Clint Eastwood, la maternidad y la Fiesta del cine.

Pues sí. Esta semana se ha celebrado una vez más la FIESTA DEL CINE, magnífica iniciativa para atraer público a las salas, reduciendo el precio de las entradas a 3´50 euros. Y un servidor no podía faltar. Y no por el tema del precio, a mi pagar por ir al cine nunca me ha supuesto ningún problema, sino porque había mucho que ver para luego en este blog poder comentar.

Pues un gustazo. Me refiero a lo de ver salas llenas entre diario, con gente de todas las edades, de lo más variopinta y diversa, algo que, por otro lado, empieza a ser una rutina, al menos en los cines de autor que yo frecuento, que entre semana están muy a tope, lo cual reaviva mi idea de que el séptimo arte no está muerto y que le queda, vengan una o dos mil plataformas para quedarse, tiempo para rato. Al menos que exista hasta que un servidor viva, y no por egoísmo, sino porque en lo que a mí me refiere, siempre lo he confesado por estos lares, me encanta, me chifla, me apasiona, me da la vida… Que le voy a hacer, como diría el otro, si aunque no naciera en el Mediterráneo, me encanta el arte del celuloide, el mundo de fotograma, la gran pantalla… ¡Larga sea su vida!!!

“Jurado nº 2”. / “Juror nº 2”. (Dir: Clint Eastwood).

No estaba mucho en mi radar lo último de Clint Eastwood, a pesar de que me confieso admirador acérrimo de muchas de sus obras, como las valiosas, tristes y melancólicas, “Million Dollar Baby” y “Gran Torino”, entre otras, pero los buenos comentarios que voy leyendo por doquier, junto al momento festivo de la “Fiesta del Cine”, me empujan a ello. Qué acierto. Disfruto de lo lindo de este drama judicial del que es mejor no saber nada, o lo mínimo, en torno a un proceso jurídico controvertido. Una cinta de corte clásico y muy del estilo de su director, que tiene su mayor acierto en los diferentes giros de guion de la trama y, sobre todo, en el gran debate ético que propone, de una enjundia endiablada, que te hace poner en un brete todos tus principios personales y humanos. Una cinta muy inteligente que, a pesar de que pueda pecar a veces un poco de tramposa y de dar mucha ambigüedad al comportamiento de algunos de sus personajes, lleva al límite el significado de justicia poniéndolo en entredicho, con un caso en el que la mayoría de los ciudadanos no sabríamos qué hacer.

La veo sin pegar ojo. Sin aliento. Con la sensación agridulce que me produce el hecho de que me lleva al límite de mi ética y me hace cuestionarme mucho personalmente, como lo hacemos durante las dos horas con sus protagonistas. Se pasa en un plis. Te engancha de principio a fin, de cabo a rabo y no te suelta hasta ese perfecto plano final. Y muestra de ello es el silencio absoluto que reina durante todo el metraje en la abarrotada sala de cine donde la veo.

Clint vuelve con fuerza y nos regala otro gran filme de pequeña producción, pero de enorme temática y de gran enjundia, algo que facilita ese inteligente guion, su clásica y nada rimbombante puesta en escena y su fantástico reparto. Y ese debate… ay, ese, endiablado debate. Larga vida a Mr. Eastwood también, como al cine.

“Salve María”. (Dir: Mar Coll).

También me parece una gran película, aunque muy dura, no para todo el mundo, avisados están, una de las películas independientes de la temporada dentro de nuestro cine, que viene de ganar varios (merecidos) galardones en importantes festivales de cine internacional (véase la SEMINCI o Locarno) y que sigue demostrando el gran momento de las jóvenes creadoras en nuestro panorama fílmico.

La peli se llama “Salve María” y habla de una madre que tras tener un bebé ve como su mundo se tambalea cayendo en una enorme depresión, que se incrementa cuando empieza a tener instintos infanticidas, los cuáles se ven acrecentados al enterarse ella de un caso reciente de matricidio en la zona.

La temática pone los pelos de punta. Cómo se cuenta también. Es un drama, pero parece un thriller. Hay mucho dolor y tristeza, pero también mucho suspense y angustia. Imposible no seguir los pasos de esta recién llegada a la maternidad que ve su alma caer por la borda cuando se ve incapaz de manejar la situación de ser madre.

Una cinta valiente, inteligente y muy bien resuelta, que se mantiene firme (podría haber sido fácilmente fallida) por  su interesante trama, su potente temática, su realista, directa y austera puesta en escena y, sobre todo, por la fantástica actuación de su actriz principal, probablemente el Goya a actriz novel de este año, Laura Weissmahr, magnífica, pura verdad, muy bien replicada por el siempre impecable Oriol Pla.

Cine independiente, muy duro, austero, que te lleva al límite, te arroya a bocajarro, sin contemplaciones ni pamplinas, y que me parece de una gran calidad, aunque uno sufra durante todo su metraje, y que sirve, por otro lado, de valiente y brava reflexión sobre el difícil papel de la mujer ante la maternidad cuando una no está preparada para ello.

Vamos, qué disfruté de lo lindo con esta sesión doble de cine del que te permite reflexionar, cuestionar y hablar, largo y tendido.

¡Viva la Fiesta del cine!!! ¡Y también vosotros, mis queridos “hoymevoyalcinemaniacos”, que siempre me leéis! Se os quiere.

CLAQUETÓMETRO SEMANAL:

                Dejamos marchar a la fantástica “Casa en llamas”, que tenéis ya en NETFLIX, a la fantástica adaptación de «El conde de Monte Cristo», porque ya queda en pocas salas y las muy notables «La virgen roja» y «Rita», porque no hay sitio para todas, … y así quedaría la cosa previa estrenos. Buen resto de semana.