La cosecha de Cannes

       Si en el post anterior comentaba lo que nos “pone” a los que amamos el cine la “carrera de los Óscar”, qué decir del placer que nos produce poder visonar los estrenos que pasaron por la anterior edición del Festival de Cannes. Si algo tiene este centro neurálgico del celuloide situado en medio de la Riviera francesa es que puede elegir entre lo mejor del cine mundial, y los que al final logran colocar sus filmes dentro de su sección oficial, o algunas de las paralelas, se pueden sentir unos privilegiados. Mucho leemos, cuando el festival tiene lugar, sobre esos estrenos, y durante los meses que esperamos su llegada a pantallas españolas solo hacemos con elucubrar sobre como serán esas pequeñas joyas allí presentadas. ¿Me gustarán? ¿No? ¿Será tan buena como dicen? ¿Pasará a mi “top list”? …  En ese sentido ya hemos podido disfrutar este año del gran melodrama con suspense de “Todos lo saben”, lo nuevo del iraní Farhadi, de la magnífica peli polaca “Cold War” o de pequeñas joyas independientes como la belga “Girl” o la magnífica y española “Carmen y Lola” (no se la pierdan si no la han visto ya). Mucho imaginé sobre ellas antes de verlas y ahora ya tengo mi impresión, lo mismo que me ocurrió con la película de esta semana (¡Sólo he visto una, estoy a “full”, qué stress!!!), de la que sólo había oído maravillas y me moría de ganas de ver. ¿Y qué me ha parecido? Pues lo siguiente.

 

Lazzaro Feliz” / “Lazzaro felice” (Dir: Alice Rohrwacher):

       Sin duda la película italiana de la que hablaré en las siguientes líneas fue uno de los grandes éxitos del anterior Festival de Cannes. Todo fueron elogios para esta cita creada por la actriz y directora italiana Alice Rohrwacher. De hecho, muchos la consideraban como una de las grandes aspirantes a ganar la Palma de Oro en Cannes (había ganas de premiar a una mujer y más en el año del “Me too” y con jurado presidido por una fémina, Cate Blanchet, y la combativa Kristen Stewart entre sus filas). No ganó el codiciado premio, sólo se vino con el galardón al mejor guion debajo del brazo, pero sí con un sinfín de elogios que elevaban a la cinta a categoría de “must-see” (como se dice ahora en idioma “milenial” a las “pelis que hay que ver”).

Lazzaro_1

       ¿Y qué? Pues que no se que me ha pasado con este Lazzaro y su felicidad, que no me ha emocionado a mí del todo mucho, y mira que le tenía ganas. Vamos, que salí un poco “de un aire”, como dicen en mi pueblo, y con la sensación de no saber si me había perdido algo de la que muchos consideran una obra maestra. La trama, eso lo cercioro,  no deja de ser original (y en ese sentido sí que estoy con el jurado de Cannes en su premio al mejor guion, pero no más): Lazzaro trabaja, junto otros familiares y paisanos en las tierras de la condesa de Luna en la villa de “Inviolata”, y a partir de ahí un descubrimiento y de ese descubrimiento todo lo demás y, así, seguiremos a nuestro feliz protagonista por varios lugares y etapas en una especie de fábula o cuento moral donde se pone en evidencia, de una forma un tanto naif,  cosas como el abuso de poder, la diferencia de clases o el atroz efecto del capitalismo, el cual puede ser tan devastador como el feudalismo, en teoría, abolido desde la Europa “post-medievo” (al menos eso entendí yo, que no lo tengo muy claro, dado su espíritu metafórico e intelectual a cuya altura no estaban mis adormecidas y estresadas neuronas; quizá la culpa fue mía, ¿qué se yo?, ¿Qué yo sé?, porque la peli ha gustado mucho). Y como reconozco la originalidad de la trama reconozco también otros aciertos, los cuales no son pocos, empezando por el tratamiento de la historia, entre el documental más veraz y el realismo más mágico, con ese nuestro Lazzaro saltando en el tiempo y en el espacio como especie de “príncipe mágico” nexo de unión de los diferentes lugares y momentos; o ese gran personaje que es nuestro “Lazzaro feliz”, muy bien interpretado por el joven Adriano Tardiolo, el cual ilumina con su bondad, alegría e ingenuidad el podrido ambiente creado por otros de sus personajes; o ciertos imaginativos y geniales momentos como ese lobo nacido de pura metáfora o ese robo, tal cual, de la música. Pero el resto, o, mejor dicho, el conjunto no acaba de emocionarme y aunque veo con agrado y sin aburrirme el total del metraje no acabo de ver la genialidad comentada por muchos de los que se dedican a la reseña cinematográfica. Yo lo encuentro todo un tanto confuso, deslavazado, inconexo y confuso, inconcreto e incluso un tanto “feísta” (igual que la primera parte, pastoral, campestre y pintoresca, la encuentro deliciosa, la última urbana y más trágica, con el foco en esos vagabundos, la encuentro grisácea y poco atractiva). En fin, a ver si en uno de esos saltos en el tiempo, viene “Lazzaro” y su limpia mirada (me encanta su mirar en toda la película) y me lo explica todo un poco más y mejor, porque yo no lo pillé del todo, porque quizá la clave de todo esté en ese mágico lobo, o no, o sí, o …. Y no digo más, que al final lo acabo contando todo. Juzguen ustedes mismos si es que llegan a verla. Palabra de non-spoiler.

 

2 comentarios sobre “La cosecha de Cannes

  1. Es lo que tiene ir con mucha expectativa a ver un espectáculo.
    No deja de ser un listón que auto pones, qué de no saltarse, acabas defraudado.
    O peor, engañado por la opinión general… O… no sé explicarme…

    Pero anotamos para en un futuro poder, volver a comentar aquí!

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