La pasión de tener pasión

No hay nada en la vida como tener pasión por algo. Da igual el qué. La pintura, el deporte, el cine, la música, el viajar, la literatura, … o, simplemente por una persona. El desear, el sentir, el poder hacer ese algo o estar con ese alguien que a uno le vuelve loco, produce las más placenteras sensaciones y motiva a uno a vivir la vida de la mejor de las maneras posibles. Esas mariposas en el estómago, ese erizar de pelo, esa sonrisa en la boca, ese aleteo del corazón, ese cuerpo desbocado, … todo se pone en marcha cuando uno realiza una de esas actividades (o estar con esa persona) que a uno le vuelve loco. No hay color de vivir una vida apasionada, motivado por el espíritu personal, por la necesidad vital de cada cual, por los deseos personales e íntimos, por los fines que perfilan la propia sensibilidad de muestro ser, a vivirla de una manera descafeinada y neutra, aburrida y descolorida, fría y desmotivada, en la que uno renuncia a su propio yo por diferentes motivos que impiden desarrollar plenamente la naturaleza personal de cada uno (a veces, simplemente la propia pereza vital). De eso habla la nueva versión de “Mujercitas”, de vivir la vida sin barreras, sin obstáculos, siendo uno mismo y siempre, siempre, con pasión. Vamos con ella.

            “Mujercitas” / “Little Women”. (Dir: Greta Gerwig):

Qué bonita es la “Mujercitas” de Greta Gerwig. Salgo enamorado de esta nueva versión del clásico de la literatura americana de Louise May Alcott que ha hecho la que es una de las directoras de moda del cine independiente del panorama cinematográfico actual. Y confieso que no iba con muchas ganas porque su anterior obra, la muy aclamada “Ladybird”, a mí me dejó más frío que un río nórdico (y a esa sí que iba lleno de ilusión). Pues sorpresa. Pues salgo vibrando del cine. Y es que esta nueva versión de las “pequeñas mujeres” de la novela de Alcott es todo pasión, delicadeza, sutileza y sensibilidad y son muchos los aciertos que la convierten en una obra absolutamente recomendable.

Acierto 1: la moderna estructura que ha utilizado su directora a base de múltiples saltos en el tiempo que acompaña perfectamente a su doble lectura metalingüística (de obra dentro de una obra) y que llena de modernidad su perfecto clasicismo formal.

Acierto 2:  el preciosismo y detallismo con que se ha cuidado el completo de la producción artística de la película. Todo desprende encanto en cada uno de los planos que conforman su metraje. Cada uno de los elementos han sido cuidados al mínimo detalle y el resultado es de una belleza absolutamente deslumbrante.

Acierto 3: su reparto, absolutamente redondo. Todos encajan a la perfección en cada uno de los personajes, aunque son Saoirse Ronan y Florence Pugh las que se llevan la palma y llenan de poderío, fuerza y encanto sus dos carismáticos personajes.

Acierto 4: su partitura, maravillosa, de Alexandre Desplat (quien vuelve a demostrar su maestría musical y el por qué es uno de los compositores de moda), la cual acompaña a las mil maravillas a la película y hace que esta fluya de la manera más dinámica, a la vez que sutil, posible. Genial. Brillante.

Acierto 5: quizá el mejor y definitivo, su moderna lectura de la obra literaria. Todo un alegato a la pasión. Al hacer las cosas según nos dicte nuestra naturaleza y no por lo que otros nos condicionen. A escribir, leer, pintar, querer, bailar, vestir, amar, desear, … lo que sea, pero siempre cómo y cuándo uno quiera (yo salí con ganas de comerme el mundo) . Amén de su perfecta defensa de la mujer, todo un manifiesto en favor de ella, en favor de ese ser históricamente apartado, desdeñado y subestimado, quien tiene en el personaje de Jo, cuya esencia magníficamente muestra su directora, toda una heroína a seguir y admirar, símbolo de todas esas féminas valientes que decidieron y aún deciden luchar por reclamar el merecido puesto en la sociedad, así como su necesaria libertad a disfrutar.

            En definitiva, una preciosa, valiente, entretenida y aún sin ser perfecta (esos personajes secundarios desdibujados, esa ruptura de la cuarta pared en dos monólogos finales que no encajan con el resto de la película, …) sí sobresaliente película, que yo les recomiendo absolutamente, sobre todo a almas sensibles y soñadoras como yo, más aún en esta etapa navideña que tanto le viene al pelo. Eso sí, vayan o no vayan a verla, vivan con pasión, den rienda suelta a sus deseos y gocen. Yo lo hago, o al menos lo intento y no saben qué placer revierte en mi alma y en mi cuerpo tal necesario principio actitudinal. No se pongan excusas ni barreras. Simplemente, háganme caso, disfruten. Palabra de cinéfilo “disfrutón”.