“La sociedad de la nieve”. Impresionante Bayona.

       Paro mi prometido descanso vacacional de este blog porque la ocasión merece la pena. Voy a ver la última y aclamada película de Juan Antonio Bayona, “La sociedad de la nieve”, a la cual le tengo muchas ganas, no sólo porque Bayona me parece, sin duda, una de las personas con más talento de nuestra cinematografía y acudo expectante a cada uno de sus estrenos, sino, también, porque desde que se estrenó en el Festival de cine de Venecia no ha parado de recibir elogios, galardones, nominaciones varias (véase esos Goya), pintando fenomenal, incluso, para los próximos Oscar 2024, donde no sólo puede alcanzar nominación en la categoría de mejor película extranjera, sino en muchas otras (donde ya ha pasado el corte), como maquillaje o efectos visuales, entre otras. Yo, incluso, le auguro que se va a colar en la categoría de mejor película. Y si no, al tiempo, …

      Que Bayona es un genio que viene demostrando su talento en cada uno de los proyectos que se embarca, lo sabíamos. Que la influencia de Spielberg en su cine es más que evidente y cada una de sus películas es un espectáculo audiovisual en los que trama y puesta en escena encajan a la perfección, también era de nuestro conocimiento. Que cada uno de sus largometrajes, teniendo su sello y su impronta, es totalmente diferente al anterior, es una realidad sabida por todos, pues también. Constato en “La sociedad de la nieve” que todo lo anterior sigue vigente y, es más, que su talento, ingenio y riesgo van a más. Vivo, sin duda, una de las experiencias cinematográfica más potentes que he vivido en una sala de cine últimamente. Aquí van mis impresiones.

“La sociedad de la nieve” / “The society of snow” (Dir: Juan Antonio Bayona).

     Empiezo diciendo que “la sociedad de la nieve” me atrapa de principio a fin. No sólo me atrapa, sino que me conmueve, emociona y me trastoca. Veo su metraje con la boca abierta del primer al último segundo. Con el corazón en vilo y sin mover el culo del asiento en ningún instante. Creo que es general. El silencio en la, por otro lado, abarrotada sala es monacal. Se respira la angustia, el estado de shock y la conmoción colectiva. Y es que Bayona ha sabido equilibrar drama, suspense y cine de catástrofes a la perfección en esta película, consiguiendo que su visionado sea algo más que un largometraje, toda una experiencia y muy potente. Vaya que si potente…

     Basada en el caso real sucedido en 1972 cuando un avión uruguayo que transportaba un equipo de rugby rumbo a Chile chocó con la cordillera de los Andes, “La sociedad de la nieve”, basada en el libro homónimo escrito por uno de sus supervivientes, muestra en imagen toda la odisea y calvario que algunos de sus pasajeros, otros murieron directamente en el impacto, sufrieron para intentar sobrevivir. Y lo hace con la magistral mano de Bayona, quien no sólo consigue construir un relato tan apasionante, como interesante y entretenido, sino que lo pone en pie con un acabado formal tan efectivo como prodigioso. Todo funciona en “La sociedad de la nieve”. Su conciso y emotivo guion, basado en su apasionante historia real. Su perfecto reparto, impecable ese grupo de jóvenes actores. Su cuidadísima producción, todo está medido y mimado al milímetro. Sus efectos visuales y sonoros, prodigiosos, híper realistas. La talentosa mano de su director, sólo un grande saldría airosos de tan imposible tarea. La bellísima partitura que el gran Michael Giachino ha creado para la ocasión, poesía pura para los oídos. Todo.

   El resultado, todo un viaje, nunca mejor dicho, que te deja sin respiración, trastocado, sin palabras. Duro, su visionado no es para todas las sensibilidades. Triste, sus escenas te llevan al límite de la lágrima dejándote la sensibilidad hecha añicos. Vertiginosa, su periplo es pura adrenalina y hay momentos que el pulso acelera a marchas forzadas, dejándote el corazón al límite de la fibrilación. Bella, sus imágenes y su mensaje en favor de la lucha y el trabajo en grupo, colectivo, es de una emoción máxima. Y, en definitiva, redonda.

  Muy, pero que muy recomendable. Bayona lo ha vuelto hacer. Ha creado una obra tan ambiciosa como bien ejecutada de la que es imposible mantenerse al margen. Corran al cine a verla. Porque si algo tiene esta película es que es una experiencia audiovisual que ha de ser vivida en la pantalla más grande posible (no esperen a Netflix para poder disfrutarla, háganme caso, mis queridos “hoymevoyalcinemaniacos”). No se arrepentirán. De lo mejor del año, sin duda.

    Expectante estoy, querido Bayona, por ver cuál es tu próximo proyecto. Mientras este llega, vosotros, mis queridos «hoymevoyalcinemaniacos», sigan disfrutando de sus vacaciones. ¡Y feliz año nuevo!!!