Marchando otro buen blockbuster veraniego.

            Pues el verano va bien, en lo que blockbusteres veraniegos se refiere. Empezó Tom Cruise salvando el mundo a base de bien, con bien de “power” y de adrenalina. Luego volaron divinamente los dragones y llenaron de encanto las pantallas “Lilo y Stitch”. Llegó Brad, Pitt, “of course”, y con solo su presencia y bien de gasolina hizo trizas la cartelera, en esa ración gourmet de Fórmula 1 que se disfruta a 100.000 revoluciones. Y ahora tocaba el turno a los dinosaurios. Pues que quieren que les diga, también muy bien. Se pasó divinamente en tierras jurásicas. Esto es lo que me parece su visionado.

“Jurassic World: El renacer” / “Jurassic World: rebirth” (Dir: Gartheth Edwards ).

            Antes de empezar a hablar de la nueva entrega de “Parque Jurásico” centrémonos en aquello sobre lo que vamos a hablar. ¡Qué es Parque Jurásico! Nada de Bergman, Allen o Almodóvar. Que luego lees cosas en las redes criticando que si el guion, que si la trama, … que dejan a uno flipando.

            A ver, que uno sabe lo que va a ver y que, en este caso, desde la primera entrega, esto va de dinosaurios modificados genéticamente concebidos únicamente para entretener al espectador, no para hacerle pensar, vibrar existencialmente, ni cambiar el mundo. Pues en ésta más de lo mismo, más de dinosaurios transformados biológicamente que intentarán devorar a los humanos que se interpongan en su camino, … La trama, más de lo de siempre. Similar o parecido. Ni más, ni menos. Dicho esto, pues qué decir, que esta nueva entrega está la mar de bien.

            ¿Qué por qué? Porque es entretenida, divertida, tiene sentido del humor, hay emoción, mucha adrenalina, visualmente está la mar de conseguida, hay escenas trepidantes con mucho susto que rozan el terror y porque su reparto está más que bien elegido. Se me pasa volando. No pestañeo en su metraje. Me encantan sus dos actores protagonistas, una fantástica Scarlett Johansson, quien nunca falla, muy a lo Lara Croft, y un sensible y entrañable Jonathan de Bailey, uno de los actores de moda, quien refleja a las mil maravillas qué es eso de tener pasión por algo en la vida. Hacen un tándem perfecto.

            Narrativamente, como ya he dicho, nada sorprendente, pero visualmente muy conseguida, así como plena de toda la esencia del cine de Spielberg más ochentero, ese que te hace pasar bien de emoción en el cine. Si a eso le añades la banda sonora de John Williams, cuyo tema principal eriza los vellos, pues lo dicho, un más que válido blockbuster veraniego, perfecto para ir en familia (nosotros fuimos y nos gustó, incluidos sobrinos, mucho a todos), y para disfrutar de una buena tarde de cine “palomitero” al frescor del aire acondicionado de una sala de cine (aunque en nuestro caso se había estropeado, horror, y aun así nos metimos en la película y ni nos enteramos).

            No soy yo el fan más “number one” de la saga. No soy muy «jurásico», vaya. Las veo, porque también me gusta el cine más “mainstream” y de grandes masas, ese que abarrota salas. Ese creado exclusivamente para entretener y divertir. Y en este caso, puedo decir que lo consigue pues pasé un gran rato.

Así que, teniendo en cuenta lo que se va a ver, si son seguidores o fan de la saga, yo se la recomiendo totalmente. Luego ustedes hagan lo que crean, mis queridos “hoymevoyalcinemaniacos”.