Empezar con buen pie

El 2019 ha empezado y, como yo siempre digo, cada año nuevo hay que empezarlo con optimismo y “buena letra”, y así lo he hecho. Como comenté en el post anterior ya no me propongo grandes objetivos ni grandes retos (mejor dejarse llevar, así menos desengaños y disgustos) pero tampoco me dejo dominar por la negatividad, eso nunca, y siempre tiendo a pensar que los posteriores 12 nuevos meses traerán cosas buenas o mejores (aunque sinceramente: “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”, como se suele decir). Es verdad que hay un objetivo o contratiempo, llamémoslo así, que entorpece esto del positivismo y no es otra cosa que
los kilos de más que se han agarrado a mi masa corporal (estos sí que son “Malditos bastardos” y no los de Tarantino) tras las Navidades, los cuales se aferran a mi epidermis cual “alien” sediento de maldad a los interiores de Sigourney. Ni el intento de dieta (es que el fin de semana me sienta fatal, como diría Mecano; ya bastante dura es el día a día y qué narices, que también hay que alegrarse el cuerpo), ni el intento de entrenamiento (que sólo me aportan kilos de agujetas y dolores terribles en huesos y músculos que estoy seguro la Ciencia todavía no ha descubierto) pueden con ellos (la malvada báscula, cual espejito mágico de la malévola madrastra de Blancanieves, te lo espeta sin ningún miramiento: ni un gramo menos, Adonis). Pero, aunque el 2019 no ha empezado muy favorable físicamente (pienso hacerme un “Cris Pratt”, y no me refiero a casarme de nuevo, sino a estar en plena forma a final de año; lo prometo cual Escarlata O´Hara hambrienta) sí que lo ha hecho cinematográficamente, ya que esta semana he podido disfrutar de tres buenas películas de las que he salido pletórico del cine. Así que, aunque no haya alegrado mucho mi estómago, sí lo he hecho con mi espíritu, dándome este jugoso “banquete” con esta “triple ración” de buenos filmes. Vamos con ellos.

 

“Un asunto de familia” / “Shoplifters”. (Dir: Hirokazu Koreeda ):

Me encanta el cine de Koreeda (sobre todo su “Nadie sabe” que os recomiendo un montón) y por eso entraba con ilusión a ver la nueva propuesta de este maestro del análisis de las relaciones familiares, y más cuando venía de ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes de este año (ahí es nada) y en una edición donde la calidad había sido más que alta y las posibles candidatas al premio gordo eran muchas. Pero la cosa, lo reconozco, no empezó muy bien y es que en la primera hora del metraje no acababa de entender el entusiasmo generalizado por esta cinta. No sé si por mi cansancio físico (a veces llego al cine en condiciones ínfimas de energía tras días de alta actividad) o por el lento ritmo propio del cine asiático (yo ya solo voy a ver las que la crítica aclama, mi cuerpo está hecho para más “pulsaciones por minuto”) pero no me acababa de enganchar a esta historia sobre una familia humilde del Japón actual. La trama: un humilde grupo familiar decide acoger a una niña, semiabandonada por sus padres, que siempre ven en el barrio. Todos sus miembros subsisten del dinero que obtienen de trabajos “precarios” y de robar en tiendas (de ahí el “Shoplifters” de su título original). Ellos consideran que no han cometido secuestro en el momento en que no han pedido un rescate y a la peque solo le dan cariño y comida (a la niña se le ve feliz, de hecho). Pero esto y un cierto giro en la trama les complicará la existencia a todos. Y es a partir de ahí, cuando no puedo dejar de separar la mirada, y emocionarme y conmocionarme con toda la historia que hay detrás. Y me reconcilio con toda la película y me encanta el tono y el rumbo que toma la película en su segundo tramo. Y me voy para casa tocado y pensado en el gran tema de la película: ¿la verdadera familia es la que nos toca o la que nosotros elegimos? Una gran película, imperfecta, pero grande. Bravo, Koreeda, me has vuelto a convencer.

familia

 

“El vicio del poder” / “Vice”. (Dir: Adam McKay):

Y del intimismo familiar más minimalista de Koreeda pasé a la grandilocuencia de la vida política norteamericana, y del capitalismo feroz previo a la era Obama/Trump, con la nueva propuesta de Adam McKey, o “El vicio del poder”, película que suena como candidata para los Oscars de este año y que, por lo tanto, no me debía perder (intento verlas todas para tener mis propias ideas sobre los que deberían estar nominados y ser los ganadores). No es, el cine de tintes políticos,  mi tipo de género favorito, pero en este caso también disfruté mucho de esta sátira política (al borde, pero sin llegar a caer, en el límite, súper medido, de la parodia) que analiza el ascenso y el atroz efecto en la vida política Norteamericana y, en definitiva, del mundo entero de ese mediocre ciudadano medio (mal estudiante y juerguista en su juventud, un cúmulo de virtudes, vamos) que acabó convertido en la mano derecha, dada su ambición de poder, del presidente George W. Bush. Me refiero a Dick Cheney, el cual acometió el puesto de vicepresidente (en ese sentido me encanta el título original del filme: “Vice”, todo un juego de palabras entre vice, de vicepresidente, y vicio). La película se centra en su fulgurante ascenso y en su definitiva responsabilidad en todo lo acontecido en la vida política en la América post-11S (la película deja claro de manera tajante, y en ese sentido se moja, en que fue él el encargado de orquestar todo lo necesario para declarar la Guerra al mundo islámico y como consecuencia invadir Afganistán y, sobre todo, dados los intereses económicos, Irak, aunque para ello hubiera que falsear todo tipo de pruebas : se acuerdan ustedes de aquellas armas de destrucción masiva aún por encontrar, pues eso).

vicio

       En un tono entre el documental y la comedia, y con un lenguaje de lo más innovador en el uso de la imagen (se introducen todo tipo de fotos, videos, videos de “yotube”, imágenes de archivo, bromas, … una locura) y de la música (magnífica su partitura y magníficos los temas elegidos, siempre rozando la ironía), “El vicio del poder” es una más que interesante cinta para entender la figura de este político de ambición desmedida y, ante todo, un gran entretenimiento del que no te desconectas nunca y con el que no puedas evitar reírte con ganas (aunque luego tu sonrisa se quede helada). Una gran película con unas grandes interpretaciones de gente tan enorme como Steve Carrell, Sam Rockwell y, sobre todo, esos magníficos Amy Adams y Christian Bale, soberbios (muy merecida será su nominación al Oscar), como el matrimonio Cheney. Una muy recomendable película.

 

“Ralph rompe internet” / “Ralph breaks the internet”. (Dir: Phil Johnston):

Y también me encantó la secuela de la película protagonizada por este popular personaje de los videojuegos, que nos vuelve a traer de nuevo a la pantalla al entrañable Ralph del título, con su adorable compañera de aventuras Vanellope, para embarcarnos en una divertida, original, creativa y muy entretenida cinta de animación infantil. Había leído que la crítica americana decía de ella que era lo que “Del Revés” era para las emociones y el funcionamiento del sistema nervioso, pero al funcionamiento de internet. Y, tal cual, porque esta cinta americana refleja perfectamente como funciona eso que tan interiorizado ya está en nuestras vidas como es internet. Personajes adorables, una buena e inteligente trama (que no solo nos habla de tecnología sino de cosas muy interesantes como el papel de la mujer en la nueva sociedad del XXI, de la inseguridad y de las relaciones dependientes, …), animación de primera y, sobre todo, un sentido del humor inteligentísimo que roza cotas muy altas en ciertas escenas de la película: véase ese momento “Princesas” Disney (total) o el genial número musical de nuestra “princesa” Vanellope. Muy recomendable para todos aquellos que tengan niños o, simplemente, como yo, para aquellos que disfruten de una buena sesión de cine, por qué no, de dibujos animados. Vanellope, Ralph, volved pronto, que somos muchos los que queremos ya una tercera entrega. Yo, prometo ir a verla.

ralph2

3 comentarios sobre “Empezar con buen pie

  1. Qué buenos tus prólogos a la chicha del blog.
    Muchas veces los pasamos por algo, pero siempre dejas tu sello en ellos.

    Pues anotamos el trío que comentas.
    Seguro que la de Ralph cae, aunque la primera me dejó a medias…
    Lo de siempre, las expectativas…

    Y te animamos a hacerte un Bale, no me referiero a lesionarte como Gareth,
    (este chiste te lo explica tu hijo mejor jeje)
    sino a Christian Bale (¿cuánto engordó para ese papel?)
    y perder ese peso que dices que te sobra, aunque nosotros te vemos siempre bien,
    pero no llegues al nivel de Bale en ‘El maquinista’, eh? jeje
    Con quedarte como él haciendo de Bruce Wayne nos vale… «Tú eres Blog-man»!
    😀

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    1. Hola “contrablogger”. Aquí “blogger man”. Me encanta el nombre. Si alguna vez me ficha Marvel, será sin duda mi nombre de súper héroe. Un abrazo. Y gracias por seguirme. Ah, y escucha el programa. Tienes tu mención. No cuento más…

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