Siempre he tenido la sensación de que en otra vida fui un vaquero o un “cowboy” cabalgando en las praderas del Lejano Oeste. Y si no ha sido así, confieso que no me importaría serlo. Me encanta la sensación de planitud (también la de plenitud, ¿quién no aspira a alcanzarla algún día, no?), la tranquilidad de los espacios abiertos, las camisas de cuadros (¿Quién sería yo sin una camisa de cuadros?), el relajo del poder ver siempre el horizonte (soy más de meseta que de bosque, más de mar abierto que de frondosa vegetación, raro que es uno, que le voy a hacer), fumar un Marlboro duro o mascar tabaco viendo el atardecer bajo un sol brillante y reluciente en un paisaje rojizo y melancólico y, por supuesto, el “Country”. Hay algo en ese tipo de música que me atrapa, me transporta, me emociona y me entusiasma y, aunque confieso que no soy un gran entendido de la misma, en cuanto escucho un tema de tan norteamericana procedencia, aunque sea más salmantino que un botón charro, hay algo en ese estilo musical que me hace sentir por cada uno de los poros de mi piel. Lo que yo digo, en mi anterior vida seguro que me llamé Johny, o Matt, o Phil y seguramente me dediqué al pastoreo por las llanas y áridas tierras de algún lugar perdido de Montana, Texas o Milwaukee, o qué se yo, … si no, no me lo explico. Es por mi devoción por este tipo de música por la que me acerqué a ver la primera de las películas que analizo en este post, “Blaze”. La otra solo responde a una cosa y esta cosa tiene nombre de mujer: Madame Huppert.
“Blaze” / “Blaze” (Dir: Ethan Hawke):
“Blaze” es el “biopic” del inclasificable músico y cantante country Blaze Folley que ha rodado el actor metido a director Ethan Hawke (al que conocerán por títulos como “El club de los poetas muertos” o la trilogía de “Antes del amanecer”, cintas todas de las que me confieso absoluto admirador). Y digo inclasificable músico, porque según vemos en la película, yo no era conocedor de su existencia (repito que no soy experto en la materia), se nos muestra a un hombre que debió de ser un “crack” en lo que al aspecto musical se refiere, pero un desastre en el manejo de la vida y la adaptación al medio terrestre (alcohólico, adicto a las drogas y “outsider” social total). Ethan Hawke, su director, nos cuenta la vida de nuestro muy interesante antihéroe y lo hace con sensibilidad, estilo y buen hacer narrativo. Hay muchas cosas que me atrapan de la cinta: su interesante trama y su interesante personaje principal, los dos actores (unos fantásticos Ben Dickey y Alia Shawkat) que dan vida a esa pareja de enamorados un poco fuera del mundo y que empiezan viviendo en una cabaña en el bosque donde no hay nada más que su música y su amor (la película está basada en el libro de memorias “Living in the Woods in a tree”), el estilo visual y narrativo de su director (está contado con sensibilidad, se ve que hay cariño hacia lo que cuenta y lo transmite en el modo en que lo cuenta, sus saltos temporales son perfectos, sus imágenes transmiten poesía, como lo hacen las melodías de Blaze), … Todo desprende melancolía, belleza, verdad, poesía, … pero llegado un momento de su alargado metraje yo empiezo a desconectarme y me empiezo a quedar exhausto del ver todo el rato un poco “más de lo mismo”. Me falta una buena ración de síntesis, de foco, de concreción y, en definitiva, de ir más al grano. Aún así, me resulta notable e interesante, por su valentía y diferencia (no es una película fácil, no es un “biopic” familiar del estilo de “Bohemian Rapsodhy”, sino todo lo contrario) y me alegro de haberla visto, a pesar de que iba un poco “a ciegas”, tras la salida de la proyección.
“La viuda” / “Greta” (Dir: Neil Jordan):
También paso un buen rato y me doy algún susto en esta película a la que acudo porque no hablan mal de ella y por el gran reclamo que supone su actriz protagonista, Isabelle Huppert, esa dama, o mejor decir REINA, con mayúsculas, de la interpretación francesa cuya presencia en cualquier película suele ser sinónimo de calidad y, al menos, de cierto interés. Y disfruto con este thriller con reminiscencias de “La mano que mece la cuna” y “Misery” sobre la perturbadora relación que se establece entre una solitaria mujer y una joven que acaba de perder a su madre, cuando esta última conozca por casualidad a aquella al devolverle el bolso que ha olvidado en un vagón de metro. Lo que en principio se supone un bonito encuentro entre dos personas con falta de cariño, pronto se tornará en una inquietante relación patológica donde nada era lo que parecía. Una entretenida historia, con varios giros de guion ingeniosos, algún que otro susto y un buen duelo interpretativo entre esa “grande” francesa que es Isabelle y la que es una de las jóvenes promesas del cine americano, Chloë Grace Moretz. Una cinta nada extraordinaria, un tanto convencional dentro del género desde el momento que no aporta nada nuevo, pero para nada desdeñable, recomendable para aquellos que les guste pasar un rato de tensión y sorpresas y, por supuesto, para los fans de Madame, Madame Huppert.
Interesante reseña la de Blaze! Leyendola me he acordado de Crazy Heart de Scott Cooper, con Jeff Bridges: otro cantante country, otro antihéroe, quizá la hayas visto ya! Si no, te la sugiero, seguro te puede gustar! He escrito en el blog de esa peli, mientras Blaze no la conocía.
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Feliz cumpleaños al bloguero del año!
🙂
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Muchas gracias!! Contrablogger. Felipe.
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