«Mulán», Charlie Kaufman y las plataformas

Pago más de 20 euros en Disney Plus por ver “Mulan”. Disney no se ha atrevido a estrenarla en cines debido al tema pandemia y decide mostrar su último ejemplo de haber puesto en imágenes reales (“live action”) otro de sus clásicos de dibujos animados directamente en Disney Plus. El tema ya no es el la cuestión del dinero o no (pienso que somos cuatro en casa y es como si hubiéramos pagado una entrada por ir a verla), ni siquiera el del pirateo (estoy absolutamente en contra de la piratería, no juzgo a los que lo hacen, pero creo que, si queremos que la cultura viva, hay que pagarla, como cuando uno come en un restaurante y no se hace un “sinpa” tras el atracón, o como cuando uno hace su trabajo y le gusta que le paguen a final de mes, así de simple).

Para mí el meollo de todo esto es que el que se estrene directamente en una plataforma hace que pierda la magia totalmente para mí. Como cinéfilo de pro, ya he comentado en este blog la gran diferencia, no hay color, me vendan la moto como me la vendan, entre ver una película en pantalla grande, sin interrupciones, con la luz apagada y con la magia de una sala de cine, a verla en casa, con todo tipo de parones, llamadas de teléfono, pantalla reducida y sonido de aquella manera. Pero no me queda más remedio que entrar por el aro. Parece que esto ha venido para quedarse y quiera o no quiera o veo ciertas películas en plataformas bajo demanda (Netflix, HBO, Movistar, Disney +, …) o no tengo otra manera humana de verlas. Cada vez son más los estrenos que no pasan por la sala de cine y este año, con el tema COVID, en mayor medida. Y me da pena. Porque al menos me gustaría que se estrenaran en alguna sala en la ciudad para que los por extinguir románticos del celuloide podamos ir a verla al que de verdad es su sitio, el cine (como ocurrió con “Historia de un matrimonio” y “El irlandés”). Sólo nos queda la esperanza de que siga habiendo directores, distribuidores, programadores y demás familia del “séptimo arte” que sigan peleando por poder estrenar sus creaciones en nuestro verdadero templo pagano: EL CINE. Utópicos, idílicos y desfasados que, como yo, creemos en la magia de la proyección y del celuloide y esperamos que lo de asistir a una sala de cine no se acaba nunca. ¡Ojalá!!!

Dicha esta declaración de intenciones, paso a comentar los últimos cuatro estrenos que, inevitablemente, sólo he podido ver a través de una plataforma en “streaming”.

“Mulan” (Dir: Niki Caro). DISNEY PLUS:

Nada me aporta la última aproximación al mundo de la acción real de un clásico de dibujos animados. Toda la emoción, sorpresa, diversión y gracia que aportaba la película original de animación se desvanece totalmente en esta su homóloga de “carne y hueso”. La película está copiada prácticamente plano a plano, pero ha perdido su alma, aparte de personajes tan entrañables como Mushu, y se convierte en un producto de “usar y tirar”, tan fácil de ver como de olvidar. La veo, me entretengo, pero nada más. Creo que una casa de tanta imaginación e inventiva como la de Disney no sólo podría, sino debería, darle “una vuelta de tuerca” mucho más ingeniosa y de calidad que lo que nos ofrece con esta película. Nada a resaltar. Todo me resulta de lo más normal. Visible, pero olvidable.

“El magnífico Iván” / “The one and only Ivan” (Dir: Thea Sharrock). DISNEY PLUS:

Me enternece y me entretiene un poco más este otro estreno de Disney que pasa directamente a su plataforma sin pasar por una sala de cine. Cuenta la historia, basada en un caso real, de un gorila, el Iván del título, que era exhibido en un circo dentro de un centro comercial de EE. UU. y que movilizó a mucha gente para que se le diera su libertad. Una fábula ecologista en contra del cautiverio de los animales que tiene su mejor baza en su reparto vocal (Angelina Jolie, Sam Rockwell, etc…, si la veis en Versión Original) de actores, los cuales hacen entrañables a los personajes que doblan. Si en “El Rey León”, ya lo comenté en este blog, no me funcionaba que los animales digitalizados hablaran, aquí sí que se consigue y acabo enganchándome a la historia de estos animales en busca de su libertad. También se agradece la presencia de un actorazo como Bryan Cranston como el maestro de ceremonias del circo al que pertenece. Normalita, pero tierna y bonita.  

“Orígenes Secretos” (Dir: David García Galán). NETFLIX:

No sé por qué, no entro nada en esta comedia española que mezcla superhéroes y cómics recién estrenada en Netflix. Me aburro y no le veo mucha gracia a todo lo que pretende ser ingenioso y “freeky”. Quizá salvo a su reparto, con el cada vez más eficiente Javier Rey y la siempre creíble, aun haciendo lo increíble, Verónica Echegui. No puedo comentar más, porque me hizo sentir más bien poco, o mucho, si cuenta en ello el sueño.

“Estoy pensando en dejarlo” / “I´m thinking of ending things”. (Dir: Charlie Kaufman):

Y dejo para el final la que para mí es la “guinda del pastel”. Quizá la película más inclasificable y marciana que he visto últimamente. No podía ser menos. Está detrás de ella el que es uno de los “enfants terribles” del cine actual, el guionista y director Charlie Kauffman (de su cabeza han salido guiones o largos como los de “Adpatation”, “Olvídate de mí” o “Anomalisa”, entre otros). Lo que veo en pantalla es una “ida de olla” o “paja mental” (como se suele decir coloquialmente hoy en día) que habla del paso del tiempo y de las relaciones personales. Bueno, eso creo, porque entendí menos que en “Tenet”. Pero siento que es lo que busca el director, que cada uno saque sus interpretaciones. Y de esa manera el inclasificable Kaufman se casca un poema visual existencialista y filosófico, entre el drama, la comedia, el cine de animación y el musical, en el que asistimos al devenir de una pareja en un nevado, pero normal, día en que empezarán yendo a visitar a sus padres y terminarán … mejor déjense llevar. O no, porque es una película para un público muy reducido, el que está dispuesto a vivir una experiencia casi dadaísta, surrealista, extrema, histriónica, como sacada del mejor ejemplo del teatro absurdo (no me podía sacar de la cabeza a Ionesco, por poner un ejemplo). Una “rarunez” loca y bonita, triste, melancólica, mágica, llena de ensoñación y verborrea (no paran de hablar), a medio camino entre la genialidad y la tomadura de pelo más absoluta, sólo recomendable para los cinéfilos muy trabajados. Mención aparte su reparto. Geniales todos. Tanto Jessie Buckley como Jesse Plemons vuelven a demostrar por qué son dos de los más solicitados y mejores actores del panorama actual, como Toni Colette y David Thewlis reafirman por qué su presencia en un filme siempre vale su visionado.

Pues ya saben, “Estoy pensando en dejarlo” … ir al cine…. ¡ni de broma!!!!, se ponga Disney Plus, Netflix, HBO, Trump, Obama o el mismísimo Papa como se pongan. Yo mientras estén abiertas las salas, créanme, que allí estaré.