Amor de hermanos.

El otro día, en relación con las últimas películas vistas, os hablaba de lo bonito y difícil de ser padre. Toda una bella odisea. En esta entrada, por los mismos motivos, me toca reflexionar de la suerte de tener un hermano, más, si es bien avenido. Es mi caso. Desde los 11 meses, he sido bendecido con la fortuna de haber sido acompañado todos los años de mi vida, hasta hoy, de un hermano, en este caso, hermana.

Y digo fortuna, porque he podido tener a mi lado a un ser que ha sido un apoyo vital en mi existencia y sin cuya compañía mi vida no hubiera sido la misma. Alguien que me ha animado en los momentos bajos, me ha felicitado en los grandes, me ha ayudado a tomar decisiones, a pasar baches, a disfrutar de los grandes momentos, a no rendirme en los oscuros, a no agobiarme, a creer en mí mismo y seguir adelante… Alguien con quien he reído, he llorado, he disfrutado, he sufrido, he soñado, he vivido, he hablado, he decidido, compartido, muy pocas veces discutido, … Que ha sido cómplice y me ha escuchado. Que nunca me dijo que no, ni me ha defraudado. Que nunca se ausentó, ni me ha abandonado.

Alguien con la que hablo por teléfono todos los días. Sí, todos los días. A veces, simplemente para nada. Para escuchar su voz y ver que sigue ahí. Otras para desahogarnos. Para contarnos el día a día. Para despotricar por tal o pascual. Para bromear y morirnos literalmente de la risa. O simplemente darnos las buenas noches o los buenos días. Nuestras parejas respectivas, curiosamente ambos hermanos, ironizan con la idea de que no ha podido pasarnos nada entre llamada y llamada. Da igual, simplemente vale con escucharnos. Y si podemos vernos, mejor. Cuantos más minutos pasemos juntos, mejor. Vacaciones, días libres, fines de semana, … Todo con ella es mejor.

Un apoyo vital. Incondicional. Radical. A bocajarro. Un privilegio. Un plus. Una suerte. Un premio. Un todo… Sin el cual, mi vida, créanme, mis queridos «hoymevoyalcinemaniacos» no habría sido igual. Para nada.

De eso va la última peli que veo, de la suerte de tener un hermano o, como en mi caso, una maravillosa e inigualable hermana. Para ti, Silvia, va dedicada esta entrada.

“Por todo lo alto” / “En fanfare”. (Dir: Emmanuel Courcol).

Tenía muchas ganas de ver “Por todo lo alto”, una comedia que fue presentada en Cannes, que ha sido un enorme éxito en Francia y que venía con el sambenito de haber conseguido la máxima puntuación del premio del público en la Sección de Perlas de Otros Festivales de San Sebastián.

Pues que deciros, que muy bonita. Muy emotiva. Tan divertida, como triste. Tan sencilla, como llena de magia, repleta de chicha. De esas que tocan y que enganchan.

Cuenta la historia de dos hermanos a los que el destino no ha querido juntar hasta ahora, cuando, ya siendo maduros, uno de ellos tendrá que encontrar al otro para un posible trasplante de médula, tras el aviso de una enfermedad cancerígena.

El resultado, pues una preciosa comedia dramática, más dramática y emotiva que cómica, de esas que tocan, que sacuden, emocionan. Muy sencilla, sin aspavientos y manierismos. Directa. Con una trama tan simple como efectiva. La de dos hermanos tan distintos como complementarios. Tan opuestos como cercanos. Quienes aprenderán y crecerán el uno con el otro. Y cuyas vidas serán radicalmente distintas desde su encuentro. Sencilla temática, que no acaba cayendo en clichés ni en lugares comunes, a la vez que está llena de humanidad, por lo bien que refleja el tema de la fortuna que supone eso de tener un hermano, y de crítica social, por esa subtrama sobre la defensa del obrero, que tiene su importancia en la película.

Eso, y la música. Mahler, Mozart, Charlie Parker, Ravel, … Bellísima…

Eso, y ese par de actores, Benjamin Lavernhe y Pierre Lottin, divertidos, vulnerables, tiernos, impecables, soberbios, …

Eso, y ese final, a ritmo de bolero… redondo, emocionante, perfecto.

Risas y lágrimas. Sonrisas y sollozos. Carcajadas y llantos. Como la vida misma.  Todo en una película que, sin tener grandes pretensiones, se erige en una obra plena, por aquello de que quebranta el alma y te hacer reflexionar sobre la suerte de la vida.

Si pueden, no se la pierdan. Serán un poco más felices y conscientes del regalo de la existencia, más, cuando uno está acompañado. Palabra de hermano y cinéfilo entregado.

8 comentarios sobre “    Amor de hermanos.

  1. Querido Felipe,

    Emocionas con tus palabras tan certeras y con ese entusiasmo. Silvia es una gran afortunada de ese pedazo hermano que tiene. Emocionante

    Y la peli… hay que ir a verla.

    Un fuerte abrazo

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  2. Joer, has dejado un post para enmarcar. Eso sí, ya ni sé de qué peli hablabas…
    Solo pensaba en la cara de tu ‘sis’ cuando leyera eso… si yo gasté mi caja de kleenex…

    Deseando leer su respuesta, aunque ya te habrá llamado para decírtela jejeje

    Tenéis momentos de serie de TV, típica ‘sit-com’ americana 😀
    Mira, podías ir preparando el guión jejeje
    Me parto de imaginaros situaciones, en fin, deseando ver la serie ya!!
    «Cómo conocí a vuestra hermana», próximamente en sus pantallas!!

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    1. Mi hermana está súper happy con el post y con la cantidad de comentarios que ha recibido, tanto por el blog, como por teléfono.
      Es la “musa” actual del blog, como yo le digo. ¡je!
      Seguiremos escribiendo sobre buenas pelis y mejores personas.
      Felipe.

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  3. Hola Felipe.

    Lo hago con frecuencia pero hoy me era absolutamente imposible no escribir algo tras tu preciosa entrada.

    Te entiendo perfectamente porque lo.mejor que me ha pasado en mi vida es tener a mi hermano, y en mi caso la fortuna es máxima porque es la mejor persona que conozco. No sé puede ser más grande.

    Y, sin duda, es mi persona favorita.

    Un abrazo, amigo.

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