“Wonka” y los “Robot Dreams”. Preciosas películas pre-Navidad.

            Apunto estamos de vacaciones de Navidad. A nada de escuchar las campanadas y de brindar con champán. De reencuentros familiares y regalos. De volver a juntarnos con los nuestros. Charlas y promesas de vernos más. De mirar hacia atrás y tratar de corregir los errores. De pensar en el adelante y ver qué cosas podemos hacer con eso llamado futuro. Con el ver cómo nos manejamos en aquello del “Un año más”. Tiempo de festines, comilonas y kilos de más. De risas. También de llantos. Y quebrantos. De regalos. De besos y abrazos. Lentejuelas y brillos. Esta vez, eso sí, de materiales sostenibles. De guateques y cotillones. De no hacer nada y de atracones. Y de descansar.

            También es tiempo de ir al cine. Y de disfrutar de esas películas que la cartelera nos prepara para estas fiestas. Una combinación extraña entre productos para gran público destinados a ver en familia, cuánta más gente mejor, y aquellas cintas que van acumulando prestigio y galardones en la temporada de premios, bien sea nacional o internacional.

            Veo dos de ellas. Las dos me encantan y, cada una en su estilo, me parecen una maravilla.

“Wonka” (Dir: Paul King):

Muy bien “Wonka”. Súper bonito es este musical lleno de comedia y misterio que narra los inicios del famoso personaje de Roal Dahl, Willie Wonka, antes de convertirse en ese excéntrico, misterioso y carismático, dueño de la fábrica de chocolate más famosa del mundo mundial y que ha dado lugar, entre otros, a una película, libro e, incluso, un musical de Broadway.

Asistiremos a los prolegómenos del viaje iniciático de ese chico idealista, quien, auspiciado por su ausente madre, intentará hacerse un hueco en el mundo de la repostería chocolatera, teniendo que solventar para ello un montón de obstáculos, generados por una serie de villanos que harán la vida imposible a este futuro maestro del universo del cacao. Para ello contará también con sus aliados, una serie de desafortunados como él, que harán equipo y fuerza común para que Willie reine y trate de conseguir su sueño.

Me encanta “Woka”. Todo rezuma encanto. Visualmente es preciosa y hay magia durante todo el metraje. Cada plano está lleno de imaginación y creatividad, la que viene demostrando con creces su director (si nadie ha viso su “Paddington” y “Paddington 2”, OBRAS MAESTRAS, con mayúsculas, del cine familiar, que no se las pierda). Como si de un “pop-up” libro se tratara cada secuencia y cada plano son una mini película en sí misma, llena de sorpresas y recovecos. A ello se le añade el buen hacer de Chalamet. El joven actor de moda está perfecto como Wonka. Sin más. No menos sus compañeros de reparto, todos impecables. Hay que destacar a Olivia Colman y Hugh Grant en sendos personajes perfectos para su talento cómico. Porque hay sentido del humor. Y mucho. Muy inteligente e irónico, flemático y muy “british”, dentro de que no deja de ser una propuesta para todos los públicos. También fantasía. A borbotones. Visualmente es una maravilla y cada instante derrocha ensoñación y poesía.

Veo su metraje con una sonrisa de principio a fin. Salgo con la misma del cine y me dura un buen rato. He disfrutado muchísimo de este “feel Good musical”, como dirían los anglosajones, que me ha mantenido enganchado de principio a fin. La veo en familia, los 4, y nos gusta mucho a todos.

En definitiva, un perfecto producto para estas fechas. Más si es para verlo en familia. El que tenga peques o ganas de disfrutar de una cinta tan naif como mágica, tan inventiva como disfrutable, que no se la pierda.

“Robot Dreams” (Dir: Pablo Berger):

También me encanta “Robot Dreams”, la película española de dibujos animados, dirigida e ideada por Pablo Berger (director de “Blancanieves”), que está siendo aplaudida por todo el mundo y que, probablemente, consiga, incluso, nominación a la mejor película de animación. Al menos está en todas las quinielas. Sería todo un logro para nuestro cine. Fue presentada en el prestigioso Festival de Cannes y desde entonces no ha parado de recibir el reconocimiento unánime de quien la ve.

Y la verdad es que no es para menos. Es tan sencilla como preciosa. Tan minimalista en fondo y forma (sólo dibujos y música, no diálogos) como redonda. La historia de un perro que se comprará un robot para hacerle compañía porque se siente muy solo es fantástica y está contada con mucha sensibilidad y acierto. Todo funciona en la película. Desde la cuidada, retro y preciosa animación, como el potente uso de la música, como esa trama también un tanto naif pero tan emocionante y que tan fácil te llega, tanto, que es imposible no caer rendido a su metraje.

La historia de una amistad. Y de descubrir el mundo. En la mejor compañía. La de esos que nos quieren. Y nos desean lo mejor. Todo ello ambientado en el Manhattan de los 80.

Me río. Me emociono. Me deleito con sus retro dibujos y con la fascinante imagen que muestran del Nueva York más ochentero. Y me lo paso en grande en compañía de ese canino protagonista y su metálico compañero de aventuras. Cada momento de su metraje es mágico y la sencillez y el encanto de su propuesta me atrapan. Desde el principio hasta ese redondo y precioso final.

Una película sencilla, aunque de gran complejidad técnica y conceptual, pero muy potente. Toda una pequeña joya de la cartelera que espero no pase desapercibida, ya que su calidad y su sensible y muy emocionante historia, bien valen la pena. Muy recomendable.