Lo último en Netflix (Películas y series)

Seguimos yendo al cine (apoyando la cultura y las salas cinematográficas para que no pasen a formar parte de la nostalgia y el pasado), pero también seguimos viendo en nuestro hogar (y más con esto del confinamiento) pelis y series que sólo se estrenan en “streaming” o bajo demanda (en estos casos, no queda más remedio). Aquí os dejo con un pequeño repaso a los últimos estrenos cinematográficos y series que he podido disfrutar en la plataforma de pago NETFLIX. Un “ramillete” variado de las últimas novedades en el catálogo del gigante del audiovisual americano. Vamos con ellos.

            PELÍCULAS:

“El diablo a todas horas” / “The devil all the time” (Dir: Antonio Campos):

                Reconozco que hay algo en esta cinta estrenada directamente en Netflix que hace que mi atención se mantenga intacta en sus 2 horas 18 minutos. Hay “un qué se yo” que me interesa y me atrae en esta radiografía de la miseria humana en la América profunda de los 60, en este análisis de la cara más podrida del ser humano en esa tierra de las (falsas) oportunidades y de la doble moral, de esa parte del mundo tan puritana como extrema, tan casta como viciosa y sangrienta, tan conservadora como hipócrita, donde religión, sexo, violencia y muerte se unen de la mano en un cóctel explosivo de fe, pasión y sangre en la era post segunda guerra mundial. Valoro el sentido de riesgo del director, también su calidad a la hora de crear un universo turbio tan realista como desasosegante y también aplaudo el que actores “TOP” como Robert Pattinson o Tom – “hombre araña”- Holland (muy bien ambos, como el resto del reparto) se embarquen en tan sinuosas y perturbadoras propuestas. Pero hay algo que se le escapa a esta cinta tan arriesgada como fallida. Su excesivo metraje, su cantidad de tramas y personajes, su falta de foco y su regodeo en la parte más mísera y oscura del ser humano hace que uno no acabe de estar complacido una vez terminada la cinta. Se ve con interés, pero también con inquietud, desasosiego y rechazo. En definitiva, una cinta extrema, sólo recomendable para cinéfilos en busca de experiencias radicales.

“Los chicos de la banda” / «The boys in the band» (Dir: Joe Mantello):

Todo lo contrario, le pasa a esta cinta basada en una famosa obra de teatro en torno a lo difícil que era vivir la homosexualidad de una manera libre en el Nueva York de los 60. Todo es muy ameno y ligero, se te pasa volando y apenas te enteras de haber pasado dos horas escuchando los miles de rápidos, mordaces e ingeniosos diálogos que como dardos envenenados se lanzan sus amados-odiados protagonistas. Además, se centra en un sólo tema, con unos únicos personajes (la banda de amigos del título) y en una sola localización (no cae de la dispersión de “El diablo a todas horas”). Pero peca de lo que critica. Todo al final se hace demasiado teatral y superfluo y, aunque intenta ahondar en las virtudes y miserias, en el vaivén de sentimientos, emociones, inseguridades y frustraciones de estos amigos gais que tanto se quieren cono se odian, al final todo acaba resultando demasiado teatral y superficial y pierde fuerza en lo que intenta mostrar. Entretiene, pero no cala. Cuenta el encuentro, en una sola noche, de varios amigos homosexuales que cenarán para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. La irrupción inesperada de un último no-invitado hará que la fiesta acabe como el rosario de la aurora en un intercambio de “violencia verbal” de lo más doliente, en el que todos acabarán confesando su dificultad para vivir su sexualidad y /o amor de una manera libre. Lo mejor, sus ingeniosos diálogos, aunque estoy seguro de que funcionan mucho mejor en su versión teatral (es una obra creada para ser representada en un escenario y se nota) y su atinado e impecable reparto (que dan vida a un variado grupo de ingeniosos personajes). Curiosa y amena, no más.

“Enola Holmes” (Dir: Harry Bradbeer):

                Un poco más floja es “Enola Homes”, a pesar de que tiene dos elementos muy buenos de partida. Uno es la idea de inventar una hermana a Sherlock Holmes (al parecer está basado en unos populares libros de literatura juvenil que yo desconocía), tan ávida, avispada y desenvuelta como el mítico personaje de Sir. Conan Doyle. Y otro es su protagonista, la muy carismática y entregada, al menos en esta cinta, Millie Bobby Brown (más conocida por “Once” en “Stranger Things”). Pero ambos son desaprovechados en una cinta tan insulsa, lacia, vacua y aburrida, como sosa y plana. Lo que podría haber sido un grandísimo entretenimiento donde misterio y aventura fueran de la mano en un digno disfrute familiar, se tiran por la borda en una historia tan previsible como descafeinada. Poco a destacar de este producto de Netflix (salvo, como he dicho, su joven y talentosa intérprete, su ingeniosa idea de partida y una buena puesta en imágenes, que bebe del collage y de los libros de “Pop-up” su inspiración). Se ve. Se olvida. Tal cual.

SERIES:

“La casa de papel” 4 temporadas. (Dir: Varios directores):

                Mucha gente critica la que es el éxito patrio por excelencia del catálogo del mastodonte del “streaming” norteamericano. Y objetivamente pueden tener razón. Guiones llevados al límite donde el más difícil todavía roza la incredulidad absoluta, personajes tan extremos que pueden llegar a resultar cansinos, una falta de sentido de la realidad que aleja su resultado de los espíritus más críticos y tiquismiquis… Puede ser verdad. No seré yo quien lo negaré. Pero, bajones de calidad aparte, en general, el sentido del entretenimiento, el disfrute que genera esta banda “robin hoodesca” que trata de robar a “quien nos roba” (la trama gira en torno al robo a la Casa de la Moneda y timbre por parte de un grupo de personajes socialmente “desorientados”, cuanto menos sepan, mejor) y la calidad actoral de sus intérpretes es tan sobresaliente, que a mí me da igual. Me entrego a las cuatro temporadas cual niño a su serie de dibujos favorita. Y disfruto, vaya si disfruto, con esos personajes llevados tan al límite que parecen casi caricaturas, esos geniales TOKIO, BERLÍN, DENVER, … O ESE PROFESOR (¡ole, ese profesor!!!), con los que sufro y empatizo (a pesar de ser los ¿malos?) y de los que quiero saber más. Muy palomitera, sí; muy comercial y facilona, pues quizá; pero tan disfrutable y entretenida que yo sólo puedo decir: sí, quiero… Quiero más, mucho, mucho más. Así que a verla si no la han visto aún. Su adrenalina y su aburrimiento, si es que tienen (que no sus uñas), se lo agradecerán.