Soy un tío optimista. Los que me conocen lo saben. Una persona que, ante la adversidad, a pesar de sus inseguridades y ansiedades, que las tengo, como todo el mundo, muchas, suele ver siempre el lado bueno de las cosas. No me gusta la negatividad. Nada el conflicto. Y menos aún la destrucción innecesaria, algo a lo que suele tender mucho la sociedad, casi es un deporte, básicamente porque es gratis y porque siempre es más fácil ver lo negativo que lo positivo. Siempre es más fácil criticar que construir.
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