Cine RADICAL (mente opuesto)

A veces en la cartelera te encuentras propuestas qué, por un motivo u por otro, rozan lo radical. Y es lo que he sentido con las últimas dos películas de mi sesión doble semanal, dos propuestas, que, por diferentes motivos, se escapan absolutamente de lo convencional, convirtiéndose en una especie de especies raras, valga la redundancia, de lo que encontramos últimamente en una sala de cine. “Raras avis” de las carteleras actuales. Dos propuestas muy RADICALES y a la vez RADICALMENTE opuestas, ya que ambas son muy diferentes entre sí, encontrándose en polos absolutamente opuestos, que no dejarán indiferentes a nadie. Vamos con ellas.

 

“Viaje al cuarto de una madre”. (Dir: Celia Rico):

La radicalidad de la primera propuesta reside en su sencillez. Y es que esta ópera prima, muy bien recibida en el festival de San Sebastián donde registró grandes críticas y se alzó con el Premio del Jurado de la Juventud, se limita a mostrarnos una serie de escenas cotidianas entre una madre y una hija en un momento de gran cambio para ambas (no desvelaré mucho de la trama). De este modo, asistiremos a sus charlas bajo la mesa camilla y otros momentos íntimos de su día a día de una manera casi documental, como si estuviéramos allí con ellas. No puedo negar la calidad de la película, ya que con muy poco se nos cuenta mucho (gran trabajo de síntesis por parte de la directora, así como del uso de la elipsis) y con unos pocos trazos al final de la película llegaremos a saber perfectamente quienes son nuestras dos protagonistas y nos imaginaremos perfectamente cómo han sido sus vidas y cómo podrán llegar a ser cuando, insisto, apenas hemos vislumbrado unas decenas de momentos de su cotidianidad. No niego tampoco la calidad de sus dos grandes intérpretes, uno de los grandes aciertos y pilares donde se asienta esta peli, fantásticas Lola Dueñas (qué grande es en cada película) y grande la hasta ahora novel y cada vez más consolidada Anna Castillo (ole su naturalidad). Y no puedo negar tampoco que es una buena ópera prima y una bonita película, porque es bonita, sobre las relaciones paternofiliales y esos momentos donde los caminos de padres e hijos empiezan a divergir desarrollando cada uno sus diferentes espacios vitales (de hecho, también emociona). Todo bien, de verdad. Pero a mí su exceso de minimalismo me deja un poco frío, y aunque no me disgustara la película, y valoro su calidad como primera obra de una cineasta, quizá me hubiera gustado un “poco más” de tensión dramática en la trama de esta sencilla historia de madre e hija. Y no solo verla con agrado sino emocionarme y preocuparme por estas dos almas, que se quieren mucho, pero un tanto a la deriva. Juzguen, eso sí, ustedes mismos, ya que la película ha gustado y mucho.

viaje

 

“Climax”. (Dir: Gaspar Noé):

Tampoco seré yo el que eche por tierra la calidad de la nueva propuesta del que es uno de los “enfants” terribles del cine francés, Gaspar Noé, la cual fue estrenada con buenísimas reseñas en el último festival de Cannes (en una de las secciones paralelas) y que viene de ganar el premio a la mejor película en el Festival de cine fantástico de Sitges (no me extraña porque aunque no sale ningún monstruo , ni vampiro, ni asesino en serie, es aterradora y da pavor, al menos al que suscribe estas líneas), ya que su calidad la tiene, a pesar de su radicalidad. Y aquí su extremismo no está en su sencillez sino en todo lo contrario, su artificio. Si en la película española todo era mínimo y sencillo, aquí todo es excesivo y barroco. Para que se hagan una idea se empieza por los títulos de créditos finales y así todo en el metraje.

climax1

       Pero si barroco es su montaje y su puesta en escena, lo realmente llevado al límite es su historia, una trama basada en un hecho real y que cuenta la historia de unos bailarines que tras ser fichados por una compañía de baile francés de danza moderna para hacer una gira por los EE. UU. verán como su ilusión será totalmente destrozada en una fiesta, organizada para celebrar su espectáculo, en la que un recipiente de sangría será adulterado por mucho, pero mucho, LSD. Así, lo que empieza como una auténtica juerga llena de ilusión y de enérgico baile termina como el rosario de la aurora, cuando estos jóvenes se vean afectados por las sustancias psicotrópicas de la “typical spanish” bebida y entren en una mezcla de trance y esquizofrenia digna de una rave en pleno “Hallooween”. Muertes, sexo, delirio, exceso y todo lo que uno pueda imaginar, en una locura asfixiante, absolutamente aterradora, que refleja perfectamente lo que pudo ser aquella “jarana” que acabó convertida en todo un infierno.

Y reconozco la calidad del director, al que le encanta la provocación (solo hay que acercarse a su anterior film, casi pornográfico, “Love”, ahora en Netflix, donde se refleja la historia de amor y pasión de una pareja; muy interesante), y su personal manejo de la cámara; y reconozco que  las escenas de la fiesta antes y después del salvaje “aquelarre” son hipnóticas y agobiantes (lo cual te hace entender perfectamente el “viaje” por el que están pasando los “dopados” danzantes); y que la música y la fotografía son perfectos, y que los intérpretes no solo se mueven de miedo sino que desprenden absoluta naturalidad, pero el resultado final, al menos para el que escribe estas líneas, me resulta totalmente agotador y extremo y lo único que quiero hacer a la media hora de estar en el cine es salirme de la sala, como muchos de los drogados “danceurs” de la “maldecida” disco.

Una locura, sin más. Perfecta para modernos con ganas de experiencias fuertes. Yo salí desencajado (y por lo que percibía en la sala no era el único) y sin ganas de probar una sangría en muchos, pero muchos, años. Y eso que me encanta.

 

4 comentarios sobre “Cine RADICAL (mente opuesto)

  1. jejeje
    Pues sí que son radicales, sí

    La española sí la había oído. A mí ésas que denominas «pseudo documentales» me echan para atrás.
    Y eso que la chica en la serie de «Estoy vivo» me gusta!

    Igual me animo a ver la francesa, qué como ya no salgo de fiesta, al menos traer la fiesta al cine 😀

    Gracias bloguero!

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  2. Gracias, Sam!! La verdad es que sentí lo mismo, y fue lo que más me gustó de la película, la sensación de vivir la experiencia que ellos viven como si el espectador también estuviera bajo el influjo del LSD, todo un viaje. En ese sentido me encanta el trabajo de Gaspar Noé, pero como experiencia cinematográfica me agobió muchísimo. Salí descolocado del cine y sin ganas de más.
    He intentado leer tu blog pero he visto que es en italiano, idioma que no entiendo, aunque al final a lo mejor me animo a seguirte y así empiezo a aprender otro idioma. Un saludo:

    Felipe.

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