De héroe a villano

Es curioso como en la vida se pasa de un estado a otro en un plumazo. Como cuando descongelas un “tupper” con sopa. Se va del sólido al líquido en un plis plas. Lo mismo con el ser humano. Cuando te quieres dar cuenta, has dejado de ser, o estar, “cual” para convertirte en, o estar, “pascual”. Ayer eras popular y andabas en la cresta de la ola, hoy eres detestado y nadie se acuerda de ti; hace una semana eras el ser más rico del planeta y nadabas en la abundancia y hoy vives arruinado, con tu empresa en concurso de acreedores, intentando sobrevivir para llegar a fin de mes; el pasado Enero estabas más sano que una rosa en primavera, más fresco que una lechuga, y en el Febrero actual te detectan un maldito mal que te deja con un pie a medio camino del “cadalso”;  este año eres la pareja más maravillosa y adorable del mundo, además del ser más sexy del planeta, este otro no quiero verte ni en pintura, es más, si puedo te arruino la vida ante un tribunal y te sonsaco todo lo que puedo, amén de menospreciarte hasta que te sientas el ser más ínfimo (gordo y sucio) del planeta tierra, … En fin, el ser humano es así. Y podría poner mil ejemplos más. Todo es efímero. Todo cambia. “Nada es igual, todo se transforma…” como diría mi venerado Jorge Drexler.

Lo mismo con el tema de la ejemplaridad. Muchos son los casos conocidos (y los filmes dedicados a ellos) de personas que en menos de lo que canta un gallo pasan de ser de los héroes a seguir, a admirar, a idolatrar y piropear, a los villanos criticados, repudiados, defenestrados, negados, odiados, juzgados y criticados por todo “chichiribundi”. Normalmente la culpa no es de los señalados, sino de la falta de honestidad, las ganas de maldad, la envidia y la escasez de prejuicios de los que les señalan, de esta sociedad maldita que hemos creado en la que ser bueno y honrado, qué paradoja, siempre estuvo mal visto. Una ve más la podredumbre del sistema.

De eso van, curiosamente ambas, las dos películas que he visto en mi última sesión doble. De cómo estamentos vitales en los que se sustenta nuestro mundo, como el gobierno y sus fuerzas del orden, la justicia y la prensa, no tienen ningún reparo en enfangar a aquellos que luchan por la verdad y la honestidad. El mundo al revés. ¿Les suena? Seguro que sí. Pues vamos con ellas.

“El oficial y el espía” / “J´accuse”” (Dir: Roman Polanski):

No sería justo no confesar que las impresiones que voy a comentar de la película que nos ocupa en este momento no son del todo justas desde el momento en que vi la película en condiciones de somnolencia extremas. La realidad es que visioné la nueva cinta de Polanski muerto de ganas, pero también, he de confesarlo, muerto de sueño. Lo admito. La película habla de la necesidad de la honestidad siempre en la vida y es algo que yo siempre he apoyado y lo tengo por principio personal vital. Que lo sepan ustedes. Aunque, no creo que habiéndola visto más espabilado que un ajo mi percepción de ésta hubiera cambiado. ¿Y cuál es ella? La siguiente. No dudo que la nueva película del genial director polaco no tenga calidad. Para nada. Al contrario, la nueva cinta del polémico creador, basada en el famoso caso Dreyfus, llevado ya varias veces a la pantalla (caso real ocurrido a fines del siglo XIX en el que el capitán Dreyfus sería acusado por Francia de espionaje en favor de Alemania, para más tarde ser cuestionada su culpabilidad por uno de los principales responsables de que el mencionado militar fuera culpado y condenado, el coronel Georges Picquart) exuda calidad por todos “sus poros”. Desde un interesante y meticuloso guion en el que han sido cuidadas cada una de sus secuencias y líneas de diálogos, a una ambientación historicista primorosamente cuidada y trabajada (todo, desde el vestuario, a los decorados, a cada uno de sus elementos son impecables), hasta un perfecto manejo de la cámara en el que se ve, sin duda alguna, como su director tiene clarísimo qué y cómo contarlo, hasta su logradísima dirección de actores, en la que destaca por su maestría un impecable Jean Dujardin (sí, el francés que ganó el Oscar por  de “The artist”), … en fin, todo está trabajado a fondo y de manera sobresaliente. Pero a mí, su frialdad, su parquedad, su sobriedad, su estilo directo y seco, puro, sin aspavientos, rodeos ni ornamentos, su lenguaje sobrio y claro, probablemente algo premeditadamente buscado por Polanski para no caer en el sensacionalismo y la blandenguería (su trama perfectamente podría enfocarse en ese sentido), en el efectismo y lo facilón, a mí, personalmente, me deja fuera. Siento que todo es inmaculado en su buen hacer, pero a mí, y repito que esto responde a gusto personal, me falta emoción. No acabo de conectar del todo con la historia ni en cómo se nos presenta. Me aburro. Pienso en otras cosas y no acabo de enterarme del todo de lo que pasa. Y mira que la trama tiene miga. Pero seré yo, que soy de tendencia a la sensiblería y al exceso de emoción. Porque otros la tildan de obra maestra. No lo hará un menda. Correcta, es lo máximo que me atrevo a pronunciar en mis labios, ya que me dejó más frío que un témpano.

oficial

“Richard Jewell”. (Dir: Clint Eastwood):

Todo lo contrario, me pasa con la nueva de Mr. Eastwood. Voy con muchísimas menos ganas y reconozco, bajo mi humilde conocimiento, que para mí es peor película. Pero me entretiene y me emociona el doble (también la veo el doble de despejado, todo hay que decirlo). Y aunque denoto un guion y una puesta en escena mucho más sencillos y efectistas, así como reconozco la existencia de personajes mucho más cliché y menos trabajados, yo me entrego y conecto el doble.

La historia es parecida. En este caso nuestro héroe villano es el Richard Jewell que da título a la cinta. La de ese ídolo-villano que en pocas horas pasó de ser todo un icono a aplaudir por la sociedad americana, tras ser el hombre que descubrió una mochila con una bomba en los Juegos Olímpicos de Atlanta, mientras trabajaba como guardia de seguridad, evitando la muerte de un montón de personas, a ser el individuo más señalado y juzgado por los mismos que lo encumbraron, al ser acusado de ser el culpable de tal horrible hecho, según ellos, en un acto de búsqueda de notoriedad. Veremos así, como el gobierno y las fuerzas del orden, así como los medios de comunicación o prensa, no tendrá ningún problema en encumbrarlo por unos instantes, para aplastarlo ipso facto, en un claro ejemplo de cual devastador puede ser el poder del sistema contra los débiles que solo cuentan con su verdad para defenderse.

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            Clint Eastwood vuelve a demostrarme que sabe cómo encontrar una buena historia (siempre lo hace, solo hay que recordar algunas de sus últimas obras como “Million Dollar Baby”, “La Mula” o “Gran Torino”, entre otras) y que sabe cómo contarla para que como espectador me enganche de principio a fin. Y no sólo eso, sino que sabe crear buenos personajes, normalmente perdedores de buen corazón que intentan sobrevivir contra su demoledor panorama, y que es un genio en adivinar a qué actores darle la responsabilidad de darles vida (aquí tanto el “recién llegado” Paul Walter Hauser, el protagonista, como los fantásticos Sam Rockwell y Kathy Bates como secundarios, están espléndidos) para salir exitoso del entuerto. En fin, que disfruto mucho de esta notable película, que, aunque imperfecta y mejorable, te deja la agradable sensación de haber visto una obra interesante, disfrutable y que yo no puedo hacer otra cosa que recomendarles.

Vayan o no a verlas, no dejen, eso sí, de utilizar el ser honesto como su verdadera “bandera”. A nuestro mundo, no lo duden, mucho mejor le iría. Palabra de cinéfilo utópico, soñador e idealista.

5 comentarios sobre “De héroe a villano

  1. Clint siempre es un valor seguro… anotada queda.
    PD. Joer, cómo se me ha parecido el de la foto del francés, a Dani Rovira… pensé que era otra peli suya.
    😀

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  2. Me han parecido muy planas y telefilmeras las dos películas ☹️ la de Polanski sin riesgo, usando la plantilla de guión sin más y la de Clint con algún personaje de brocha gorda (la periodista) que da un poco de vergüenza. Será que con la edad los directores hacen que los malos sean muy malos en todas las escenas para que te quede claro 😂😂

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    1. Yo no tuve tanta sensación de tele film como tú. La de Polanski me pareció fría. Carente de emoción. Probablemente por intentar no caer en lo facilón.
      La de Clint, muy del último estilo del señor Eastwood, tanto en forma como en fondo. Correcta, sin más, aunque con muchas cosas mejorable (como el personaje de la periodista y el del policía). Un abrazo enorme. Y feliz cumpleaños, amigo Pedro. Felipe.

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