Perdidos en la vida

A veces, no hace falta irte al espacio para andar perdido. Ni entrar en un laberinto. Ni en un bosque frondoso sin fin. Basta con la realidad misma. La vida, tu propia existencia, tu destino, tu día a día, te pone una serie de obstáculos y retos que te hacen perder el norte, estar desorientado, en busca de esa “brújula” que enderece tu camino y te vuelva a poner en rumbo. Todos, de alguna que otra manera, hemos vivido en “nuestras carnes” esos momentos vertiginosos en los que la “montaña rusa de la vida” te ha lanzado al “looping” más “adrenalítico”, a la caída más libre y salvaje,… y uno no sabe cómo parar. No queda otra que dejarse llevar. Dejarse arrastrar

por la velocidad desenfrenada del “vagón” de la vida en el que te tocó sentarte. Son esos unos momentos de crisis en los que uno prácticamente no sabe quién o quién no es, o qué o qué no quiere hacer. Uno está desorientado, perdido, pero no en un espacio físico, sino en la propia existencia. Pero ha de tirar para arriba. Sacar fuerzas. Tomar decisiones. Salir adelante. No rendirse y luchar contra viento y marea contra sean cuáles sean esos “titanes” que quieren amedrentarnos o sean cuales sean esos los desestabilizadores sentimientos que intenten abatirnos. La vida. Tal cual. Tan bonita como ingrata. Tan generosa como desagradecida. Tan virtuosa como estafadora. Tan dura como  gratificante. Bella, muy bella, pero caprichosa ella.

De eso van las dos películas que veo. Ambas giran en torno a dos personajes que han salido de su zona de equilibrio. La vida ha venido a ponerles a prueba y ellos tendrán que hacer lo posible para ganarle la partida.

“Nunca, casi nunca, a veces, siempre” / “Never Rarely Sometimes Always” (Dir: Eliza Hittman):

Venía precedida de buenas críticas. Y con el premio especial del jurado en Sundance y en Berlín. Así que había ganas de ver si había calidad detrás de esta cinta de corte independiente sobre el aborto. Y sí, sí la hay. La cinta dirigida por Eliza Hittman es un filme veraz, conciso, directo, realista e interesantísimo sobre el viaje que tendrá que llevar a cabo una joven estadounidense para poder abortar en Nueva York sin el consentimiento de sus padres. Es una brillante disección sobre un tema tan controvertido como presente, del que no hay que apartar la mirada y del que hay que hablar. Sin tapujos. Y en esta notable cinta “indie” se hace; se trata el tema y muy bien. Asistiremos, casi a tiempo real, a ese periplo de unas 48 horas en la que nuestra protagonista, una desorientada adolescente, intentará lidiar con su nueva situación tratando de solucionar su actual problemática. No estará sola. Le acompañará su igual de joven y desorientada prima. Y vivenciaremos con interés y perplejidad la “odisea” de nuestra perdida protagonista. Una película que habla de la terrible situación de muchas mujeres en el mundo, que refleja perfectamente una sociedad moralista e hipócrita como es la americana, así como su atroz sistema sanitario (¡Bendita seas, seguridad social!!!) y que muestra perfectamente, sin juzgar a nadie, el terrible proceso de una chica que quiere abortar. Seca y sin aspavientos. Directa y sin regodeos.

En definitiva, cine indie de corte social, lleno de interés y buen hacer. Atención a su prometedora directora y a su joven y fantástica, Sidney Flanigan, actriz. Bravo y bravo por las dos. Muy recomendable.

“Tomasso” / (Dir: Abel Ferrara):

En el caso de “Tomasso” el problema de nuestro protagonista es diferente. Está en crisis. Vital. Personal y con su pareja. De esto trata el nuevo experimento cinematográfico de Abel Ferrara. Una especie de autorretrato fílmico, entre la ensoñación y la autobiografía, que el director italoamericano se “casca” para amén de sus fans. Un engendro cinematográfico-vital en el que el radical director da rienda suelta a sus miedos, pasiones, adiciones, frustraciones… Todo a través de su alter ego, un director (fantástico Willem Dafoe) en crisis creativa (está en medio de la escritura del que será su próximo guion) y personal (se está empezando a distanciar de su pareja y su hija; en pantalla la propia pareja e hija del director, lo cual añade más “morbo” y realismo a la cosa) tratando de lidiar con sus ex adicciones (alcohol y drogas) y sus miedos (celos, inseguridades, frustraciones, …). No voy a negarle cierto interés y valentía al proyecto. Tampoco el que tenga momentos de gran belleza y poesía fílmica. Ni que Willem Dafoe se entrega en cuerpo y alma a esta “locura” creativa. No seré yo quien. Pero en conjunto no me acaba de funcionar esta “paja mental” del señor Ferrara y es mayor el interés porque acabe, que por saber qué va a ser de esta pareja que lo mismo se entrega a la fogosidad desenfrenada en un sofá a media noche, que se tira los trastos a la cabeza en plena calle ante la mirada alucinada de los transeúntes romanos (la peli se sitúa en Roma). Artistas. Tan atractivos como neuróticos. Tan llenos de genio, como desequilibrados Como el proyecto. Mitad fascinante, mitad bodrio, mitad sensibilidad y belleza, mitad paranoia mental. Mitad genialidad, mitad nadería. Un no sé qué, que no sé yo. En definitiva. Una “rarunez” con destellos de calidad, recomendable exclusivamente para amantes del cine muy, muy, experimental. Queda dicho (gran Willem Dafoe mediante).

2 comentarios sobre “Perdidos en la vida

  1. Con Dafoe no sé qué me pasa, qué deja paralizado al verle, qué gran actor! Icónico!
    Algún trauma infantil de alguno de sus primeros personajes 😀

    Con la peli de las chicas, me has dejado con la duda de saber qué les pasó… anotada queda 🙂
    También yo digo lo de: Viva la seguridad social!

    Muchas gracias por las recomendaciones e impresiones semanales.

    Le gusta a 1 persona

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