Las locuras de Wes y Jennifer.

Siempre me he declarado un ferviente admirador y fan del cine de Wes Anderson, director de cine americano conocido por su peculiar y loco, aparte de estético e inclasificable mundo. Desde que descubrí su peculiar manera de entender el cine, allá hace muchos años, cuando me quedé fascinado por la que es una de sus primeras películas, “Los Tenembaums. Una familia de genios”, no he parado de disfrutar cada una de sus nuevas obras dejándome imbuir de sus inclasificables historias, su peculiar y absurdo humor, y su maravilloso sentido de la estética. Cada una de sus nuevas criaturas es una oda a la ironía y a la socarronería, amén de a la belleza y al gusto elevado a la enésima potencia. Unas me han gustado más que otras, pero en cada una de ellas he disfrutado mucho de su personal universo y de cada uno de sus más personales, aún si cabe, caracteres que lo pueblan.

No soy tan fan, sin embargo, de Jennifer Lawrence. Me parece una grandísima actriz, pero no se encuentra entre mis favoritas. No responde a nada racional, porque no tengo nada que objetarle, pero luego están esas las llamadas afinidades personales que hacen que no esté en mi ranking de preferidas. Aun así, alabo su calidad interpretativa.

Voy a ver sus últimas y alocadas creaciones. Disfruto muchísimas de ambas. Vamos con los último de Wes y de Jenny.

“Asteroid City” (Dir: Wes Anderson):

Iba con cierto recelo a ver “Asteroid City”. Soy muy fan de Wes Anderson y su cine, como he comentado en la entradilla anterior, pero reconozco que su última película, la que para mí era la película más esperada del 2021, “La crónica francesa”, me dejó un poco frío. Ningún problema. Todo resuelto. Me vuelvo a dejar cautivar por su cine en “Asteroid City”, la cinta que el aclamado director ha tenido a bien en rodar en la famosa localidad madrileña de Chinchón.

Vuelvo a disfrutar de ese collage de historietas casi independientes pero interconectadas entre sí, que se mueven entre el humor más absurdo y la reflexión existencialista más profunda, en torno a esa comunidad de personajes que habitan el árido paraje de la ciudad que da nombre a la cinta. Disfruto también de su enorme ramillete de personajes y de sus sobresalientes y perfectos intérpretes que proceden de lo más granado del “star system” de Hollywood. Desde una maravillosa Scarlett Johansson, para mí la mejor de todos, a los no menos maravillosos Jason Schwartzman, Maya Hawke, Margot Robbie, Bryan Cranston, Tilda Swinton, … y un largo etcétera. Todos parecen disfrutar de cada una de las líneas del jugoso e irónico diálogo que Wes Anderson ha creado para ellos. Se notan cómodos en la peli en cada uno de sus personajes y en cada una de las “historietas” que les ha tocado contar. Felices de participar en ella y de servir al ingenio creativo del autor norteamericano.

Si me meto de lleno a nivel narrativo, aunque no haya una historia del todo muy definida (habla del acto de creación y de encontrar un lugar en el mundo), e Interpretativo, qué decir ya a nivel estético. Es una gozada disfrutar de cada uno de los elementos que componen cada uno de los planos de su trabajado y conseguido paraíso estético. Su paleta de colores, su espíritu retro, su preciosa fotografía, su atinada música, …. todos y cada uno de sus parámetros audiovisuales son tan mágicos como alucinantes.

En definitiva, me gusta “Asteroid City”. Reconozco que no es para todo el mundo, sino para todos los que, como yo, entramos de lleno en el cine de Wes Anderson. Si es así, si eres de los míos, no te la pierdas. Yo, la disfruté un montón.

“Sin malos rollos” / “No hard feelings”. (Dir: Gene Stupnitsky):

Y si me entrego a “Asteroid City” también lo hago a la última cinta de Jennifer Lawrence. Me parto de la risa y me divierto muchísimo con “Sin malos rollos”. Lo que más me gusta de ella es su espíritu de comedia romántica de las de antes, llena de encanto y de buenas intenciones, la cual se ve reforzada por un sentido del humor llevado al extremo y lleno de referencias sexuales, irreverentemente cachondo y guasón.

Cuenta la historia de una treintañera que para recuperar el coche que necesita para trabajar/vivir ha de aceptar el trabajo, propuesto y pagado por unos desesperados padres, de enamorar y espabilar a un joven preuniversitario, tan tímido como poco maduro, antes de que sea devorado por la vorágine que supone el llegar a la universidad. Lo que en principio empieza siendo la imposible pareja, resultará luego no lo ser tanto. Pero mejor vayan a verla y salgan de dudas de cuál es su final.

El resultado, aparte de ameno, es muy, insisto, muy divertido. Su metraje pasa volando y te enamoras de esta extraña pareja desde el principio. Mucho tiene que ver un inteligente y muy socarrón guion, lleno de situaciones pensadas con muy mala leche y poco sentido del ridículo. Pero, sobre todo, el éxito reside en el encanto, desparpajo y talento interpretativo, que derrochan sus dos protagonistas. Ambos se entregan a hilarantes momentos sin ningún tipo de complejos ni rubor, haciendo creíble lo increíble, tronchante lo ridículo. Fantástica Jennifer Lawrence, desde hoy sí soy su fan “number one”. No menos, el joven y muy capaz Andrew Barth Feldman. Suya es la película. Y en su gran química está la magia de esta muy simpática, original y refrescante comedia, perfecta para el verano.

Ya saben, “hoymevoyalcinemaniacos”, vayan al cine y, en estos días de verano, dejen sumergirse por la gran variedad de emociones como la risa, el misterio, el drama, la magia, la nostalgia, … que nos propone la estival y muy estimulante cartelera veraniega.

P.D: Por cierto, ya he visto la nueva de Indiana y hoy voy a ver Flash. En unos días os hablo de estos héroes y superhéroes. ¡Hasta entonces, queridos!!!!