¡Sobreviviréeeeeeeee!!!!

Ya lo gritaba a los cuatro vientos, como una loca, Mónica Naranjo. ¡Sobreviviréeeeeee! También Gloria Gaynor en su archi-famoso y archi-bailado “I will survive”. O de una manera más ibérica y castiza, nuestro querido “Dúo Dinámico” en ese “Resistiré” que ya se ha convertido en una especie de himno del aguante y del no claudique en tiempos de maldición pandémica. Hay que resistir, no queda otra. Cueste lo que cueste.

Somos seres vivos y como tales, valga la redundancia, vivimos. Pero en muchos casos, más que eso, sobrevivimos. Intentamos no rendirnos ante la adversa realidad que nos toca. Y no tanto nosotros, desde nuestra acomodada y privilegiada situación de primer mundo. Sino más bien aquellos que lo tienen harto difícil para no descolgarse de la demoledora existencia, los que lo tienen casi imposible para no rendirse al odioso destino que les deparó su devenir vital, los que lo tienen realmente “jodido”, discúlpenme la palabra, para no abandonarse en su desgraciado y complicado día a día. Aunque, a veces, no depende tanto de las circunstancias socio-económicas. Ya que, en ciertos casos, es la mente la que nos deja de lado, son nuestras propias emociones los obstáculos inmisericordes los que tenemos que afrontar. Y nuestra supervivencia no depende tanto de dólares y bienestar, sino de auto exigencia, seguridad en uno mismo y fragilidad emocional.

Al final, todos, como los animales en la selva, no dejamos de compartir especie, nos lanzamos a este mundo de claroscuros con el único objetivo de seguir hacia delante, sea cual sea la “tempestad” que intente destruir nuestras naves. Queremos llegar a puerto como sea. Y si el viaje es tranquilo y agradable, pues mejor que mejor.

De eso van las tres últimas películas que veo. De supervivientes. De gente intentando no doblegarse. Y es que ya lo decían los “dinámicos” Ramón y Manuel: “… Y aunque los juncos de la vida soplen fuerte, soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie….Resistiré….”

“First Cow” (Dir: Kelly Reichardt):

            Mucho me gusta este western minimalista en torno a la amistad masculina, en la que una vaca, de ahí el título,  y unos bollos van a  tener mucho que decir en la trama. Es una película sencilla y bonita. Tierna y llena de carisma. Disfrutable y curiosa. Es verdad que no veo la obra maestra que la crítica especializada grita a los cuatro vientos, pero sí un drama pequeño y entrañable, lleno de encanto y buen hacer.

            Está ambientado en el Oregón de 1820. El azar querrá que un hombre de raza china y un colonizador de ascendencia europea se conozcan y se hagan amigos. A partir de ahí ambos intentarán sobrevivir, en ese Oeste americano, tierra de oportunidades, también peligros, territorio por desarrollar y descubrir. Tendrán planes para prosperar, los dos juntos. Muchos. Y muy buenos. Ilusión y esperanza ante todo. Que no falte. Y en esos planes una vaca, la primera en llegar a esos lares, la cual  tendrá mucho que decir en su búsqueda de la prosperidad.

            Bien dirigida e interpretada. Muy realista (se muestra muy bien como era ese ambiente de patronos, supervivientes e indígenas americanos) pero con cierto halo poético. Lenta y contenida, pero entretenida y con cierta profundidad. Un curioso drama, no exento de sentido del humor, que recomiendo a todos aquellos que disfruten del cine autoral más de sensaciones que de hechos. Yo al menos, lo hice.

“Hijos del sol” / “Khorshid” (Dir: Majid Majidi):

            En “Hijos del Sol”, los supervivientes son otros. En concreto, niños en Irán. Su destino no puede ser más adverso y su única posibilidad de salir adelante se encuentra en aprovechar cualquier oportunidad laboral que se les cruce en el camino, unido a un poco de picaresca. De repente un “paraíso” en el horizonte. Un encargo. Uno de los “Señores de la Calle” les propone un trato. Deberán matricularse en un colegio con el fin de construir un túnel entre su nuevo centro educativo y el cementerio que hay enfrente. Supuestamente, enterrado debajo de ese “Campo de difuntos” hay un tesoro. A partir de ahí, vivirán todo tipo de avatares para poder conseguir tal complicada afronta.

            El resultado, un interesante, entretenido y duro drama con elementos del cine de aventuras y de comedia. Cine exótico que refleja y denuncia una realidad social que viven muchos niños en esos países donde la desigualdad entre sus habitantes es un verdadero problema. Un retrato, la de la realidad social de un país con más oscuros que claros, más sombras que luces. Una notable película que disfruto, aunque sufra con esos niños sin fortuna,  y que recomiendo. Eso sí, dados los entusiastas comentarios que había generado previamente, me esperaba más.

“Sweat” (Dir: Magnus von Horn):

            En este caso nuestro superviviente es una mujer. Curiosamente una triunfadora. Lo tiene todo, aparentemente. Es guapa, tiene dinero, prestigio y una cuenta de “Instagram” en la que le siguen más de 600.00 seguidores. Es todo un fenómeno del “fitness” en su país. Así como un ejemplo de constancia, sacrificio y modelo de vida a seguir. Un día de debilidad publicará un video en el que mostrará su parte más insegura, esa en la que confiesa sentirse muy sola, así como la necesidad de tener una persona con la que compartir su día a día a su lado. De este modo descubriremos que no es todo oro lo que reluce y que está más sola que la una, viviendo en una cárcel de lujo de la que quiere escapar.

            Todo ello mostrado a través de un interesante retrato de una sociedad en la que la doble realidad de las redes sociales ha creado una mundo de falsas perfecciones donde la imagen y los “likes” están por encima de las verdaderas emociones y los sentimientos. Todo ello mezclado con un potente mensaje de denuncia de la masculinidad tóxica, a través de un relato que aporta cierto misterio a este drama sobre la soledad en tiempos de “Facebook”.

            Buena la mano de su director, el cual crea un potente relato lleno de realismo y suspense. Fantástica su protagonista principal, Magadalena Kolesnik, quien llena de belleza y solvencia interpretativa cada uno de los planos de su omnipresencia en pantalla.

            Otro notable largo europeo que completa una cartelera llena de cine independiente y autoral, interesante y lleno de calidad.  

2 comentarios sobre “¡Sobreviviréeeeeeeee!!!!

  1. Leo las primeras líneas y no sé si imaginarte cantando a plena voz a lo Mónica,
    esa cruella de vil de los 2000 metida a artista 🙂
    o imaginarte con jersey rojo a lo duo zipi zape dinámico jejeje

    Anotamos las 3!!

    Me llama la atención ‘sweat’, hoy día con el rollo redes sociales,
    no sé dónde vamos a llegar, …, tema interesante y perturbador…

    Le gusta a 1 persona

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