«Parásitos». ¿La película del año?

Pasaba como con “JOKER”. Se había hablado mucho de “Parásitos”, película coreana de Bong Joon-Ho (interesantísimo autor de obras de alta calidad como “Okja” o “Snowpiercer”), y todo para bien. Desde que ganara la Palma de Oro de Cannes (por unanimidad, cosa que pocas veces pasa) todo habían sido buenos comentarios para ella. Las críticas entusiastas en todos los medios. Desde ya, según todos los entendidos, la favorita para ganar la categoría de Mejor Película extranjera (¿con permiso de Pedro Almodóvar?) e incluso una de las mejores posicionadas para meterse en la categoría de mejor película (pocas cintas foráneas lo hacen) e incluso en otras disciplinas como mejor guion original o mejor dirección artística. Yo iba con el entusiasmo por las nubes (también con miedo, ya que cuando las expectativas son muy altas a veces la cosa falla) con ganas de dar finalmente respuesta a la pregunta que tenía en absoluto vilo mi “hype”, como se dice ahora, cinematográfico (pregunta que me imagino también os estaréis haciendo todos vosotros): ¿Es tan buena como dicen? Pues salgamos de dudas ya.

“Parasitos” / “Parasite” (Dir: Bong Joon-Ho):

Pues, efectivamente, “Parásitos” es brutal. Me pasa como con “JOKER”. Muchos son los adjetivos con los que podría calificar a la cinta coreana: divertida, inteligente, rápida, sarcástica, incisiva, crítica, … en definitiva, asombrosamente buena (o “fucking good”, como dirían los ingleses).

            No les voy a adelantar nada de qué va. De hecho, mi consejo es que no lean ningún artículo o reseña sobre la misma. No vean ningún tráiler. Ni reportaje. Vayan sin saber absolutamente nada. Vírgenes. Pero vayan. Vayan a verla. No se la pierdan. Porque, efectivamente, junto con “JOKER” (no sé con cual me quedo), es la peli de la temporada.

Como os digo, no desvelaré ni destriparé ningún elemento de su ingeniosa trama (siempre he maldecido los spoilers). Simplemente, me limitaré a enumerarle las razones por lo que la cinta asiática es, o al menos eso creo yo, BRILLANTE:

1. Brillante es su guion: inteligentísimo, entretenidísimo, lleno de giros inesperados, irónico, cómico, abarrotado de humor negro y sarcasmo, eso sí, también triste y aterrador y con un potentísimo mensaje social.
2. Brillante es su perfecta mezcla de géneros. Se podía calificar de thriller cómico con toques dramáticos y fondo de denuncia social. O al revés. Da igual. El caso es que mezcla de maravilla el thriller con la comedia sin olvidarse del drama y sin, mucho menos, dejar una clara denuncia a la (llena de desigualdades) sociedad que hemos creado.
3. Brillante por ese análisis mordaz y fantástico que hace de la diferencia de clases, en el que se nos muestra de manera perfecta como el mundo está muy mal repartido y claramente dividido en dos grandes grupos: 1) los que ganan pasta gansa para gastar y 2) esos “parásitos” que intentan sobrevivir con las sobras que el capitalismo más atroz ha dejado para ellos.
4. Brillante(s) todos y cada uno de sus actores en cada uno de sus roles. Expresivos y cómicos, dentro de la economía de medios propias de la cinematografía asiática, perfectos todos ellos en sus personajes. No sé quién está mejor porque todos lo hacen genial.
5. Brillante es la puesta en escena gracias a 1) la prodigiosa mano de su director, un impecable Bong Joon-Ho, quien hace un magistral uso de su cámara y un impecable uso de la planificación (cada plano se podría estudiar en una escuela de cine) y 2) la dirección artística, increíble, con esa recreación de esas dos casas que se convierten, como quien no quiere la cosa, en dos personajes más (encima muy importantes) de la función.
6. Brillante por el uso de la música. Una vez más, ese majestuoso barroco (¿Qué tendrá la música barroca?, ¿qué tendrá?), amén de otros temas musicales, que llena de fuerza la pantalla en compañía de esas potentes imágenes que te tienen totalmente pegado a la pantalla.
7. Brillante, en definitiva, por ser una propuesta ingeniosa, diferente a lo que hemos visto últimamente, en la que te ríes, te asustas, sufres, te conmueves, te quedas “ojiplático”, piensas (y mucho) y, en definitiva, en la que sus 132 minutos vuelan como la espuma pasando ante tus perplejos ojos en un plis plas, sin que te des casi cuenta de que acabas de visionar la que es, sin duda, una de las pelis (o acaso LA PELÍCULA) del año.

En definitiva. Sobresaliente. Imprescindible.  Eso y mucho más. Así que solo me queda recomendársela de nuevo (aprovechen estos días de “La fiesta del cine”, no se arrepentirán) y aconsejarles, fervientemente, que no se la pierdan. Háganme caso.

“La familia Addams” / “The Addams family” (Dir: Greg Tiernan):

Brillante no, pero sí muy divertida es la versión de dibujos animados de la ya mítica familia de monstruos de apellido Addams que da título a la cinta que también he visto estos días. Una cinta de corte familiar (recomendable para los que tengáis pequeños en el hogar, monstruosos o no, eso da igual) cuyo mayor acierto es su afilado, incisivo, negro e inteligente sentido del humor. Te ríes, y bastante, gracias a un guion lleno de ingeniosas ocurrencias y unos diálogos muy sarcásticos y la mar de afilados (cual colmillos vampíricos, valga la metáfora). Un gran sentido del humor, nada fácil ni blanco, que entronca a la película con los geniales “Parásitos” antes mencionados, y que eleva en calidad a la cinta, ya que en el resto de las parcelas no aporta nada nuevo (animación, creatividad, trama, …).

      Una Notable película de dibujos para todos aquellos que queráis disfrutar en familia o en compañía de buenos amigos, o en familia y con buenos amigos (como fue mi caso), todo vale,  y que, además, tiene el encanto de volvernos a traer a la gran pantalla a esos entrañables personajes de la no menos entrañable, monstruosa, peculiar y diferente familia.

¡Larga vida a Morticia, a Gómez, a Miércoles, a Purgsley y a esos “Parásitos” de Bonh Joon-Ho que tanto me alegraron, cinéfilamente hablando, este fin de semana!!!