El otro día, a colación del estreno del último (y muy recomendable) filme de Almodóvar, hablaba de los directores creadores/ autores, ésos que no se limitan a poner en funcionamiento ciertos mecanismos y herramientas, a modo de artesanos y que les permiten llevar a buen puerto un largometraje, sino de los que ponen su alma y todo su mundo creativo e interior en cada uno de los fotogramas que salen de su mente, lo cual hace que cada una de sus cintas sean absolutamente reconocibles. A ese grupo pertenece también Tim Burton, autor que, como mínimo, cada vez que estrena algo, “ese algo” siempre me interesa. El problema, y me pasa también casi siempre con él, es que todas sus obras suelen tener momentos y partes del metraje brillantes e incluso sublimes, pero luego siempre también en otros fragmentos o partes, la cosa no acaba de ser redonda encontrando cada una de sus obras un tanto imperfectas. No en la totalidad de su filmografía, eso sí, y de ahí el “casi” anterior, ya que en algunos casos los “astros se han alineado” dando lugar a obras que rozan la perfección y que forman parte de esa lista de títulos con los que he gozado muchísimo enfrente de una gran pantalla: es el caso de “Eduardo Manostijeras”, “La novia cadáver” o “Ed Wood”, como director, o “Pesadilla antes de Navidad” como productor. En definitiva: me encanta su arte, pero no siempre todas sus obras. Me ha vuelto a pasar con “Dumbo”, película que he visto esta semana y cuyas impresiones paso a transmitir.
“Dumbo” (Dir: Tim Burton):
Resumo lo sentido con esta nueva versión en acción real del clásico de animación de Disney de 1941 que trataba la historia de ese, ya mítico, elefante de enormes orejas, rechazado en un principio y adorado en un final; una historia de superación que hablaba de la aceptación del diferente: no me aportó nada nuevo, pero tampoco me importó verla. Ni más ni menos. Y es que es lo que puedo decir de la nueva cinta de Tim Burton y el nuevo intento de releer un clásico de nuestra memoria colectiva por parte del “todopoderoso” Disney. Tal cual: ni frío ni calor. ¿Me aburrí con este nuevo acercamiento a la historia del paquidermo volador? Ni un minuto. ¿Miré el reloj durante alguno de los minutos de su metraje? Ni un segundo. ¿Me había olvidado de lo que acababa de visionar en la sala? A la hora. Y es que, de correcto puedo calificar este nuevo “Dumbo” ya que, como digo, todo en esta cinta está en su justa medida: comedido guion (con un nuevo final en el que los humanos tienen un papel más relevante), acertado reparto y buenas dosis de animación informática con cuidada estética. Pero nada sobresale y nada me “enloquece”. Nada me entusiasma ni nada me estremece. Tampoco me provoca ni aburrimiento ni rechazo, que quede claro.
Sus mayores virtudes: 1) ese Dumbo generado por ordenador (como el resto de los animales), perfecto técnicamente y lleno de emoción en cada uno de sus gestos, sus miradas, sus movimientos (no sé cómo lo hacen, pero yo lo encuentro entrañable; me quedo “embobado” cada vez que aparece) y 2) el ver una sala de más de 400 butacas llenas en una sesión de un domingo por la tarde. Sólo por eso, porque los cines se sigan llenando de gente para que podamos seguir disfrutando de esto que a mí tanto me gusta, bienvenidos todos los “dumbos”, súper héroes, experimentos de Disney, de Marvel, de DC, o de dónde sean, “jedis”, o dinosaurios “jurásicos”, del mundo. Por mi parte, bienvenidos (aunque a vecen no acierten en el pleno), repito, siempre serán.
“Nación Salvaje” / “Assassination Nation” (Dir: Sam Levinson):
Si tirando a “tibio” salí de “Dumbo”, de “Nación Salvaje” salí todo lo contrario: descolocado, abrumado, noqueado, alucinado, provocado, acalorado, enfadado, asustado, …. y así podría seguir un buen rato porque la que fue una de las sensaciones del festival de Sundance de hace dos años, me provocó de todo menos frialdad. Y es que la ópera prima de Sam Levinson (sí, hijo de Barry Levinson, el cual es experto en cine tirando a lo familiar y correcto; ya se sabe, “en casa de herrero, cuchillo de palo”) es una provocadora, inquietante y perturbadora cinta en la que el desconcierto dura de principio a fin. De hecho, te lo advierten incluso en su inicio, momento desde el que uno, como espectador, es avisado de que va a ver todo menos una peli de espíritu Disney (en este sentido las películas del post de hoy están en las antípodas y son absolutamente opuestas) y en la que va a ver de todo (desde violencia, a abusos, violaciones, drogas, sexo, gore, …; cuando digo de todo, es de todo y es tal cual). Vamos un “pasote” como se diría en lenguaje “millenial”.
La historia es una adaptación 2.0 a la de “Las Brujas de Salem”. De hecho, aquí las “supuestas brujas” son cuatro chicas adolescentes que tendrán que defenderse con uñas y dientes (véase, a tiro limpio o a machetazo vivo, aquí vale todo) de una puritana, y llena de falsa moral, población (sociedad) que utilizará a estas jóvenes como “chivos expiatorios” de su ira. Una ira colectiva que se verá provocada cuando un hacker exhiba abiertamente y cuelgue en internet todos los elementos privados (chats, búsquedas de internet, fotos, historiales, …) de los habitantes de dicha localidad. ¿Se imaginan que toda la información privada de todos los que cohabitan en su ciudad, pueblo o comunidad saliera a la luz pública? Pues eso. Una locura. Y a partir de ahí, un incisivo y fino análisis de la sociedad que hemos creado y en el que se pondrá el dedo en la llaga sobre muchos temas: el uso extremo de las redes sociales, el control que ejerce internet sobre nosotros, la falsa moral de la sociedad americana (y del resto del mundo, ya que lo que cuenta se puede extrapolar al resto del mundo, aquí no se libra nadie), el devenir de la juventud de hoy en día, las relaciones paterno-filiales, la sociedad patriarcal y machista que aún hay que “derribar”… En fin, de todo habla esta película. Una cinta en el que se vuelve a dejar claro que nuestro peor enemigo, y en ese sentido entronca a la perfección con “Nosotros” de Jordan Peele, somos nosotros mismos (no echemos balones fuera: los primeros en coger el arma en la trama, para ir a la caza de las jóvenes, son los maduros hombres casados que antes han intentado meterse en sus camas y no precisamente para leerles cuentos) y que pone en entredicho una sociedad con una terrible falsa moral en la que todo el mundo (hasta el más puro) tiene algo que esconder.
Una trama brutal (peli de rollo instituto, pero muy “hardcore”) contada con un estilo audiovisual rabioso y lleno de fuerza, con unas actrices fantásticas (a destacar su protagonista Odessa Young) y con un final absolutamente brillante (también su escena post créditos, llena de ironía, fuerza y mala baba). Quizá, su mayor defecto sea el exceso de violencia al que se ve sometido el espectador en el último tramo, el cual cae un poco en ese exhibicionismo radical que antes tanto se había criticado.
Así que ya saben: si lo que le gustan no son los sobresaltos, la violencia extrema, el gore más descarnado, los temas delicados, tramas al límite, las escenas desconcertantes y las tramas provocadoras, no lo duden, esta NO es su película. Solo para espectadores con ganas de riesgo y muy curtidos. Avisados quedan.
Voy a tener que ponerme al día con tu blog, qué me sacas unas cuantas entradas
Estás on-fire, y no me da tiempo a leerte 😀
Dumbo, quizá te dejó frío porque ya conocías la historia?
No sé, estos reboot de carne y hueso que está Disney sacando desde hace años…
La historia, para el que conozca los dibujos (qué será casi todo el mundo), es conocida…
Y aunque Titanic sabías como iba a acabar… en el medio contaron algo nuevo…
No sé la razón, pero Disney está en ello… y en breve «Aladdin» y «El Rey León»
Y yo a mi sobrina siempre le oigo decir, están bien, son bonitas, pero poco más…
Seguiremos atentos a tu blog!
Me gustaMe gusta
Está genial que “Disney” haga nuevas versiones o secuelas de sus filmes antiguos. El problema es cuando no aportan nada nuevo. A veces estoy con tu sobrina, salgo con la misma sensación, bonita pero… nada más!! A ver qué tal con “Aladdin” y “El rey leon””. Espero que se les dé bien!! Gracias por seguir el blog a muerte. 😜
Me gustaMe gusta