¡Qué difícil ha de ser espía!! No lo he sido ni creo que lo sea nunca, aunque quién sabe, mi vida es una caja de sorpresas, pero puedo imaginar que eso de estar todo el rato jugándose el tipo en favor de una misión, así como de vivir siempre escondido, en modo camuflaje y sin poder mostrar del todo tus cartas ha de ser agotador. Parece exótico cuando lo ves en las pelis, pero tiene pinta de que eso queme hasta al más entregado. Una profesión agotadora, seguro, … Ahora, no menos que la de ser profesor en estos días.
Sigue leyendo «La dificultad de ser espía (o profesor). Milady y la sala de profesores.»