Si la semana pasada hablábamos de esas películas que irrumpen en la cartelera y que te sorprenden y te dejan KO, esta lo hago hablando de esa nueva generación de jóvenes actores, llenos de talento, riesgo y verdad, y que se están consolidando como una nueva hornada de grandes intérpretes, con calidad suficiente como para ser un perfecto relevo del “star system” actual, Julia Roberts y Brad Pitt mediante. Actores y actrices como Zendaya, Rebecca Ferguson, Jessie Buckley, Thimothée Chalamet, Anya Taylor-Joy, Glen Powell, Mike Feist, Sidney Sweeney o el súper presente y muy talentoso Paul Mescal, por poner algunos ejemplos, los cuales ya han mostrado sus credenciales y han demostrado que tienen talento suficiente como para quedarse.
A ese grupo quiero unir el actor al que dedico hoy mi post, pues él es el protagonista de la última película que veo en cine. Su nombre: Josh O´Connor. Actor británico que, con una serie de papeles cinematográficos y televisivos, no muchos, se ha consolidado como uno de los jóvenes actores más interesantes y brillantes del panorama actual. A él le pertenecen sus redondos trabajos en “Tierra de Dios” o aquel como príncipe Carlos en el serial de NETFLIX “The Crown”, por poner algún ejemplo. También lo veremos este fin de semana en la muy esperada “Challengers”, cinta ambientada en el mundo del tenis, de Guadagnino. Ha estrenado también esta semana, hace doblete en nuestra cartelera, “La quimera”, la última y genuina cinta de Alice Rohrwacher, estrenada en el último Cannes y que yo veo en cines en mi última sesión en pantalla grande. Esto es lo que me parece la película y el trabajo del actor británico. Vamos con ello.

“La quimera” / “La chimèra”. (Dir: Alice Rohrwacher):
En “La quimera” constato que Josh O´Connor es un actorazo y que no sólo tiene desenvoltura interpretativa para dar y regalar, sino que, apuesta por el riesgo, algo para mí muy válido en el mundo de la creación artística, derrocha carisma y atractivo, y su carrera no ha hecho más que despegar. Su trabajo, como un angloparlante en Italia llamado Arthur, dedicado a la búsqueda de la antigüedad arqueológica en la más pintoresca y costumbrista Italia, a la vez que trata de encontrar a su amor perdido, es lo mejor de “La quimera”, al menos para un servidor, ya que vuelve a demostrar naturalidad y magnetismo a raudales en un personaje un tanto ambiguo y complejo, al que él le dota de total veracidad y entrega.
También constato que el cine de la muy aclamada y valorada Alice Rohrwacher, una de las voces más aplaudidas y auténticas del cine actual, no es del todo para mí. Y reconozco su originalidad y personalidad como creadora, así como su poder para generar todo un universo propio e inclasificable que no se parece al de ningún otro director. Reconozco también sus ganas de riesgo y su falta de comodidad fílmica. Pero como ya me pasara en su anterior y muy venerado trabajo, “Lazzaro feliz”, en esta su nueva obra me quedo un poco fuera, frío. Y hay elementos que me gustan. Como su manera de mezclar el costumbrismo casi documental y de naturaleza un tanto esperpéntica con los halos más poéticos del realismo mágico. Como su soltura a la hora de mostrar esa Italia desvencijada y decadente, de esencia similar a la de sus protagonistas, llena de singularidad y gracia. Como el fascinante uso de la música, que va desde el Barroco a la canción italiana, pasando por el pop más independiente y el tecno de barriada, llenando de majestuosidad, contraste y magia sus imágenes. Como algunas de sus secuencias, de lirismo y poesía muy altos, absolutamente sobresalientes, como esa la que tiene que ver en esta cinta con el hilo de una falda, maravillosa.
En fin, que sí, que tiene cosas, pero no acabo de conectar con sus historias, con sus guiones llenos de símbolos y referencias mágicas, complejos a la vez que un tanto inertes, algo que me impide entregarme del todo con lo que pasa. Pero no olviden que esto es algo personal, hay mucha gente que con su cine se queda exhausto en alabanzas. Yo lo veo, me hipnotizo ante ciertos fragmentos y planos, canciones y momentos concretos, pero a lo largo de su metraje siento algo cercano al abatimiento. A la distancia e incluso al aburrimiento. Y mira que voy con ganas y me encantaría que me encantara, valga la redundancia. Pero eso no ocurre. La cinta pasa y pasa, y no me gana… Pero a lo mejor tiene que ver con que mi sensibilidad e inteligencia no está del todo al nivel de sus retóricas metáforas. Quién sabe. Habrá que esperar a su siguiente filme para poder constatar. Por ahora iré a ver “Challengers” de Guadagnino , para seguir confirmando, espero, el gran talento de Josh O´Connor. Lo de Alice tendrá que esperar.
¡Hasta entonces pues, mis queridos “hoymevoyalcinemaniacos”!!
