El rey que ruge en la taquilla (pero no en calidad)

Ya he explicado en este blog mi opinión sobre todas las versiones en “acción real” (como así las llaman) que Disney está haciendo de sus clásicos de animación. Bienvenidas sean, como sean también bienvenidas todas las películas de superhéroes, secuelas, precuelas y demás familias, mientras llenen los cines y mantengan estos templos sagrados del séptimo arte abiertos, antes de que el consumo de material digital en casa (vía tele, tableta, móvil o cualquier otro tipo de pantalla), solitario y doméstico, acabe con la bonita experiencia de acudir a una gran sala para poder disfrutar, en familia, con amigos o, por qué no, en solitario, de una buena película.

En ese sentido mi total apoyo a este tipo de versiones que intentan trasladar a imagen real todo lo que antaño vimos en dibujos. Hasta ahí bien. Pero también es verdad que en a la mayoría de los casos, al menos a mí, estas nuevas traslaciones de algo ya visto a la pantalla que se nos venden como largos que llegan para sorprendernos, no me aportan nada nuevo (ya lo he comentado también en este blog) y, solo en algunos casos, paso un entretenido rato y disfruto de lo que estoy viendo, aunque nunca llegue a mejorar lo visto en el clásico de dibujos.  Me pasó con “El libro de la selva”, con “La bella y la Bestia” y con “Aladín”. En las tres pasé una buena tarde de entretenimiento, no más y, al menos, salí con una gran sonrisa del cine, lo cual, tal y como está el mundo, no es moco de pavo. Desgraciadamente, aunque iba con muchas ganas a verla, no me pasa en “El rey León”, una versión del famosísimo musical de Disney, de ese archiconocido por todos rey de la selva, que viene dispuesto a rugir contundentemente y a que nadie le tosa en la taquilla mundial, pero no a la calidad que se le esperaba a un evento cinematográfico de su calibre, al menos como suponíamos los cinéfilos. Vamos, pues, con mis impresiones del nuevo “The Lion King”.

 “El rey León” / “The Lion King” (Dir: John Favreau):

Personalmente, esta nueva versión del clásico de Disney tiene un gran problema. No puedo discutir, para nada, su calidad desde el punto de vista técnico. Visualmente es impecable y te quedas con la boca abierta pensando como habrán podido haber generado digitalmente todos y cada uno de los animales, los hayan situado en decorados reales (el paisaje africano) y que todo, aunque haya sido generado por computador, parezca tan real. Y no solo visualmente es un prodigio porque parezca de un realismo y una naturalidad (visualmente, insisto, solo visualmente) alucinantes, sino porque en muchos casos la belleza de las imágenes es incuestionable. Hay muchos pequeños, otros grandes, planos de estos animales correteando o sea lo que quiera que hagan por los bellos parajes africanos que te hacen mirar embobado cada una de las maravillosas escenas que han generado, imagino, el mejor de los equipos posibles para una película de estas características.

reyleon

            Hasta ahí todo bien. Pero yo, e insisto que esto es una cosa personal, en cuanto los animales, tan realistas ellos, como sacados de un documental de la 2 de cualquiera de las más somnolientas sobremesas, se ponen a hablar y a cantar, me salgo, como lanzado por un cohete, cual “Rocketman” de Elton John, absolutamente de la película. Y no consigo entrar, por mucho que lo intente y lo vuelva a intentar. Veo el artificio, aunque sea una película infantil, me chirría la impostura, no me cuadra el realismo de lo que visualizo con lo fingido de lo que oigo y no me permite conectar en ningún momento con lo que allí en plena sabana se “está cociendo”. Y como no conecto me aburro, lo confieso, un poco. Y encima lo veo, voy con mis hijos, doblado al español (ya he comentado mi absoluta devoción por la versión original), con lo que el artificio se multiplica y en una sala en el que el silencio (lo reconozco, pero como buen cinéfilo necesito el voto de “ausencia de sonido” como máxima para disfrutar, seré raro yo, de sea cual sea la película) no es la máxima de sus características. Conclusión: que no me consigo enganchar en toda la primera mitad de la película. Solo cuando salen Timón y Pumba (tengo que reconocer que me hacen gracia), todo un soplo de aire fresco para el filme, como a mitad de metraje, la cosa se viene un poquito arriba y disfruto un poco más de una segunda parte un poco, aunque igualmente artificiosa, al menos, más entretenida. Todo esto unido también a que la película está calcada plano a plano, a que cada diálogo está clavado de una película a otra, incluso cada movimiento de cámara, cada detalle, con una falta de imaginación y creatividad desbordante, hace que, como dicen los ingleses, definitivamente esta cinta no sea, para nada, “my cup of tea” (o muy de mi agrado, en definitiva).

Salgo con la sensación de haber visto “un quiero y no puedo”, un “que pena pero no”, un “lo que podría haber sido pero mira en lo que se ha quedado”, pero para nada convencido y solo pensando que lo fallido del planteamiento. Quizá me hubiera funcionado mejor si no hubieran buscado la imitación hiperrealista de la realidad e hubieran hecho algo absolutamente no-naturalista, como es ya de base el concepto de un musical (¿quién se pone a cantar en medio de la selva como si fuera Broadway?), dando lugar a algo menos real, pero sí más creativo, original, diferente, divertido y loco. ¡Qué pena “Disney”! Porque lo hubierais petado.

10 comentarios sobre “El rey que ruge en la taquilla (pero no en calidad)

  1. Yo cuando vi el trailer pensé en las conclusiones que tú sacas de toda la pelicula! Que maravilla tecnica, espectacular, parecen casi reales y mi segundo pensamiento fue que el rey leon funciona por la humanizacion de los personajes e incluso por la caricaturizacion de personajes humanos conviertidos a animales, y pensé que ojala hubieran encontrado la manera de mezclar ambas cosas. si lo hubieran conseguido se alzarian con el premio a un reto gigantesco… Ciertamente yo no era capaz de ver a los animales del trailer cantando.
    Iré a verla, pero ya iré sobre aviso.

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    1. A mí ya me pasó como a ti, que ya en el trailer intuía “el drama”. Me tenía que no iba a funcionar. Pero aún así iba optimista (lo soy, mucho) y con ganas. Pero nada. El despropósito puede con todo entusiasmo posible. Anyway, se deja ver, aunque siga pensando que es muy pero que muy fallida. Ya me dirás qué te parece cuando la veas. Un abrazo, Sam. Felipe.

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    1. Esa es la cosa, que no emociona, ni llega e incluso, el artificio es tan grande, que te aleja totalmente de lo que estás viendo. Un desastre, aunque visualmente, insisto, sea un prodigio. Ya me dirás qué te parece. Muchas gracias por seguir el blog. Un abrazo. Felipe.

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  2. Han sacado demasiado seguidas las películas estos de Disney, no?
    Dumbo, Aladdin y Rey León el mismo año, casi el mismo mes?
    Con La Sirenita, ahí en el horizonte, con la polémica del color de piel de la actriz protagonista…

    Para mí que están pensando en su nueva plataforma digital ‘Disney+’ para competir con Netflix y están acelerando… No sé… 🙂

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    1. Tal cual, Benja. “Disney” ha visto la gallina de los huevo de oro y no quiere desaprovechar el momento. Por un lado hacen bien, no deja de ser un gran negocio, pero quizá haya sobresaturación. Un abrazo enooooooorne. Mi contrablogger.

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  3. Muy buena crítica, opino como tú, si hubiesen intentado ser más creativos y ceñirse menos al realismo les podría haber quedado una gran película, una pena. Aún no he visto Aladin, creo que le daré prioridad a esa.

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    1. Ante todo, muchas gracias por seguir el blog. Hace mucha ilusión ver que hay, poco a poco, seguidores nuevos. Y sí, eso fue lo que sentí al ver la película, una sensación un tanto frustrante al ver cómo tanta calidad técnica se tiraba por la borda, al no haber sido capaces de dotar de verdadera vida a lo generado por ordenador. Un saludo: Felipe.

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