Cine sonoro y sideral en torno a “Los planetas”.

Me encanta la música indie pop española. Si bien nunca he sido un gran seguidor de “Los planetas”, aunque me haya gustado siempre su sonido. Estrenan una peli sobre ellos (o NO) que viene de llevarse el último gran premio, la biznaga de oro, del último Festival de Cine de Málaga. La dirige Isaki Lacuesta, director cuyo nombre es sinónimo de calidad y talento. Leo y oigo maravillas sobre ella. Me voy en cuanto puedo a verla en su estreno, a pesar de estar últimamente a tope de lío. Hasta arriba de vidilla laboral, de jaleo. De tareas. El “break” para ir a una sala de cine me merece la pena. Me encanta. La disfruto de principio a fin. Esto es lo que me produce su visionado.

“Segundo Premio” (Dir: Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez):

“Segundo Premio” va (o NO) sobre “Los planetas”. ¿Qué más da? Lo que sí está claro es que está claramente inspirada en este grupo de pop-rock de la escena indie granadina que tantos seguidores y fervientes ha tenido siempre. Cuenta la historia de un par de amigos que tienen un grupo de música en la ciudad de la Alhambra y de como su unión se empieza a venir abajo cuando entra el éxito en sus vidas y sale de ellas la tercera componente de la banda, una chica que prefiere decantarse por una vida menos artística y excitante, pero más tranquila y acomodada.

Isaki Lacuesta aprovecha esta sencilla trama para hablar de muchas cosas. De música, por supuesto, ante todo. De juventud, divino tesoro, otro tanto. Pero también de éxitos y fracasos, de inseguridades, frustraciones y miedos, de egos, de amistad y compromiso, de creatividad y riesgo, de esos momentos en que uno no sabe qué hacer ni para donde tirar, de talento, de tenacidad, de falta de objetivos, de tener o no tener ganas, … De ser genuinos o venderse, De naturalidad, de impostura… También de drogas. Y de los efectos de ellas. De amor y sexo. Y de Granada. De crisis vitales va la cosa, vaya… De tenerlo muy claro o de no saber nada de nada… De seguir la brújula deseada o de estar absolutamente en la posición desorientada.

Todo ello en una película conceptualmente innovadora a modo de película-disco, dividida en tantos temas/capítulos como los que podría tener un álbum de pop-rock, llena de magia, tanto en cuestión de fondo como de forma, de contenido y de estética, … A modo de una especie de original docu-ficción, a medio camino entre el documental más realista y el cine de calado más independiente y existencialista, Lacuesta nos sumerge de lleno en las entrañas de este grupo de rock y deja que fluyamos con ellos, con sus problemas y sus alegrías, sus incertidumbres y deseos, sus pasiones y miedos, sus virtudes y miserias… Y todo te atrapa. Te llama la historia de estos dos amigos en crisis, existencial y amistosa, creativa y musical. También su música de espíritu alternativo y de gran poder emocional. Y su cuidada imagen  un tanto “underground”, de vanguardia, …

Yo, al menos, no despego la vista de la pantalla. Me interesa cada segundo. Muy bien los actores. Muy bien la producción. Muy bien la fotografía. La inspiración del director. Su banda sonora… Me dejo llevar y me empapo de juventud, de rock and roll, de psicodelia y de espíritu independiente. Su formato y trama no son para todo el mundo, pero si te va lo menos convencional y te dejas fluir, sentirás magia. Yo la siento. Y la película no sólo me engancha, sino que me atrapa. Me transita por muchas emociones. Escucho con atención “hasta la última nota” de tan apasionante y personal proyecto.

De lo mejor en lo que a cine español se refiere de lo que llevamos de año. Si no la mejor… Eso sí, no para todo el mundo. Sólo para amantes de la música y el cine de corte más independiente, alternativo y experimental. Dicho está.

¡Y que viva el cine” ¡Y que viva la música!!!!