“Vidas pasadas”. ¿La peli (indie) de la temporada?

Todos los años se da la existencia y llegada a la cartelera de una cinta que, desde su estreno, en sea cual sea su festival, se le “carga”, con todo lo que ello conlleva, con el “san Benito” de la película “indie” de la temporada, llegándose a batir con las grandes producciones en la temporada de premios e, incluso, en la taquilla. El año pasado ese honor se lo llevó, por ejemplo, la maravillosa “Aftersun”, hace dos años “La peor persona del mundo”, tres “Nomadland”, y así sucesivamente podríamos seguir remontándonos a éxitos como el de “Pequeña Miss Sunshine”, “Bestias de un Sur salvaje”, “Lost in Traslation, “, “¡Olvídate de mí!”, “Reservoir Dogs” o, por citar algunas más, “Parásitos” o “Moonlight”, ganadoras, con la anteriormente mencionada “Nomadland”, entre otras cosas, del Oscar a la mejor película.

Este año, la cinta a la que le ha caído ese honor, o maldición, por eso de que todo el mundo acude a verla con lupa, es “Vidas Pasadas” o “Past Lives”, ópera prima semi biográfica de la asiático-americana Celine Song, que, desde su estreno en SUNDANCE y su paso por la Berlinale, no ha dejado de recibir elogios y aplausos por allí donde ha sido estrenada, siendo considerada por muchos como “la mejor película del año”. Yo moría de ganas de verla. Voy casi el día de su estreno. Esto es lo que me parece.

“Vidas Pasadas” / “Past Lives”. (Dir. Celine Song).

            Empiezo diciendo que no sé si puedo o no considerarla como la mejor película del año, pero lo que sí puedo afirmar, y con contundencia, es que a mí me pareció maravillosa. Una película de las que a mí me gustan. Es más, me encantan. De sello y aura independiente, sencilla en forma y fondo, pero compleja y profunda, con diálogos sutiles e inteligentes, encarnados por actores menos conocidos pero perfectos en la ejecución de sus, por otro lado, interesantes personajes, quienes divagan por la vida presentándonos en pantalla certeros análisis sobre temas universales como AMOR, VIDA Y DESTINO.

Pues así es “Past Lives” o “Vidas pasadas”. Una preciosa historia de amor a tres bandas y en tres momentos diferentes (cuanto menos sepáis de ella mucho mejor) que nos habla de todo aquello de lo que tenemos enfrente y de todo lo que dejamos atrás. De lo maldito y caprichoso del amor, también del destino. De las relaciones maduras y de aquellas platónicas de la infancia/juventud. De las decisiones que tomamos y que nos llevan a ser quienes hoy somos en nuestro día a día. De aquellas que no tomamos y dejaron escaparse a otras versiones de nosotros mismos, ni mejores ni peores, sino diferentes, desde el momento que muestras vidas hubieran transcurrido por otros caminos y derroteros diferentes.

Sutil. Sensible. Preciosa. Poética. Etérea. Existencialista y filosófica. También realista y directa. Bella. En definitiva, muy bella. Y, sobre todo, capaz de plantear de una manera muy sencilla y honesta, sin manierismos ni rebuscamientos, golpes de efectos ni aspavientos, temas de interés enorme, universales, de todo aquello de lo que en definitiva nos importa. Temas como son el amor, el destino y la vida misma.

            Guion redondo. Dirección perfecta. Actores ídem de ídem. Un uso de la música igualmente hermoso, cuidado, preciso. Y esa historia. La de Nora y Sung. También la de Arthur, de igual importancia en todo su tinglado. Esa historia que abarca pasado, presente y, por qué no, futuro. De vidas pasadas, presentes y futuras. De amor y de desamor. De lo que pudo ser y de lo que no. De lo que es ahora. Y de lo que será. Quién sabe cuándo. Que nos atrapa y conmueve de principio a fin. Y nos hace sentir. Mucho. Y gozar. Mucho. También sufrir. Mucho. Y, sobre todo, reflexionar, pensar, divagar…

  Y ese final… Qué decir de ese final.

            Lo dicho. Aquellos que seáis amantes del cine, eso sí, de sensibilidad comprobada y manifiesta, reflexivos y amantes de las historias con poso, con miga, con huella (absténgase devoradores de películas en las que tienen que pasar cosas todo el rato), no se la pierdan. A todos aquellos que vayáis a verla, sólo deciros una cosa: “IN-YEON”. El resto es historia. Lo dicho. MARAVILLA.

NOTA: Los que podáis, id a verla en versión original. La importancia de los idiomas en la película es vital.

ADELANTO: He visto también lo nuevo de Fincher, “El asesino”, pero os hablo de ella en dos o tres días, mis queridos “hoymevoyalcinemaniacos”. Sólo deciros un pequeño adelanto: el gran David Fincher sigue en forma y Fassbender vuelve a estarlo. ¡Qué Cracks!!!