Así de contradictorios somos. No tenemos tintas medias. Somos capaces de lo mejor y de lo peor. ¡Ay, el ser, humano, …!!! Lo mismo nos da por la belleza y el amor, por la sensibilidad y la poesía, por el arte, la cultura, la bondad y la filantropía, por la parte positiva de la vida, por la entrega, la generosidad y la ayuda, que nos enfangamos en el peor de los odios, en la maldad, en la oscuridad y nos lanzamos de cabeza a la parte más perturbadora y controvertida del alma. Así somos. Así de complejos. Así de difíciles de entender. Así de extraños.
De amor y desamor (¿qué es, si no, el odio en definitiva?). De eso va la vida. De creación y de destrucción. De sumar y restar. De aportar o de no hacerlo para nada. De luz y de sombra. De color y de blanco y negro. Del más y del menos. … Y de eso van, también, las dos películas que tengo bien a ver la semana pasada en el cine en mi última sesión doble. Vamos con ellas.

“El contador de Cartas” / “The Card Counter” (Dir.: Paul Schrader):
Paul Schrader vuelve a mostrarnos su maestría en este notable y potente drama en torno a un solitario jugador de cartas, de ahí el título, que va de casino en casino ganándose la vida a golpe de baraja, intentando, por otro lado, pasar lo más desapercibido posible. Pronto descubriremos que tuvo un pasado y que ese pasado explica cada uno de los extraños comportamientos de este interesantísimo y oscuro personaje.
Todo ello nos lo muestra el gran y alternativo director americano a través de un inteligente, pero seco, duro y lento drama, en el que se habla del peso del pasado y de cómo el odio sólo genera existencias desnortadas y vivencias de lo menos equilibradas. De como la oscuridad se enquista en el alma, apoderándose de ella para tenerla siempre encarcelada, nunca libre, enjaulada.
No todo es positivo en su minutaje. Señalar, quizá, como elemento más negativo un ritmo, quizá, un pelín lento, que resta efectividad en la parte media de su metraje. Pero, son muchas las cosas positivas que destacan. Lo mejor, un Oscar Isaac inmenso, como siempre, que se entrega, una vez más a un complejo y poco convencional carácter, dando, de nuevo, su mejor vena interpretativa. Eso, y un muy sugerente guion que saca a la luz muy controvertidos temas, generadores de muy interesantes debates en posibles posteriores cafés a la proyección. Así como un final tan controvertido, con el poder del amor como alma redentora, como necesario.
En definitiva, un notable drama que bien vale el precio de una entrada.

“El amor en su lugar” / “The love gets a room” (Dir.: Rodrigo Cortés):
Y si “El contador de cartas” habla de cómo superar el odio en el futuro, “El amor en su lugar” lo hace de cómo intentarlo en el presente. ¿De qué manera? A través de la historia de un grupo de cómicos judíos que cada noche representan la obra musical “El amor en su lugar”, de ahí el título, en un desvencijado teatro en pleno gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial. Concretamente su metraje nos muestra una sola función, aquella en la que algunos de sus miembros intérpretes intentarán fugarse a pesar de la dificultad de tal heroica acción.
El resultado es un brillante, original y emocionante drama (con acertados toques de musical), que te engancha desde el momento uno, poniéndote la piel de gallina y estrujándote el corazón en cada uno de sus 113 minutos. Una cinta que habla del poder del amor, del arte y de la belleza, como única posible vía a la que agarrarse para sobrevivir al horror (en este caso el inhumano genocidio por parte de los nazis en el holocausto judío).
Una inteligentísima dirección obra de Rodrigo Cortés, una fantástica partitura a cargo de Víctor Reyes, una historia que atrapa de principio a fin, una perfecta producción que llena de realismo lo acontecido en pantalla y un perfecto reparto entregado a la causa, hacen el resto, dando lugar a una pequeña joya, una maravillosa sorpresa de la cartelera, que no puedo hacer otra cosa que recomendaros. Gran pequeña película. Nos os la perdáis.
Ay, el amor, … el amor en su lugar, por supuesto. Siempre. Es decir, el amor en todas partes. Porque sin él no tiene sentido nuestra existencia. Firmado: Mr. LOVE.

Feliz año cinéfilo, Felipe!! Como te comenté en su momento, vi «El contador de cartas» en la SEMINCI. Me pareció un potente film, interesantísimo y que no deja indiferente.
No vi la última creación de Rodrigo Cortés del que siempre le agradeceré esa joya llamada «Buried».
Un abrazo.
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Muy recomendable “El contador de cartas” , pero más aún “El amor en su lugar”. No te la pierdas. Un abrazo, Rubén.
Felipe.
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El trailer del contador de cartas me encantó, me dan ganas de verla…
Aparte de las horas y horas de mus qué eché en la facultad 😀
Nada de las bobás de Texas de poker que se pusieron de moda después jeje
Anotada queda!
Respecto a Rodrigo Cortés, yo no le conozco mucho, la de Buried, claro…
pero el hecho de poner Salamanca en el mapa, aunque él nació en Orense, lo tenemos adoptado jeje
Merece todo mi aplauso!
De hecho, estrenó la peli en los queridos cines Van Dyck en diciembre…
Junto con el músico, también salmantino, Victor Reyes, dos cracks!
Para tus recomendaciones secretas, Rodrigo también escribe,
estuvo firmando en una librería de aquí, su libro ‘Los años extraordinarios’,
por si alguno os animáis a leerlo, o contarnos qué tal está si ya lo hicisteis…
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Tengo muchas ganas de leer el libro. He oído que está genial. A mí desde luego me parece un tío con talento. Como todo charro que se precie.
Felipe.
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