El espía Bond, el Mediterráneo y ¿SANTA? Benedetta.

¡Bieeennnnnn! Vuelven a llenarse las butacas. Vuelve a ver público sediento de estrenos y con ganas de evadirse durante unas horas en la magia de la sala de cine. Y, lo más interesante, las productoras y distribuidoras empiezan a arriesgarse y la cartelera vuelve de nuevo a llenarse con cintas de lo más interesantes y variadas con las que dejarse llevar. Desde la mastodóntica y mesiánica “DUNE”, a la valiente y necesaria “Maixabel”, de la “adrenalítica” y explosiva “Sin miedo a morir”, a la controvertida y polémica “Benedetta”, pasando por la demoledora “Mediterráneo”….

Hay mucho, muy ecléctico y de mucha calidad. Mucho cine, del bueno, y más ganas de verlo. Y lo que queda por llegar … Así que, no perdamos tiempo, al lío, a recomendar películas que vosotros, “hoymevoyalcinemaniacos”, podáis disfrutar mucho. Vamos con las últimas vistas estos días.

“Sin tiempo para morir” / “No time to die” (Dir: Cary Joji Fukunaga):

De muy digna, entretenida y emotiva se puede calificar este último capítulo de la saga Bond, el cual servirá de despedida para el flamante actor Daniel Craig, quien durante cinco cintas ha sabido portar como nadie su “uniforme” del famoso espía del MI6. Lo echaremos de menos. Mucho. Pues ha dado la talla como nadie (¿dónde hay que firmar para que el traje me quede algún día como a él?) y ha sabido crear un personaje a la altura de las mejores encarnaciones, si no la mejor, de las 25 cintas que forman la filmografía en torno al agente británico.

Muchas cosas buenas en esta entrega. Empezando por una trama enrevesada y llena de intriga, muy en la línea a la que nos tienen acostumbrados últimamente, y que te mantiene atento, sin perder ripio, a lo que pasa en pantalla a lo largo de su alargado metraje, sin que apenas te des cuenta. También hay mucha acción, de la buena, adrenalina a mansalva, tiros, persecuciones y muchos “más difícil todavías”, en localizaciones de lo más cuidadas (hay producción y se nota), bellas y exóticas. Amor y lujo, que para eso es Bond, y mucho sentido del humor (esa flema británica, que nunca falte).

 También hay emoción, con un Bond, no tocado por las balas, pero sí, por primera vez, por las emociones (no puedo ser “spoiler”), mostrando el 007 más vulnerable de los posibles. Y, en torno a todo este festín de acción, un “repartazo” que lo borda, en el que no es imposible destacar a ese Daniel Craig que sabe mejor que nadie pasear por los fotogramas el sambenito del “agente entre los agentes”. Eso sí, le vuelve a robar la función, como ya hacía en “Puñales por la espalda”, Ana de Armas, quien, en apenas diez minutos, se erige en reina del espectáculo, regalándonos un personaje, Paloma, del que queremos saber más, mucho más.

No todo es positivo, eso sí, la trama es demasiado complicada (un malo malísimo intentando adueñarse con el mundo con un arma de destrucción masiva de las de “mírame y no te menees”, es el motor de la cinta, mientras Bond intenta frenarlo, a la par que lidia con sus emociones y mundo interior), y no acaba de ser clara, lo cual le resta enjundia (eso, o que yo ando escaso de neuronas, que todo puede ser), y efectividad a todo el “sarao”.

No la mejor de las de Daniel Craig, y por ende de la saga, pero sí lo suficientemente entretenida y disfrutable como para recomendársela. No se la pierdan y disfruten del mejor cine “palomitero” posible.

“Benedetta” (Dir: Paul Verhoeven):

Y del “sexy” Bond a la sexual, directamente, sin rodeos, “Benedetta”, ese festín de violencia, erotismo y religión que se ha sacado de la manga el siempre polémico y controvertido Verhoeven, quien tiene a bien de regalarnos todo una celebración de cine extremo llena de sentido del humor e ironía. Y también de enjundia, ya que “Benedetta”, la historia de una monja, basada en un hecho real, que dice estar conectada con Jesús, quien le surte de buenas visiones religiosas y eróticas, y que generó un gran revuelo en la Pescia del siglo XVII, es todo un interesantísimo análisis de la religión como herramienta de manipulación de los fieles, de cara a conseguir fines de interés de lo más variado. Todo a través de una clara o pregunta. ¿Fe o locura? Eso es lo que nos propone este “locurón” de película, sólo recomendable para mentes muy, pero que muy, abiertas y deseosas de un cine radical y transgresor, que parece la creación que surgiría si la maquiavélica e histriónica mente de Tarantino tuviera que adaptar un texto bíblico.

Muchas son las cosas que pasan por la pantalla: intrigas monacales, relaciones lésbicas prohibidas pero llenas de desatado deseo, visiones del más allá, traiciones, secretos, mentiras, profecías,  violentas imágenes de tortura y de penitencia, … y muchos los temas que se tocan: el fanatismo religioso; la castración de la sexualidad femenina, siempre vista como pecado,  de una sociedad machista, abusiva y patriarcal; la línea entre la literalidad religiosa, la fe ciega  y la locura y la impostura; la falsedad de la élite religiosa ante la incompatibilidad de palabras y actos, … En fin, de todo, y cuando digo de todo, es de todo. ¡Muy fuerte!!  A la vez que brutal. Todo un ejemplo de cómo hacer cine interesante, entretenido, personal y potente, en el que ni te aburres ni te quedas indiferente.

Hay que destacar el papelón que se marca Virginie Efira, la verdadera reina de todo este sarao, entregada en cuerpo y alma a esa monja casada y elegida por Dios, en absoluto conflicto entre sus llamadas divinas y las del goce de su instinto sexual. Su interpretación es absolutamente magistral. No menos la de su compañera de réplicas, la siempre perfecta Charlotte Rampling, quien no desmerece alabanzas por su trabajo como la oscura abadesa dominadora de todo el cotarro.

Fantástica. Irreverente. Fascinante. Polémica. En la fina línea entre lo sublime y lo magistral, y lo ridículo y esperpéntico. Entre la obra maestra y el más insano despropósito. Personalmente, toda una genialidad. Cine que nos lleva al límite y nos hace pensar, que nos provoca, crea debate, nos sacude y nos deja pegados a la butaca, absolutamente descolocados ante la mágica y desquiciante locura que acabamos de ver.

Sólo puedo decir dos últimas cosas. Que Dios nos pille confesados y…. AMÉN.

       “Mediterráneo” (Dir: Marcel Barrena):

         Muy bien en fondo, no tanto en forma, encuentro esta interesantísima y necesaria cinta (no hay que olvidarnos nunca de que un injusto mundo y muy diferente al nuestro está a pocos kilómetros de nosotros) en torno a la creación de la ONG “OPEN ARMS”. Nos cuenta la emocionante y real historia de esos socorristas barceloneses que abandonaron su confortable realidad para salvar vidas de morir ahogados en el mar que da título a la cinta, concretamente en el tramo que separa Turquía de la isla de Lampedusa. Muy bien interpretada (Eduard Fernández y Anna Castillo a la cabeza, ¡qué cracks!), amena y emotiva, a la vez que dura y realista, pero perdida en una sucesión de secuencias quizá demasiado convencionales y en las que el suspense y la autoría, se “ahogan”, nunca mejor dicho, en lo que se presupone a una película de estas características. Me encantó la historia, pero me faltó rabia, la que te aborda cuando ves una cinta de esta temática, la cual nos muestra una realidad tan inhumana e injusta, que a veces es imposible pensar que pueda pasar fuera de la pantalla. Más que correcta y recomendable, en ningún caso sobresaliente, ni excelsa.

4 comentarios sobre “El espía Bond, el Mediterráneo y ¿SANTA? Benedetta.

  1. He visto Mediterráneo hace tres días y opino lo mismo que tú. Necesaria, pero no me ha emocionado en ningún momento, a las escenas les falta fuerza, se desarrollan de la manera más previsible posible… Pero bien que la gente sepa que está pasando aquí cerca!

    Le gusta a 1 persona

  2. Y yo que no he visto ninguna de Bond con Daniel de actor :S
    Habrá que ponerse al día!
    Aunque no es uno de mis favoritos para el papel… no me pega…
    a ver el/la/le siguiente 007

    Gracias por los aportes…

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario