De la Streep a la Coixet.

La Coixet y la Streep. Meryl e Isabel. Dos mujeres tan distintas y a la vez tan similares. Tan dispares en todo y al mismo tiempo tan cercanas. De geografías distintas, pero con pinitos en diferentes idiomas. Una actriz, la otra directora. La una, una diosa de la interpretación. La otra una reina del cine “indie” (y de la polémica del momento). Aquella comedida y “minimal”, ésta barroca y exagerada. Pero las dos todoterrenos, imbatibles, llenas de ilusión y ganas.

Eclécticas, atrevidas, con ganas de innovar y nunca dispuestas a acomodarse en su zona de confort (como gusta tanto decir ahora en nuestra sociedad de sobre exceso de red social y libro de autoayuda).  Las dos ilusionadas. Y con ganas de ilusionar. De reinventarse. De no acomodarse. Las dos tan adoradas, como criticadas. Pero siempre a pie de cañón. Sin miedo a caerse. Ni siquiera a precipitarse, aunque sea del “acantilado” más vertiginoso. Siempre con ganas de arriesgar. Ganen o pierdan la partida. Unas veces con mejor suerte que otras, pero nunca causando indiferencia. Simplemente por una razón. Porque aman lo que hacen. Y se nota. Y seguirán al pie de la “barricada” fílmica hasta que les dejen. Hasta que haya un papel o un guion, no importe la edad (y esa es la actitud) que le dejen interpretar a una, o rodar a la otra. Les mueve la pasión. Afortunadas ellas Y aún les queda mucho fotograma por delante con el que, en casa o en el cine, sorprendernos una y otra vez más. Brindo por ellas. Porque de ellas es parte de nuestra memoria cinematográfica. Al menos, sí de la mía.

“Nieva en Benidorm” / «It snows in Benidorm» (Isabel Coixet):

Veo en el cine, como siempre veo sus películas, con una mezcla entre el miedo y la excitación, la última cinta de la inclasificable y ecléctica directora catalana Isabel Coixet. Amo muchas de sus películas. Desde “Cosas que nunca te dije” a “Mi vida sin ti”, pasando por “Elegy”, “Aprendiendo a conducir” o la más reciente “La librería”. Otras, sin embargo, me dicen poco, o incluso nada, llegando en algún caso a sacarme algún que otro sonrojo. Es capaz de lo mejor y de lo peor, y en ocasiones, incluso en la misma cinta. Por eso soy cauto, aunque me atraen la temática y el título, ante la nueva obra de Mrs. Coixet. Disfruto de muchos elementos durante su metraje. De hecho, hay muchos factores positivos en este su nuevo largo. Desde unos personajes muy carismáticos, a unos fantásticos actores (especialmente sus dos intérpretes principales, fimpecables Timothy Spall y Sarita Choudhury), pasando por un hipnótico y poetizado Benidorm a ritmo de Baccara y coro polifónico (fantástica también su banda sonora), o por su división en capítulos a modo de diferentes fenómenos atmosféricos o ese plano final sobre el que se superponen los créditos del título de la cinta, ese metafórico  “Nieve en Benidorm” con una hermosa y conclusiva imagen. Hay belleza en la visión de Isabel y ésta me conecta a la pantalla. Sin embargo, no lo hace un guion simple y bastante carente de interés en los que los personajes se hunden, como los británicos se pierden en litros de alcohol en calles y garitos de lujuria y desenfreno, tal y como nos muestran las imágenes. No me acaba de interesar la historia de este británico al que prejubilan y decide marcharse a la ciudad alicantina, con miras de visitar a un hermano que lleva 10 años sin ver y que casualmente ha desaparecido, algo que le obligará mezclarse con cierta “fauna” del lugar. Me quedo a medias. Hay poesía y atractivo en lo que veo, pero no acabo de sentirlo del todo. No me acaba de atraer lo que pasa en pantalla. La historia me resulta un tanto insulsa. Floja. Y salgo un tanto noqueado. Un tanto frustrado. Interruptus. Con ganas de haber gozado mucho más con esta cinta que tanto prometía y se queda a medio camino. Tanto el cine de Isabel, como ese “esperpéntico” e hipnótico Benidorm en el que todo es posible, se merecían mucho más.

“The Prom” (Dir: Ryan Murphy):

Por otro lado, veo en casa (no hay otra manera posible: estremo en NETFLIX directamente) la última película (bueno miento, acaba de estrenar también en HBO “Let them talk”, de Steven Soderbergh, pero aún no he podido verla, no me da la vida) de la grandísima actriz Meryl Streep. Esa mujer capaz de atreverse con todo. Desde el drama más demoledor, a la comedia más “guasona” (como dicen mis hijos”), del “indie” más radical”, al musical más festivalero. Este es el caso, un “vodevil” al más puro estilo Broadway. Lleno de purpurina, brillantina, números musicales cabareteros y una trama con moraleja final que intente recalcar a los espectadores que un mundo mejor es posible. Así es “The Prom”. La historia de una chica lesbiana que intentará llevar a su novia (secreta) al baile de fin de curso, el “PROM” del título, ante la negativa del HAMPA del «high-school», quien se niega a que un acto de tal calibre “inmoral” sea llevado a cabo en su centro educativo. Noticia que dará la vuelta al país y que llamará la atención de unos “titiriteros” en horas bajas dispuestos a encontrar esa causa social que les devuelva al foco mediático.

  ¿Y qué? Pues vale que le sobre metraje y sea demasiado almibarada, quizá convencional y carente de cualquier tipo de riesgo (sí que lo corre la Streep, con ese personaje excéntrico al borde de la sobreactuación, pero no la película), que sea de esencia muy “The United States of América” y que peque a ratos de superficial y de poco  “sesuda”. Pero…es tan disfrutable. Tan gozosa. Lo pasas tan bien con esta “tribu broadwariana” tratando de convencer con su gracia y “su pluma” que el amor inclusivo no es sólo posible sino necesario, que olvido cualquier atisbo de fallo y me entrego a sus dos horas largas de “petardeo”, bambalinas y números multitudinarios al son de la música más pegadiza y facilona. Me río con su exagerado y fino sentido del humor. Así como me  lo paso en grande con esos actores lanzados al disfrute y al jolgorio que no pueden estar mejor. James Corden, Nicole Kidman, Kerry Washington, Keegan-Michael Key, Andrew Rannells, Jo Ellen Pellman, … todos fantásticos. Inmensos. Y sí, la Streep, también. De nuevo borda (una vez más, y ya van….) el papel de esta diva del escenario musical dispuesta a no caer nunca, y si lo hace, que sea siempre de pie. Verla en pantalla no es sólo un placer, sino un privilegio y sólo espero que tenga muchos (más en estos días que cada vez tiene más detractores) y muchos más papeles que interpretar. Sí, amiga Meryl. Sí, también amiga Coixet, no sea que llegue a leer esto y se me cele.  Sí, reina Streep. Tú, “Santa”. Al menos yo ( y no creo que sea el único), estaré allí para verte. ¡Palabra de cinéfilo “streepmaniaco” lleno de “fé meryliana”!!! Y Amén.

11 comentarios sobre “De la Streep a la Coixet.

  1. Jaja! Debí pensarlo… no se te escapa una. Se me ha pasado ese resumen.
    Pues yo también la vi hace unos meses, y me gustó mucho, Candela es mucha Candela. Me interesaba tu opinión, me imaginaba que es de las que te suelen gustar 😀

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    1. No me gustó… Me pirró. 🙌🏻🙌🏻 Se me caían los lagrimones a la par de que se me escapaban las carcajadas. Mucho Candela. Mucho. Y mucho “La boda de Rosa” 👏🏻👏🏻👏🏻Se la recomiendo a todo el mundo. La peli, emocional de la temporada. 👏🏻👏🏻👏🏻

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