En muchas ocasiones el azar hace que mis sesiones dobles de cine se lleguen a conectar por un hilo o tema común. No es el caso de esta semana. Veo dos películas totalmente opuestas, antagónicas, que nada tiene que ver, ni en género, ni en forma, ni en contenido, …
Una es una cinta de terror, la otra una comedia alocada. Una tiene un claro mensaje social, la otra no te llama la atención sobre nada. Una es muy intensa, la otra absolutamente desenfadada. Una la protagonizan saltamontes, la otra esa “rara avis” familiar que son los cuñados. Una me hace sufrir hasta el delirio, la otra me hace reír incluso soltando alguna carcajada. Del ying al yang. De un polo al otro. De un drama potente, a la mayor (con cierta gracia) de las chorradas. Vamos con ellas.

“La nube” / “La nuée”. (Dir.: Just Philippot):
Voy a ver esta cinta de terror animado por sus buenas críticas y comentarios. En un principio no la tenía yo en mi radar, pero luego veo que ha ganado varios premios en el último festival de SITGES. Y, madre mía… Sufro hasta la extenuación con este interesantísimo y potente drama de terror que me deja sin aliento en prácticamente la totalidad de su metraje. Lo que se puede definir como una mezcla entre “Take Shelter” (fantástica cinta independiente sobre la esquizofrenia), “Los pájaros” (la maravilla de Hitchcock) y una cinta de los Hermanos Dardenne (realismo social del bueno), cuenta la historia de una mujer que vive en una granja. Se dedica a la cría de saltamontes, ricos en proteínas, como fuente de alimentación tanto humana como animal. Su situación económica es muy límite. Su situación personal no menos debilitada. Vive con sus dos hijos, es viuda, entre la supervivencia y la desesperación. Pero el azar (no quiero ser “spoiler”) hará que descubra un método por el que sus saltamontes se reproduzcan y crezcan con un vigor desmedido. Desmedido será también su afán por expansión y por hacer crecer esa explotación que empezó como una pequeña granja biológica y que comienza a no encontrar ya sitio para más invernaderos de sus proteicos bichos. En el medio, una cinta extraña que juega con el drama social, la ciencia ficción, el terror asfixiante y la metáfora ecológica. Porque el mensaje es claro, cuidado con el abuso descontrolado y extremo al que estamos sometiendo a nuestro planeta, por nuestro afán mercantilista y capitalista, no sea que éste se nos vaya a volver en contra. Y si no, miren el CORONAVIRUS… Una notable película, hipnótica, extraña, diferente, angustiosa, radical, … que goza de una magnífica puesta en escena por parte de su director, una interesantísima y potente trama y una interpretación de su actriz principal, Suliane Brahim, absolutamente brillante. Lo cual, no es poco. Eso sí, para el que escribe estas líneas ha sido una de las experiencias más fuertes que he visto en pantalla últimamente. Tuve que taparme los ojos varias veces y mi corazón casi se paraliza otras tantas. Y es que, aunque sus extremas y desagradable, pero muy estéticas, escenas gozan de un cuidado y acertado estilo fotográfico, son de una radicalidad máxima. Avisados quedan. Para amantes de tener el alma en un puño durante un largo rato.

“Cuñados” (Dir.: Toño López):
Quizá los cuñados de esta floja, pero simpática, comedia gallega no den tanto miedo como los saltamontes fuera de sí de la cinta anterior, pero la lían igual de parda. La trama es muy sencilla: unos “brothers in law” en crisis laboral, económica y personal, secuestrarán a otro cuñado, el de una rica y despiadada mafiosa, la cual se dispone a llevar a cabo otro golpe ilegal de los suyos, esta vez con pulpo falsificado. Lo que se prometía una acción fácil, acaba en el despiporre absoluto. El plan no sólo sale mal, sino que se les va de las manos. El resultado: una divertida comedia de enredo, en la que sueltas incluso alguna carcajada, pero de calidad cuestionable. Quizá demasiado sencilla y plana, pero, ojo, no exenta de encanto y diversión. Yo, al menos, pasé un rato agradable. A destacar, poco, la verdad sea dicha, pero sí su fantástico plantel de actores gallegos, todos muy bien, ensalzando por encima de todos a Miguel de Lira, uno de los mejores actores del panorama teatral gallego, el cual debería de prodigarse mucho más por la gran pantalla. Fantástico. Resumiendo, una cinta no demasiado brillante, especie de “Airbag cuñadil y gallego”, que no remata, pero cumple. Un “5” gracioso. Nada más. Sólo recomendable para aquellos que simplemente quieran en la sala de cine desconectar su mente, nada más.

Uff la de los saltamontes gigantes, no la veré, yo creo
Todas esas pelis de mega criaturas, no me van, y si es de miedo… menos 🙂
Pero ya nos lo decía súper-ratón:
«No olviden supervitaminarse y mineralizarse!»
La otra, solo me viene a la cabeza otra frase mítica:
«Cuñaaaaaaaaaaaaaaaaaao!!» 😀
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La de los saltamontes te la puedes ahorrar. Demasiado heavy pa’l body. Muy fuerte. Pasas un mal rato… no como con los cuñados, que aunque no sea una buena película, sales mucho más relajado. Un abrazo.
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