Hay momentos en los que uno no puede más. Las cosas se complican y uno necesita parar. Reflexionar. Reiniciar. Empezar de nuevo. Reorganizar. Parar y restaurar. Dejando de mirar atrás y sólo enfocando la vista hacia adelante, con nuevos objetivos que cumplir e ilusiones que lograr. Cerrar una puerta para abrir otra. Terminar una historia para empezar la siguiente. Abandonar el pasado para lanzarse al futuro (incierto, pero esperanzador, en la mayor parte de los casos).
Como cuando el ordenador se vuelve loco y entra en bucle y uno, mande cual sea el comando que mande, no consigue que éste responda. Pues lo mismo. Apagar el aparato y empezar de nuevo. Resetear. Reestablecer. Restaurar. Cntrl+ Alt. + Supr. A lo radical. Con los daños colaterales que esto implique. Salvando la información que se pueda salvar y perdiendo toda aquella (aunque de pena) que se tenga que dejar atrás. Pues igual en la vida. Que esto ya no tiene solución… Pues a empezar de nuevo. Que esto se ha enquistado y está ya demasiado manido… A darse una nueva oportunidad. A investigar nuevos caminos. Siempre con la idea de mejorar. De no quedarse atrás. De no mantenerse “hundido” en el fango, sino poder caminar libremente y sin ataduras por nuevos senderos por los que dejarse llevar. De esto hablan las dos películas de mi sesión doble de hoy. De comienzos. De “beginnings”. Vamos con ellas.

“Volver a empezar” / “Herself” (Dir: Phyllida LLoyd):
Veo la última película de Phyllida Lloyd (“Mamma Mia”, “La dama de Hierro”, etc…). Su paso por festivales ha sido más que positivo y desde su estreno en SUNDANCE no he parado de leer comentarios sobresalientes sobre ella. Efectivamente son ciertos. Disfruto, me emociono y sufro (también me río, menos, pero también lo hago), con la historia de esta mujer maltratada (ha decidido no soportar una paliza más) que intenta darse una nueva oportunidad en solitario con sus dos hijas. Al tener muchos problemas para encontrar un hogar digno donde vivir, decidirá construirse su propia casa, siguiendo unos tutoriales de YouTube y contando para ello de la ayuda de ciertos allegados y personas cercanas. Seguiremos su odisea, su tenacidad y su obstinación por levantar esta nueva morada pase lo que pase. Sólo le importa una cosa: que sus hijas puedan tener un lugar feliz y estable donde dejar de sobrevivir y empezar a vivir dignamente. Para ello tendrá que luchar contra todo tipo de triquiñuelas económicas, contra un marido dispuesto a recuperar su familia al coste que sea, así como contra un sistema legal absurdo, ilógico y “kafkiano”, donde todo se podrá en su contra. La vida misma, vamos.
Todo ello en un drama sencillo, pero muy bonito y emocionante, triste, pero optimista y esperanzador, y en el que tu alma y tu corazón estarán desde un principio con esta mujer sola ante la adversidad. Su nombre es Sandra y lo interpreta con solvencia y veracidad la actriz Clare Dunne, autora también de la idea y parte del guion.
Cine de emociones con trasfondo social, muy entretenido y disfrutable. Una especie de Ken Loach sentimental, con menos mala baba y más emociones, más para “todo tipo de público” que el ávido sólo de cine autoral. Risas y lágrimas en la clase obrera. Notable drama de problemática (por desgracia) aún actual. Muy recomendable.

“Beginning” (Dir: Dea Kulumbegashvili):
Si de “Volver a empezar” salgo emocionado, de “Beginning”, la película polémica de la temporada, salgo conmocionado. En shock. Entre el enfado y el éxtasis, si es que se puede estar así. No sé lo que acabo de ver. No sé ni siquiera si me ha gustado. No sé si es una obra de arte o una verdadera tomadura de pelo. No sé qué pensar. No acabo de tener una percepción clara de esta cinta “marciana” mezcla del cine más realista, casi documental, con la “experimentalidad” y radicalidad más salvaje. Entre el realismo feroz y la metáfora más rebuscada. Entre el documental social de la 2 y el poema más ininteligible y vanguardista.
Es la película de la polémica de la temporada. Con sus fans acérrimos y sus detractores más salvajes. Carlos Boyero, súper crítico de “El País” (del que ya sabéis que me declaro fan incondicional), se salió de su proyección durante el Festival de cine de San Sebastián y luego el Jurado de éste le otorgó 4 premios gordos del palmarés (Película, Dirección, Actriz y Guion, ahí es nada). Para unos la “nadería” absoluta, para otros la obra “summum”. ¿Y yo? Pues un poco en el medio (como en “Los Chicos”). Ni sí, ni no, ni blanco, ni negro. Ni todo lo contrario. Vamos al lío. A ver cómo lo explico.
“Beginning” cuenta la historia de una mujer que quiere empezar de nuevo (esto lo sé porque ella lo verbaliza en un momento de la película – “Siento que algo nuevo está a punto de empezar o algo está a punto de finalizar”-, le dice a su marido nada más empezar la trama). Ella está casada con un jefe religioso de una comunidad de Testigos de Jehová, la cual será atacada y destruida durante un rito religioso. El marido intentará resolver quién lo ha causado, ante la negativa de la policía, quien le invita a no seguir buscando pistas. No sólo buscará respuestas, sino también tratará de conseguir dinero para volver a construir un nuevo templo y recuperar su normalidad. Para ello se ausentará de su casa durante una semana. 7 días que su mujer pasará sola en compañía de su hijo y cambiarán definitivamente sus vidas. No cuento más. Porque pasa muy poco. Pero lo que pasa es contundente, eso sí, de una radicalidad extrema, y es mejor, creo yo, el factor sorpresa. No spoilers. Todo ello en una película muy lenta (apenas pasa nada; avisados quedan) que sirve de análisis de una sociedad misógina y machista (en teoría la del país de su novel directora, Georgia, pero extrapolable a tantos y tantos) y en el que se mezclan temas como la religión, el sexo, el machismo y la violencia. Un cóctel molotov, tan aburrido (salvo golpes de efecto demoledores) como efectivo en lo que denuncia. Más propia de un museo de arte contemporáneo, a modo de performance conceptual, que de una sala de cine. Una experiencia distinta y absolutamente “cósmica”, por definirla de alguna manera, donde la belleza y el horror absoluto se dan la mano (metáfora, según la directora, de su propio país).
Insisto: radical, extrema, fuerte, muy fuerte, complicada, compleja, metafórica, real, muy real, ambigua, … En fin, … y así podría estar una hora. Muy interesante una vez analizada y reposada. Pero con un “hándicap” para mí enorme. Demasiado lenta, reflexiva; demasiado parsimoniosa y, en el fondo, aburrida. No la puedo recomendar. No me atrevo. Tampoco me arrepiento de verla. Ya sabéis que me gustan las experiencias fuertes y fuera de lo rutinario. Pero quizá sea un tipo de cine sólo, repito, sólo, repito de nuevo, sólo para aquellos amantes del cine más de autor, radical y poco convencional. Si ustedes disfrutan de este tipo de películas, no lo duden, esta es su cinta. Si no, salgan corriendo. Ni se acerquen. Avisados quedan.

Hola Felipe!! Me apunto «Beggining». Ese cine que te deja perplejo me atrae (recuerdo una húngara estilo teatral que vi en la SEMINCI hace años en la sesión de después de comer que hubiera vaciado cualquier sala comercial a los 5 minutos de protección). En la vida hay que arriesgar. Un abrazo.
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No sé qué decirte. Es muy muy lenta y demasiado experimental/radical. Así que, cuidado si te animas… 🤦🏼♂️porque es una peli que todavía a día de hoy, no sé qué pensar de ella
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