: acudir a una sala de cine. Luego llegarían Scorsese, Almodóvar, Woody Allen, Billy Wilder, Trueba, Bergman, Jane Campion, Wes Anderson, Icíar Bollaín, Sofia Coppola, Los Cohen  y demás colegas, para darme un máster en esto de las películas, pero mi cinefilia comenzaría con esas historias de aventuras y mundos mágicos, llenas de entretenimiento y apasionantes historias, de banda sonora claramente de los 80´s, o con inspiración de John Williams, y elementos de la cultura pop. Es recordar las películas y su visionado en aquellas salas de cine (en mi caso las de mi queridos Cines Van Dyck de Salamanca) y vibrar mi alma, electrificarse mi esencia, alocarse mi persona. Y es que nada como una buena película ochentera de aventuras. ¡Pura magia!!

Voy a ver un “reboot”, o reinicio,  de una de ellas, una nueva entrega de la revitalizada saga de los “Cazafantasmas”, esto es lo que me parece.

“Cazafantasmas: Imperio helado” / «Ghostbusters: Frozen Empiere” (Dir: Gil Kenan).

Pues quizá sea eso lo mejor de “Cazafantasmas: Imperio helado”, su nostalgia del ayer. Su visionado es un regreso al pasado, nunca mejor dicho, en toda regla. Durante sus 115 minutos las referencias a la cultura de los 80 y, en concreto, a las películas creadas en aquella época de esta saga son constantes. Uno disfruta enormemente de esos guiños a elementos y personajes de los “Ghostbusters”. También de la estética y la esencia de aquel momento de la sociedad. Sin duda lo mejor de esta cinta, eso y el reparto, fantástico como es habitual, encabezado por un siempre guasón Paul Rudd y la emergente y brillante McKenna Grace, talento enorme del que sabremos mucho, o eso auguro.

Por lo demás, “meh”. Ni fu ni fa ni fa, ni todo lo contrario. ¿Se deja ver? Sí. ¿Entretiene y se puede disfrutar en familia? Pues también. Pero al guion le falta vida, emoción, pasión, salsa. Parece un nuevo episodio hecho con piloto automático de la franquicia. Le falta chicha, gracia. Una pena, porque le tenía ganas.

Cuenta como los “Cazafantasmas” tendrán que luchar con una nueva maldición que promete helar Manhattan y el resto del mundo. De como se las idearán para someter a tal helada tragedia y enfrentarse a todo tipo de seres fantasmagóricos, a eso, y al alcalde de la ciudad, que a veces el político de turno da igual de miedo o más.

El resultado, como digo, normalito. Se pasa rápido, es amena, pero nada del otro mundo. No deja poso, no te apasiona y aviva. Me quedo con las originales. Incluso con las dos anteriores del “reboot” de esta saga, ambas también fantásticas. Ésta se queda un poco vacía, plana, sin alma.

Soñaremos con que lleguen mejores entregas y, mientras, viviremos de la nostalgia, de aquel cine que, en nuestra juventud e infancia, al menos la mía, los 80´s, nos hizo tan, pero que tan felices.