Bridget Jones y Paddington. Maravillas londinenes.

Me encanta Londres. Es, sin duda, mi ciudad favorita del mundo mundial. Viví en ella. Y regresar de vez en cuando sólo me produce emoción y más emoción. Sólo de pensar en volver a pisarla me emociona de nuevo. Pasear por sus calles, visitar sus monumentos, ir de compras por sus establecimientos y mercados, deambular y hacer picnic por sus parques o disfrutar de su variada oferta gastronómica (un “fish and chips” en uno de sus pubs, un “meat pie” en uno de sus “markets”; …) y cultural (nada como ver un musical en uno de sus teatros, una obra en el West End, …), están entre mis placeres máximos de esta vida terrenal. Recordar lugares como Camden, Notting Hill, Soho, Malborough market, Covent Garden, Picadilly, Leicesture Square, etc… solo me provocan ganas de ir a internet y cogerme un billete para ya mismo.

            Esa devoción por la capital londinense hace que disfrute igual de mucho de las películas que tienen lugar por sus encantadores rincones y sus callejuelas llenas de “charming”. Cintas como “Notting Hill”, “Love Actually”, “Cuatro bodas y un funeral”, “Shakespeare in love”, “Mary Poppins”, “Match Point”, “101 dálmatas”, “Un pez llamado Wanda”, la saga de James Bond… me llenan de algarabía cinéfila y geográfica.

            Como lo hacen algunos de los personajes míticos que deambulan por sus calles. Esta semana tengo la suerte de poder volver a disfrutar de dos de ellos. Me refiero a la genuina y genial Bridget Jones y al adorable y entrañable Paddington. Esto es lo que me provocan las últimas entregas de sus franquicias.

“Bridget Jones: Loca por él”. / “Bridget Jones: Mad about the boy” (Dir: Michael Morris).

He confesado mil veces que no me gusta mucho la gente muy segura de sí misma. Desconfío. Al contrario, venero a la gente que se equivoca, duda, comete errores, despistes, … creo que es algo que les humaniza. Si ya se ríen de sí mismos, mejor que mejor. Como bien decían en “Cónclave”, hay que evitar siempre la certeza, y arrimarse a los que dudan, se cuestionan, se preguntan, … Por ello que adore a Bridget Jones”, cuya imperfección la convierte en algo magnético y brillante, divertido y entrañable, tronchante y adorable. Me encanta el personaje y sus defectos me parecen verdaderas virtudes para los ciudadanos del siglo XXI, en los que se prevalece el egoísmo y la autoconfianza.

Me gustó mucho la primera parte de las aventuras y desventuras de esta soltera londinense en busca de un príncipe azul con el que colmar sus aspiraciones románticas. No tanto la segunda y tercera entrega, que se quedaban, aunque tenían sus momentos y sus puntos, muy lejos de su predecesora. Vuelvo a disfrutar mucho de esta cuarta entrega. Imperfecta como su protagonista, pero llena de encanto suficiente y diversión, también como su prota, suficientes como para disfrutarla de principio a fin. Se centra en el momento ese de la paternidad en la que la crianza de tus hijos te arrolla y hace que tu persona pase a un segundo plano. En este caso nuestra prota cuida en solitario a sus dos churumbeles, anulando por completo su vida afectivo-sexual. Sus amigos le alentarán a que vuelva al «mercado», generando situaciones de lo más curiosas.

El resultado: pues una comedia romántica entrañable y muy divertida en la que nuestra protagonista vuelve a reinar como icono que es. Mucho en gran medida a su actriz, Renée Zellweger, quien ha nacido para ser Bridget. No alcanza la genialidad de la primera, pero tiene encanto e ironía suficientes como para pasar un gran rato en compañía de Bridget y los suyos. Los fans del personaje, no os la perdáis. Los amantes de las comedias románticas, tampoco. El resto, ya es vuestra decisión. Para mí la combinación Renée, Bridget, Londres y comedia romántica, se resuelve con una genial sesión de emoción y risas. Salgo con cara de felicidad del cine, lo cual ya merece la entrada.

“Paddington: Aventura en la selva”. / “Paddington in Peru” (Dir: Dougal Wilson).

Mi hija resume en una frase perfectamente lo que te aporta la tercera entrega de Paddington: “Ha estado bien, pero es que la primera y la segunda son inmejorables”. Tal cual. Quien haya visto las dos primeras películas de Paddington sabrá que son dos obras maestras, dos maravillas, dos obras perfectas, del cine familiar. El que no las haya disfrutado aún que no se las pierda. Aunque no tenga niños. No se arrepentirá. La tercera no llega al nivel, sólo cumple. Es más, se puede definir simplemente como una correcta cinta de cine para ver en familia, con aventuras y risas suficientes, como para pasar un rato agradable, correcto. Pero le pasa como a Bridget Jones, Paddington, ese osito tan adorable y mono,  y todo lo que rodea a su universo, tiene tanto encanto, tanta simpatía, tanta gracia, que pasar un rato más en su compañía, esta vez en los recónditos territorios del Perú, bien vale una tarde de cine familiar.

¿La peor de las tres? Sin duda. ¿Lejos de la calidad de las anteriores? Pues también. Pero aún con elementos positivos suficientes como para que mi tarde de cine con peque (esta vez fui sólo con mi hija) mereciese la pena. ¡Ah, y sale Londres!!

Lo dicho, mis queridos «hoymevoyalcinemaniacos», por más películas con Bridget, con Paddington y con Londres.

2 comentarios sobre “Bridget Jones y Paddington. Maravillas londinenes.

  1. Si es que eres la versión masculina de Bridget 😀 y la versión humana de Paddington 🙂
    Eres nuestro bloguero y «osito inseguro y entrañable» particular!!

    Anotamos, y más si sale Don Antonio Banderas jejeje

    PD. ‘Peque’ ya se merece una sección en el blog, como pasó en la radio (qué recuerdos)

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    1. Tal cual, si hay un «Bridget Jones» masculino, ese soy yo… Pena de película a mi favor. Me encantaría interpretarla y pondría poner mil vivencias personales. ¡Je!!! Siempre con la peque, mi adolescente y mi doña, eso sí. Sería lo más. Un abrazo.

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