Voy a ver las dos películas que contienen las dos actuaciones favoritas de este año para ganar el OSCAR en la categoría de MEJOR ACTOR. Desde el principio de la temporada se han colocado en esa ansiada posición de “caballitos ganadores” y es muy difícil, salvo “plot twists” (giros de guion) de último momento, que, en la ceremonia de los premios de la academia de Hollywood de este año, uno de ellos no se vaya a casa con la codiciada estatuilla dorada.
Me refiero al recién recuperado para la industria Brendan Fraser, ese actor que, tras su éxito en pantalla juvenil, ha estado prácticamente retirado de la gran pantalla (por una truculenta historia de acoso sexual y de veto en los grandes proyectos por su anunciada homosexualidad), volviendo por la puerta grande, con un “coming back” de esos que encantan en la “tierra de las ilusiones”, con una de esas actuaciones que lo ha puesto de nuevo en el foco de mira. El otro, Colin Farrell, uno de los niños “malos de Hollywood”, actor de demostrado talento que, aunque siempre afinado interpretativamente, no ha encontrado hasta ahora uno de esos proyectos que le catapultaran como favorito para ganar el galardón entre galardones entre intérpretes. Con ésta su nueva película, “Almas en penas de Inisherin”, al fin lo ha conseguido. Entre ambos está el juego. Habrá que esperar a Marzo para saber la solución.
Bien, pues estas son las impresiones que me causan sus dos alabadas interpretaciones y las películas que protagonizan. Vamos con ellas.

“La ballena” / “The whale” (Dir: Darren Aronofsky):
Empiezo defendiendo a los cuatro vientos la interpretación de Brendan Fraser en “La ballena”. Realmente es un trabajo sincero, lleno de emoción y de esos de los que impresionan. Su interpretación como un profesor de Universidad en pleno proceso de autodestrucción, que sufre de obesidad mórbida, algo que prácticamente le mantiene totalmente impedido e inmóvil, y que tratará de redimirse con sus seres más cercanos y a los que más daño ha causado a lo largo de su vida, es realmente impresionante y de premio. Lo borda. También me encanta su relación con el personaje de su enfermera, casi su única conexión con el mundo, una profesional con la que tiene o ha conseguido mantener amistad y con la que ha labrado un vínculo más allá de lo profesional. Las escenas que comparten juntos están llenas de verdad y de emoción. Me encanta su relación, como me encanta la actriz que interpreta a la sanitaria, Hong Chau, tan fantástica en su réplica como el propio Fraser. Sus escenas juntos, son sin duda, lo mejor de la cinta.
Pero la película, aunque me engancha y me toca, no me fascina. La historia es original y te conmueve. Se ve sin parpadear y no te desconectas de ella en ningún momento. Todos sus actores, especialmente los nombrados, están fantásticos. Además, trata temas muy interesantes como la sanidad pública, la sexualidad reprimida, la religión, la paternidad, y la enfermedad, mental y física, la soledad, … entre otros. Pero la encuentro demasiado teatral y dramática. Sus escenas, aunque no pecan de falta de realidad, sino al contrario, parecen sacadas de una producción sobre las tablas. Y su exceso de tragedia, acaba provocando, al menos en mí, el efecto contrario al que pretende. No acabar de emocionarme del todo, que es lo que a uno le hubiera gustado. Quería haber llorado a mares. No lo consigo. Me quedo un poco fuera ante tanto reproche y tanto tema candente. Aun así, una película notable, con dos interpretaciones sobresalientes y para el recuerdo. Sólo por ellos, merece la pena verla.

“Almas en pena de Inisherin” / “The banshees of Inisherin” (Dir: Martin McDonagh):
Si “la ballena” sólo me gusta, “Almas en pena de Inisherin” me encanta, como lo hace la interpretación de su actor principal Colin Farrell (mi favorito, desde ya, en la noche de los OSCAR). En este caso nos encontramos ante una película muy sencilla pero muy bonita, tan divertida como triste, cuya trama sirve de metáfora perfecta de la naturaleza y el orgullo humano, a través de la historia de una amistad masculina en un pequeño pueblo de la Irlanda rural de principios del siglo XX. La historia de un buen hombre que, como todas las mañanas, va a buscar a las 14.00 horas a su mejor amigo para ir a tomar una pinta al pub de la localidad. Un NO por respuesta. “Ya no volveré a ir al bar contigo”, le dice su íntimo. Y a partir de ahí el caos. Esa es la sencilla premisa que provocará toda una revolución en la vida de estos dos colegas y en todos los seres que les rodean, familiares, amigos y animales (muy importantes también en la cinta), y que les llevará a tomar decisiones radicales que nunca se habrían planteado anteriormente.
Una comedia dramática llena de sentido del humor, también de tristeza y mala baba, con un guion muy original y directo, que analiza muchos temas candentes de nuestra existencia (el orgullo, la soberbia, el egoísmo, la muerte, la trascendencia, la posteridad, la familia, la amistad, los conflictos humanos y bélicos, los anhelos personales, la soledad, la tristeza, …) y que está interpretado maravillosamente por su completo reparto. Brendan Gleeson, Kerry Condon, Barry Keoghan, … todos están perfectos (de hecho, todos están nominados a los OSCAR en las categorías interpretativas). Pero es Colin Farrell quien se lleva la palma con un personaje redondo de esos para el recuerdo. Ese hombre bueno, perdido porque le han negado su amistad, quedándose vacío de eso que le hacía más feliz en el mundo, esa pinta de cerveza con charleta que, aparentemente, no volverá a tener jamás. O sí. ¿Quién sabe?
Todo, en una película, insisto, sencilla, pero llena de miga y redonda, en la que su inteligente guion, su perfecto reparto y sus bellas imágenes hacen magia. Asistir al desencuentro de estos dos grandes amigos bien merece la pena. Se disfruta mucho y te hace reflexionar más. Pero para eso, para saber qué les parece, tendrán que ir a verla “hoymevoyalcinemaniacos”. Yo, sólo, desde mi humilde opinión, os puedo decir que es muy recomendable. Si les gusta el cine, no se la pierdan.

Hola Felipe! Esta semana vi «La ballena». Coincido plenamente. Me gustó pero no acabó de llenarme. Algún personaje, concretamente el del chico de la hermandad, me sobra, pese a tratar un tema relevante. Y también salí del cine pensando que era un guión perfecto para teatro y luego comprobé que lo está. «Almas en pena de Inisherin» estuvo en la Sección Oficial de la SEMINCI pasada y recibió muy buenas críticas. Estoy deseando verla. Se promete duelo interesante por el Oscar (sin haber visto el trabajo de Farrell, la interpretación de Fraser es colosal, en el más amplio sentido de la palabra). Un abrazo.
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Quería dicer que el guión de «La ballena» está basado en una obra de teatro.
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Desde luego es súper teatral. Creo que funcionaría mejor en un escenario.
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Coincido contigo. La ballena tiene una grandísima actuación pero la historia no acaba de llenarme. También me sobra, por ejemplo, el personaje del joven.
Lo contrario me pasó con “Almas…”. No iba nada convencido pero me enganchó de principio a fin. Una historia muy sencilla pero de gran calado. Y los actores, perfectos… ya me contarás.
Abrazo.
Felipe.
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Almas en pena es Irlanda en vena, una fábula, una bizarrada única. ¡Muy fan!
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Ya somo dos. Muy a favor de esta genial y sencilla fábula fílmica.
Un abrazo.
Felipe.
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Quería comentar una cosa sobre “La Ballena”. La obesidad mórbida del protagonista no es casual, es buscada por él mismo porque se odia y se rechaza a sí mismo, al igual que lo hizo su pareja, que llegó a suicidarse. ¿No es un planteamiento demasiado extremo? ¿En qué tipo de personajes puede ser creíble tanta agresividad hacia uno mismo? Naturalmente, en homosexuales. EL guionista vuelve a recurrir a tópicos de los años sesenta (Los chicos de la banda, Giovanni’s room, etc.) y lo que entonces pudiera tener alguna conexión con la realidad se presenta una vez más, en copia de copia de personajes que no se aceptan a sí mismos. Se ha construido un lugar literario, una convención, y los guionistas recurren una y otra vez a él cuando quieren contar una historia de autonegación. Pero estamos en 2023, ya hay todo tipo de obras que muestran una homosexualidad más real (ahora mismo hay, por ejemplo, varias series en Netflix, Smiley, Uncoupled, etc.), y no creo que seguir recurriendo a clichés literarios pueda ser la base de una buena película. ¡Por no hablar de la absurda imagen que ofrecen de la homosexualidad!
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Carlos.
Qué interesante tu punto de vista. Siempre me encanta escucharte o leerte. Y estoy seguro que estás en lo cierto, pese a que yo cuando la veía no me fijara tanto.
La verdad es que daría para un debate y todo un ciclo. La homosexualidad en el cine.
Seguiremos hablando largo y tendido de ello.
Un abrazo.
Felipe.
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Feli, quería comentarte una cosa sobre Almas en pena, la actuación tanto por parte de Brendan Glesson, como de Colín Farrel es soberbia, la fotografía y el paisaje espectacular, sin embargo no me trasmitió como yo esperaba.
Entiendo la analogía con la guerra, pero no se, para mi gusto le falto algo, quizás fui a verla con demasiada expectación, ya que su director me encanta.
Un abrazo,
Julio
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A mí me pasó lo contrario, amigo Julio, iba con pocas expectativas y ganó mi corazón y mi mente. Una sencilla pero muy grata sorpresa. Mi favorita este año para los oscars.
Un abrazo.
Felipe.
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