Una para niños y una de espías.

“Un pliegue en el Tiempo” / “A wrinkle in time” (Ava DuVernay):

Mi amigo Carlos de la Ruta, y alguno que otro más, el día que abrí este blog, me comentó si iba a escribir en este sitio sobre cine infantil. Y la respuesta no es otra que: ¡por supuesto! Me encanta ir con mis peques al cine y siempre que hay alguna película que pueda ir con ellos, allí que me los llevo, y así intento crear pequeños cinéfilos del mañana al más puro estilo de su papi (nada me hará más ilusión que podamos, cuando ellos sean mayores, ir al cine juntos durante muchos años, como yo hacía con mis padres). Además, creo que el cine es, como leer, viajar, conocer o experimentar, fundamental como herramienta educativa. Personalmente, a mí me ha resultado vital para entender muchos de los conflictos históricos, sociales, éticos, morales, en definitiva, humanos, de nuestro mundo. Me ha ayudado comprender, a conocer y a tener la mente un poco más abierta a la realidad que nos rodea diariamente. Así que, acerquen a sus retoños a la gran pantalla y no lo lamentarán. Es un consejo. Y ya de paso, en muchas ocasiones, podrán disfrutar de algunas grandes películas e, incluso, obras maestras, como ha sido el caso, en el año anterior, de la grandísima “Coco”. Disfrutarán ellos y más lo harán ustedes. Háganme caso.

Y por eso fuimos a ver la que era una de las películas más esperadas del año, en lo que a cine infantil se refiere. Es verdad que, si hasta hace unas semanas mis ganas de verlas eran enormes, en los últimos días las expectativas se habían desmoronado, ya que las críticas americanas habían tardado en salir (cuando ocurre eso, no suele significar nada bueno) y cuando al fin lo hicieron, habían sido más bien tibias o incluso negativas. Pero aún así, yo soy de los que pienso que uno tiene que sacar sus propias conclusiones, hemos ido y … ERROR. No. Mejor dicho. GRAN ERROR. Al menos en este caso.

¿Y por qué error? Porque no es mala. Es malísima. Al menos, para un servidor y mi familia. Y eso que yo soy de los que disfruto tanto yendo al cine, que a todas las películas le encuentro algo positivo, o, como dice mi primo Alvarito: – ¡Tío, es que a ti te gustan todas! -. Pues no, todas no; ésta no. De hecho, en lugar de “Un pliegue en el tiempo” deberían de haberla titulado “Un pliegue en mis carnes”, porque esa es la sensación con la que hemos salido, no solo los adultos, atención, sino los cuatro miembros de mi familia (babies included).

Especie de “Interstellar” (por lo de los viajes de espacio y tiempo en el espacio) infantil (basado en un famoso libro para niños americano) pero narrado al más puro estilo de telefilm de sobremesa, mezclada con un libro barato de autoayuda, la peli, con un guion espantoso, nos cuenta la historia de una niña sufridora de Bullying que tratará de recuperar, viajando en el tiempo gracias a su AMOR, con mayúsculas, a su padre científico, el cual desapareció hace años en extrañas condiciones. Ayudada por su hermano y un amigo, y tres hadas vestidas de manera horrorosa, las cuales quieres que desaparezcan de tu vista a los diez minutos de película y que no vuelvan a salir en el metraje nunca más, nuestros protagonistas (quizá lo mejor de la peli) intentarán recuperar a ese padre perdido en la galaxia y traerlo de nuevo a casa, o, mejor dicho, al HOGAR (sí, también con mayúsculas). Todo esto en una especie de planeta a lo “Avatar”, pero kitsch, espantoso (repito la palabra porque no encuentro otra que lo describa mejor) y con unos diálogos que van encadenando, todo el rato, frases del tipo: “Ser diferentes nos hace especiales”,  “El grupo da fortaleza”,  “El amor es el camino que seguir para llegar a conocerte”, que, aunque tienen sentido en cualquier espectador con un mínimo de sensibilidad (no seré yo quien las rebata), su reiteración y su acumulación hacen que produzcan en el espectador, o al menos en un servidor, su efecto contrario. Vamos, que, solo queríamos que terminara.  Y os lo dice alguien que se auto define como híper sensible y que llora con cualquier película con un mínimo de trama sentimental o emocionante. Pero aquí se han pasado. Y aunque las intenciones fueran buenas, nadie lo duda, el resultado es nefasto.  Solo una muestra ejemplificadora: quizá dejé de contar la palabra Amor cuando iba por 100. No digo más. Un despropósito. Como leí hace poco en una reseña, solo tiene sentido si se toma a broma. Y en ese caso hasta podría considerarse una obra maestra. Creo que pocas veces diré esta frase, pero avisados estáis: Piérdansela.

“Gorrión rojo” / “Red Sparrow” (Dir: Francis Lawrence):

Por el contrario, no me sentía atraído, a priori, por la nueva peli de Jennifer Lawrence. Aunque reconozco que ella es buena actriz (para mí lo mejor de la saga “Los Juegos del Hambre”, por la que se ha hecho famosa), no soy súper fan de esta; así que pensaba que no dejaría de ser otro vehículo comercial (no tengo nada en contra de lo comercial, al contrario; pero en este caso no me apetecía) de lucimiento de la actriz. Pero cuando empecé a leer muchos comentarios positivos y buenas críticas, decidí que iría a verla. Y más tratándose de una de espías, género que me encanta, si el material es bueno. Y en este caso lo es. Película muy entretenida e interesante que nos cuenta la historia de Dominika, una famosa bailarina rusa que por causa de una lesión tiene que dejar de bailar. A partir de ahí, y como modo de supervivencia, será reclutada, a través de su tío (inquietante y genial Matthias Schoenaerts) para servir a la causa como gorrión rojo (jóvenes espías que ponían su talento y belleza al servicio del gobierno ruso para cautivar y sonsacar información a gente no partidaria al sistema). En un ambiente post guerra fría, turbio e inquietante, nos adentraremos en una historia llena de giros y sorpresas con una ambientación muy conseguida con aroma a cine “Hitchcockiano”. Película lenta (no es la típica producción de tiros y peleas al más puros estilo mainstream) pero entretenida, con un principio y final brillantes. Es quizá en la parte de desarrollo de la historia donde yo encuentro su mayor problema, ya que la complicación de lo que ocurre y el tono más lento de la misma (aunque reconozco que la vi con sueño en una sesión nocturna) hace que se “estanque” un poco, siendo la atención a la trama más dispersa, o al menos la de un servidor. Genial Jennifer Lawrence y, geniales el resto de los secundarios: desde Joel Edgerton, a Jeremy Irons o esa potente Charlotte Rampling. Película más que digna y recomendada para ver.