Veo dos películas en las que sus protagonistas están fuera de su tiempo. En un caso, porque a nuestra protagonista, su modernidad, libertad de ideas y valentía anti-justicia, le hace chocar con una época y un sistema retrogrado, bárbaro e inhumano. En el segundo caso, porque nuestros protagonistas se quedan encasquillados en un bucle del tiempo, en el que cuando quieren rematar su historia, algo les hace volver a su casilla de salida, de nuevo al principio. Son personas fuera de su momento, a los que su historia, y los que les rodean, les hace convertirse en extraños de su tiempo. Vamos con ellas.

“Los EE. UU. Contra Billie Holiday” / “Billie Holiday VS EE. UU.”. (Dir.: Lee Daniels):
Voy a ver “Los EE. UU. Contra Bilie Holiday” llamado por las brillantes críticas que ha recibido su actriz protagonista, la cual, incluso a pesar de ser una actriz novel, ha conseguido una nominación al Oscar en la categoría de mejor Actriz Principal. Su actuación es portentosa. Efectivamente no sólo se transforma y se convierte en Billie Holiday, sino que se mimetiza en ella. Es ella. Andra Day, ese es su nombre, quédense con él, no sólo nos regala una actuación de premio (este año la categoría está que arde) sino que encima canta a las mil maravillas clavando la voz de la prodigiosa Mrs. Holiday, lo cual es un añadido a su sobresaliente trabajo. Nos creemos cada uno de sus movimientos, de sus diálogos, de sus emisiones vocales melódicas, … es imposible no rendirse a ella y a su trabajo actoral. No es el único elemento positivo de esta cinta que se centra en la persecución policial que sufrió la artista americana por parte del conservador “White stablishment” por defender los derechos de los afroamericanos, la cual llegó incluso a ser encarcelada y cuyo “Strange Fruit”, canción que fue todo un himno pro-derechos raciales, llegó a ser prohibida en cualquier tipo de representación musical. Hay más factores de elogio. Para empezar, es muy entretenida; a ello se le suma que da una versión nada edulcorada, idealizada, “naif” y fácil de la artista, al contrario, muestra perfectamente como fue un ser libre, lleno de incorreción política, transgresión y valentía (aparte de una adicta al sexo, a dos bandas, y a todo tipos de sustancias prohibidas), lo cual es muy loable; su temática es muy interesante, el terrible acoso y derribo por parte de unas fuerzas de la ley llenas de odio y racismo a esa población negra que destacaba ante sus ojos; y, para cerrar, añadimos como colofón esa música, … ¡ay, esa música! … que llena de placer y gusto nuestros oídos.
Pero la cinta tiene un grandísimo defecto: es un “biopic” demasiado convencional, teatral y alargado al que le falta una visión más original y creativa, un poco menos impostada y artificiosa, más foco en lo que se quiere contar y al que le sobra metraje. Lo cual hace que el resultado no acabe siendo lo vistoso que hubiera gustado ser (era una de las cintas en todas las quinielas de los Oscar para este año, pero que se ha quedado absolutamente fuera de ellos, salvo en el caso de su actriz).
En definitiva: una gran actuación, una cinta entretenida e interesante y una buena dosis de brillantes actuaciones jazzísticas, nada más … como si fuera poco, por otro lado. Para mantes de dramas biográficos y el jazz.

“Un efecto óptico” (Dir.: Juan Cavestany):
También tiene elementos positivos esta película española. De hecho, la cinta no puede empezar mejor, con una propuesta muy estimulante, original y fresca, excitante y “marciana”. Esta es su nada “racional” trama: una pareja de lo más convencional decide viajar a Nueva York. Cuando llegan, lo que ven no es lo que la agencia y la guía les había prometido. De hecho, la “Gran Manzana” se asemeja más a Burgos de lo que pudieran pensar. A partir de ahí una experiencia entre Kafkiana y surrealista en el que la trama, llegado cierto punto de la historia, vuelve a empezar, al más puro estilo de “El día de la marmota”. Como digo, empiezo disfrutando de este arriesgado y alocado experimento cinematográfico, creo, la mejor manera de definirlo, me río con su humor absurdo (tiene verdaderos puntazos) de toque absolutamente “a lo Ionesco” y disfruto de esta pareja de castellanos perdidos en Manhattan o en su propia ciudad, quién sabe, que bordan con austeridad de gestos unos entregados Carmen Machi y Pepón Nieto. Pero poco a poco empiezo a perder mi interés y me desconecto de lo que veo. Todo me acaba resultando reiterativo, repetitivo e incluso aburrido, no colmando del todo mis expectativas y saliendo incluso un poco decepcionado con lo que he visto. Aparte, no acabo de entender muy bien del todo qué es lo que realmente quiere contarme el director, de qué quiere hablarme… Lo cual me genera confusión, zozobra, desencanto, …. A lo mejor ni siquiera él lo sabe y ahí radica la gracia. ¿Quién sabe? En cualquier caso, quedo un tanto insatisfecho ante tal “freakada” y “viaje dadaísta”, como defraudados quedan «La Machi» y Pepón de su visita a la gran ciudad americana. Conclusión: no seré yo quien os la pueda recomendar. Sólo para valientes, para amantes del riesgo.

Uff me has matao… no creo que las apunte!
Sorry… no todos somos como tú de frikis jeje
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí. Estas te las puedes saltar. 😜
Me gustaMe gusta