“MINARI” Y “RELIC”. Recuerdos del pasado:

Veo, en mi sesión doble de esta semana, dos películas que, en el fondo, aun siendo absolutamente diferentes, tienen una temática común. Las dos hablan de la importancia de la memoria. De los recuerdos. Del pasado. De lo que dejamos atrás y que, en el fondo, hacen de nosotros ser quienes somos. De lo que marca nuestro presente, y determinará nuestro futuro, pero pertenece a esa parte de nuestra existencia llamada ayer. De ese “fragmento” tan importante de nuestro yo que se va almacenando en nuestra vivencia, en nuestra alma, en nuestro ser, en nuestro interior, …. Las dos hablan de los recuerdos. Pero de manera diametralmente opuesta. La una se centra en los que tenemos, la otra en los que se pierden. Así es la vida. Tan mágica como contradictoria. Tan maravillosa como perversa. Tan entusiasta como letal. Vamos con ellas.

“Minari. Historia de una familia” / “Minari” (Dir: Lee Isaac Chung):

Veo al fin la que para mí era una de las películas más esperadas de la temporada. Se estrenó en “Sundance” pero de la edición anterior, es decir, enero de 2020, y desde entonces no ha parado de generar comentarios positivos y ganar galardones allá donde se ha presentado (incluidos el Gran Premio de Jurado y el del Público en el famoso festival de cine independiente de “Monsieur” Robert Redford). A eso se le añadía esta semana el haber recibido 6 nominaciones a los Oscar, incluyendo las de Película y Director, convirtiéndola ya, sin duda, en una de las cintas de este 2021 en nuestra cartelera.

Tenía un cierto miedo. Cuando voy con las expectativas muy altas ante una película, siento siempre cierto temor a que me defraude. Si el “hype” está muy arriba, a veces las sensaciones finales no son muy buenas. Así que, se genera cierto cosquilleo de hormigas en mi estómago ante la incógnita de saber si lo que voy a ver es o no es del todo de mi agrado.

Pues no. No hay tal problema. Las expectativas se cumplen. La peli es una maravilla. Disfruto de principio a fin de esta cinta que pone en imágenes los recuerdos autobiográficos del director de este largometraje. Me emociono con cada una de las secuencias de esta película que nos cuenta la historia de una familia coreana que decide empezar de nuevo en la Arkansas rural de los 80. Han dejado la ciudad, con idea de llevar a cabo el sueño del patriarca del clan, el cultivo de unas tierras para la producción de productos agrícolas de origen coreano, para así surtir tiendas y restaurantes de sus compatriotas en lugares cercanos a su nuevo hogar. Asistiremos a la llegada a su nueva y particular morada, a su adaptación a su nuevo, y en un principio hostil, entorno y a la lucha por levar a cabo su particular y difícil “odisea”. Todo ello a través de una película muy sencilla, apenas cuenta nada, que se concibe como una especie de “collage” de recuerdos cotidianos, peuqeños pero decisivos momentos, de este entrañable grupo familiar, pero que habla de muchas y muy interesantes cosas. De hecho, la cinta se erige en un fantástico análisis de eso llamado pareja y de aquello llamado familia, así como en un bellísimo relato de eso más complejo aún que conocemos por VIDA. De todo ello habla “Minari”, de la permanecia en este mundo con todas sus contradicciones, con sus sueños y sus pesadillas, sus alegrías y sus penas, sus emociones y sus penas, sus logros y sus frustraciones. Del ying y el yang de la existencia. De su cara y su cruz. Todo a través de una preciosa propuesta, sutil, hermosa, delicada, minimalista, poética,  llena de verdad, ensoñación, belleza, de drama y de sentido del humor, de risas y amarguras, de carcajadas y llantos.

Una película redonda. Pequeña pero enorme. En la que todo está cuidado. Desde su trama y guion (esa aventura del sueño americano, en la tierra de las ilusiones, en la “Promise Land”, …) a su puesta en escena; desde su deslumbrante fotografía, a su magnética música,… Qué decir de su reparto. Magnífico. Perfecto. Impecable. 5 actores inmensos para cinco personajes entrañables, adorables que quedarán para nuestro recuerdo. Todos enormes, pero en el que se lleva quizá la palma esa abuela tan radical como amorosa, tan marciana como achuchable, que, con tanto desparpajo y gracia, interpreta, Youn Yuh-jung, posible ganadora al Oscar como secundaria de este año. Brutal.

Háganme caso y regálense esta sobresaliente y deliciosa cinta. Y si puede ser en Versión Original, mucho mejor. Fantástica. Maravillosa. Emocionante. Perfecta. Muy recomendable.

“Relic” (Dir:Natalie Erika James):

Veo también “Relic”. Una peli que también habla de recuerdos. Pero no de tenerlos, sino de perderlos. Y también la gozo con esta inquietante cinta de terror, oscura e hipnótica, que funciona tan bien como propuesta de género, así como de perfecta metáfora de la terrible enfermedad que es la demencia senil. Una peli de terror pero que habla de manera figurada de la pérdida de memoria. ¿Cómo? A través de una madre y una hija que regresan a su casa familiar de la infancia, ya que la abuela del clan ha desaparecido. Cuando llegan al que antaño fuera también su hogar, ambas descubrirán claros signos de pérdida de agilidad mental por parte de la desaparecida. Un día, ésta regresa. Sin dar explicaciones ni decir dónde ha estado.  Pronto su hija y su nieta empezarán a intuir que su madre no es sólo su madre, sino que su personalidad probablemente ha sido suplantada por alguien o algo.

Como ven, una peli de miedo. Al uso. Con sus sustos. Sus golpes de efectos. Su angustia. Que habla de posesiones y fenómenos extranaturales, paranormales. Pero, por otro lado, un brillante análisis de la enfermedad mental. De ese momento en el que alguien deja de ser uno mismo para ser otro. De ese instante en el que el YO de cada cual se anula, desaparece, se desvanece, para a ser el de otro muy distinto. Como si de otra persona totalmente distinta se tratara. Un “The father” (otro peliculón que tenéis en cartelera sobre la demencia senil, no os la perdáis) pero gótica y oscura. Inquietante. Perturbadora.

Una cinta que se beneficia de un original y potente guion. Una creativa y original puesta en imágenes (habrá que seguir los pasos de su novel directora) y de un perfecto reparto femenino. Amén de ese último plano. Perfecto. Total. Muy recomendable.

P.D: Vayan al cine, hay muchas y muy buenas películas, y no se olviden de disfrutar de sus recuerdos, mientras los tengan, porque ya se sabe que, en esta complicada existencia, la enfermedad acecha y puede borrarlos de un plumazo. Así que, aprovechémonos de ellos mientras podamos. Que nunca se sabe…

---